84. Nostalgia

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- Jaeth... casate conmigo...

¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!

Llorar es inevitable ahora. Estoy demasiado feliz y triste a la vez.

- Santiago ¿Cómo se te ocurre preguntar algo así horas antes de que viaje?

- Se que me tardé mucho, peros esto es lo que siempre quise desde un principio.

- Y si lo quisiste de un principio ¿porque no lo preguntaste ante?, todos esos problemas se han podido evitar.

- Hey Hey... tenía que pasar un tiempo. No soy un chico fácil.

Reímos con lágrimas en los ojos. No me gustan las cursilerias pero ¿quien se puede resistir a este chico?.

- Bueno chico difícil, que tal si lo hacemos interesante. No te contestaré hasta mi regreso.

- ¿qué? - dice totalmente sorprendido y riendo - pero yo quería comerte hoy.

- ¿quién dice que no puedes? - le sonrió y sellamos todo con un beso.

Al salir recogemos todas las fotografías y nos encontramos con un Piethro comiendo papas.

- Chicos... Los veo muy felices. Santiago más te vale que no le hayas hecho nada.

- Todavía no.

Golpeó en la pancita a Santiago y me acerco a abrazar a Piethro y le muestro mi anillo de compromiso.

- ¡Vaya! Ya lo sabía... que bueno que aceptaste Jaeth. Santiago es un gran chico y uno de mis mejores amigos.

- Y socio... - esboza Santiago.

- Y todavía no acepto... - digo imitandolos.

- ¿Cómo que todavía? Santiago... ¿hicimos esto por nada?

- oye que malo. - le replico.

- No es eso Piethro. A Jaeth le da pena dejarme ahora, así que me responderá cuando regrese.

- uuuu.... - se estremece Piethro - a mi me daría nervios.

- Yo confío en ella.

- jaja vamonos. - mi primo se queda comiendo sus papas - vamos Piethro -le grito a lo lejos.

Los tres subimos a la camioneta y decidimos ir por Lila y salir a un karaoke.

Amo este momento.

...

*Por la mañana...

- Bueno ¡Hoy es el día!.

Le dije a Santiago que seria mejor que no me lleve al aeropuerto. Seria doloroso para mí y no podría dejarlo y me casaría al instante.

- Vamos Jaeth, solo unos días. ¡Fighting!.

Santiago todavía sigue durmiendo. Tal vez sea mejor así. Solo un mes solo un mes.

Respiro y suelto todo el aire por la boca de una.

- Yo te llevaré - aparece Santiago quitándome mis maletas.

- pero Santiago.

- solo sube al auto - me sonrie.

Le hago caso. Aunque ya habíamos quedado en algo, me alegra que este ahora aquí conmigo. Sin embargo, no romperé el trato de contestarle cuando regrese.

- ¿qué pasa estas muy pensativa? ¿vas a responderme? - sonrie.

- No... - Le digo en forma de burla - es solo que no quiero extrañarte.

- que mala ¿por qué?

- porque se que tomaría el primer avión que encuentre y regresaría.

- oye eso es bueno. Entonces ¡extrañame! ¡extrañame!

- ¡Santiago!

- Jaeth es muy dedicada a tu trabajo y por ser quien eres, has llegado hasta donde estas. Obviamente jamás te pediría que dejarás todo eso de lado. Solo te pido que regreses.

- ¿Tienes miedo?

- Confío en ti. Mira llegamos, ahí están los chicos.

- Bajamos de la camioneta y Santiago me ayuda con las maletas.

- ¡Jaeth! ¿Cómo se te ocurre? Se supone que teníamos que venir todos juntos.

- Lo siento...

- Fue mi culpa Thomas, yo quise traerla.

- Está bien Thomas, la cosa es que ya esta aquí. - dice Dominik que aparece con un café en mano, su esposa y su pequeño.

- Hola Sarah, ¡Hola Little Dominik! - les digo mientras abrazo al pequeño.

Me acostumbre a decirle "Litte Dominik" porque es igualito a él y casi nunca recuerdo su nombre. En si, no me gustan los niños pero Little Dominik es muy educado y tierno.

- Bueno ya debemos irnos. - dice Dominik con autoridad - pequeño ¿quieres darle un abrazo a papá? - cambia su tono a uno dulce.

Thomas y Aike tienen a toda su familia en Estados Unidos, por lo que ellos entran primero a registras sus cosas; Sam tiene a su familia en latinoamerica por lo que los visitará. Dominik se despide de su esposa e hijo. No puedo evitar sentirme mal al ver a Little Dominik llorar y abrazar a su padre.

- Bien Jaeth, te veré en 30 días.

- con una respuesta. - Le sonrio.

- prometelo.

- ¿el qué?

- Que regresaras con una promesa y no un problema.

O sea Dereck... Pongo los ojos en blanco y nos abrazamos. - Está bien. Lo prometo.

Nos damos un último beso y tomó mis cosas para seguir a Domink.

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