- Jaeth... casate conmigo...
¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!
Llorar es inevitable ahora. Estoy demasiado feliz y triste a la vez.
- Santiago ¿Cómo se te ocurre preguntar algo así horas antes de que viaje?
- Se que me tardé mucho, peros esto es lo que siempre quise desde un principio.
- Y si lo quisiste de un principio ¿porque no lo preguntaste ante?, todos esos problemas se han podido evitar.
- Hey Hey... tenía que pasar un tiempo. No soy un chico fácil.
Reímos con lágrimas en los ojos. No me gustan las cursilerias pero ¿quien se puede resistir a este chico?.
- Bueno chico difícil, que tal si lo hacemos interesante. No te contestaré hasta mi regreso.
- ¿qué? - dice totalmente sorprendido y riendo - pero yo quería comerte hoy.
- ¿quién dice que no puedes? - le sonrió y sellamos todo con un beso.
Al salir recogemos todas las fotografías y nos encontramos con un Piethro comiendo papas.
- Chicos... Los veo muy felices. Santiago más te vale que no le hayas hecho nada.
- Todavía no.
Golpeó en la pancita a Santiago y me acerco a abrazar a Piethro y le muestro mi anillo de compromiso.
- ¡Vaya! Ya lo sabía... que bueno que aceptaste Jaeth. Santiago es un gran chico y uno de mis mejores amigos.
- Y socio... - esboza Santiago.
- Y todavía no acepto... - digo imitandolos.
- ¿Cómo que todavía? Santiago... ¿hicimos esto por nada?
- oye que malo. - le replico.
- No es eso Piethro. A Jaeth le da pena dejarme ahora, así que me responderá cuando regrese.
- uuuu.... - se estremece Piethro - a mi me daría nervios.
- Yo confío en ella.
- jaja vamonos. - mi primo se queda comiendo sus papas - vamos Piethro -le grito a lo lejos.
Los tres subimos a la camioneta y decidimos ir por Lila y salir a un karaoke.
Amo este momento.
...
*Por la mañana...
- Bueno ¡Hoy es el día!.
Le dije a Santiago que seria mejor que no me lleve al aeropuerto. Seria doloroso para mí y no podría dejarlo y me casaría al instante.
- Vamos Jaeth, solo unos días. ¡Fighting!.
Santiago todavía sigue durmiendo. Tal vez sea mejor así. Solo un mes solo un mes.
Respiro y suelto todo el aire por la boca de una.
- Yo te llevaré - aparece Santiago quitándome mis maletas.
- pero Santiago.
- solo sube al auto - me sonrie.
Le hago caso. Aunque ya habíamos quedado en algo, me alegra que este ahora aquí conmigo. Sin embargo, no romperé el trato de contestarle cuando regrese.
- ¿qué pasa estas muy pensativa? ¿vas a responderme? - sonrie.
- No... - Le digo en forma de burla - es solo que no quiero extrañarte.
- que mala ¿por qué?
- porque se que tomaría el primer avión que encuentre y regresaría.
- oye eso es bueno. Entonces ¡extrañame! ¡extrañame!
- ¡Santiago!
- Jaeth es muy dedicada a tu trabajo y por ser quien eres, has llegado hasta donde estas. Obviamente jamás te pediría que dejarás todo eso de lado. Solo te pido que regreses.
- ¿Tienes miedo?
- Confío en ti. Mira llegamos, ahí están los chicos.
- Bajamos de la camioneta y Santiago me ayuda con las maletas.
- ¡Jaeth! ¿Cómo se te ocurre? Se supone que teníamos que venir todos juntos.
- Lo siento...
- Fue mi culpa Thomas, yo quise traerla.
- Está bien Thomas, la cosa es que ya esta aquí. - dice Dominik que aparece con un café en mano, su esposa y su pequeño.
- Hola Sarah, ¡Hola Little Dominik! - les digo mientras abrazo al pequeño.
Me acostumbre a decirle "Litte Dominik" porque es igualito a él y casi nunca recuerdo su nombre. En si, no me gustan los niños pero Little Dominik es muy educado y tierno.
- Bueno ya debemos irnos. - dice Dominik con autoridad - pequeño ¿quieres darle un abrazo a papá? - cambia su tono a uno dulce.
Thomas y Aike tienen a toda su familia en Estados Unidos, por lo que ellos entran primero a registras sus cosas; Sam tiene a su familia en latinoamerica por lo que los visitará. Dominik se despide de su esposa e hijo. No puedo evitar sentirme mal al ver a Little Dominik llorar y abrazar a su padre.
- Bien Jaeth, te veré en 30 días.
- con una respuesta. - Le sonrio.
- prometelo.
- ¿el qué?
- Que regresaras con una promesa y no un problema.
O sea Dereck... Pongo los ojos en blanco y nos abrazamos. - Está bien. Lo prometo.
Nos damos un último beso y tomó mis cosas para seguir a Domink.
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NO DIGAS ADIÓS
Romance"Promesas, promesas y más promesas". Tal vez eso es lo que nos sostiene en este mundo o nos impulsa a seguir, pero las cosas cambian cuando el corazón se entromete y hace que tu rumbo inicial cambie. Nunca pensé construir dos caminos, no fue mi inte...