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Laberinto de papelLa situación pronto dejó de parecerme comiquísima. Lo que en un principio planteé como una broma para romper la tensión formándose, pronto se tornó en ser la respuesta. Que irónicamente la razón por la cual tuviera que dejar la aldea durante mi niñez, fuese aquello que nos pudiera dar una ventaja sobre lo que ocurría parecía algún tipo de justicia retorcida. Me habría arrancado una carcajada malintencionada así como divertida, de no ser por los rostros agravados de ambas quienes aguardaban a que encajara mi propia proposición. Como buscar la aguja en el pajar. No pude tomarle gracia a esas palabras que pronto brotaban en mi cabeza, desentendiéndome de la fuente de irritación que causaba que lo que estaba por realizar al caer la noche, fuera a resumirse con una frase tan desgastada en su uso. Pero era correcto. Al saber con más o menos precisión lo que debía encontrar, sólo aceleraba el resultado que buscaríamos confirmar. Aunque fuera una tarea sencilla, no intenté memorizar el pergamino con la información manipulada que poseía Keine, sino que cargué este conmigo para comparar con aquellos que encontrase después. Si es que realmente se repetiría esa manera de escribir en alguno de los anexados por los anteriores líderes de la aldea. Si en estos, algún hecho del pasado lo hacía, entonces se podría rastrear una época concisa. Lo que ese cambio haya causado, sería imposible de hallar de cualquier otro modo. Sólo de esa manera podríamos hallar incongruencia alguna, discrepancias o similitudes alrededor de la historia de Gensokyo.
De modo que suerte, también necesitaba suerte.
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- - -Tras terminarnos la comida Keine se retiró sólo para volver entonces acompañada de Akyuu. Demoró más tiempo del que le habría empleado ir y regresar con ella, mas razones sobraban. Lo que estábamos por hacer era arriesgado, y evidentemente nadie debería saberlo. Pero Keine afirmó que la cronista de Gensokyo era una excepción. Dejando las presentaciones como un hecho secundario, las tres entonces argumentaron sobre las repercusiones verdaderas de lidiar con la alteración del pasado. En el sentido más romantizado, el vagabundo se convertía en un rey. El villano en el héroe y la criada en una princesa. Pero eso era en los cuentos infantiles, incluso en aquellos que existían en Gensokyo.
Tratábamos con algo más serio.
—El problema —expresó Keine casi susurrando—, es que no podemos saber qué ha cambiado y con qué fin. No hasta que tomemos el riesgo.
—Existen grandes eventos que con sólo cambiarlos ya expresan una perspectiva con ínfimas posibilidades —argumentó Akyuu.
Su mirada se dirigió hacia Yatsume. Como si ella esperase a que la oni añadiera algo. Asintiendo una vez se animó a hacerlo.
—¿Podemos afirmar que siquiera algo sucedió sólo para ser alterado?
Las tres mantuvieron el silencio. Keine se encogió de hombros entonces, soltando el aire por la nariz con fuerza.
—¿Es posible, Keine? —preguntó Akyuu.
Al verse extendido el silencio me acerqué hacia donde las tres platicaban. Había tenido a Keine de espaldas, pero al acercarme pude ver su rostro lleno de preocupación. Se mordía la uña del pulgar angustiada.
—Me es posible ocultar la historia de Gensokyo —dijo—, pero el efecto sólo podrán percibirlo un número determinado de individuos. Akyuu, tú no te verías afectada por ello. En mi forma Hakutaku puedo crear la historia a mi disposición, hacer que un número mayor pueda captar esa verdad. Aun así, habría contados individuos capaces de ver a través de los parches que eso dejaría.
—Y ahora lidiamos con alguien que puede alterar esa misma historia —comentó Yatsume—, logrando que todos posean la misma percepción sobre esta.
Tras eso fue como si ninguna de las tres quisiera expresar suposiciones que se volvieran temores fundados. Miré a espaldas de Keine, hacia el lugar donde había estado sentado, mirando al pergamino que me entregó. Verlo allí me hizo dudar respecto a lo que entendíamos.
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[Touhou] Relato de un Híbrido: Eco de una vida.
Fanfiction[東方] 𝐇𝐚𝐧𝐲𝐨𝐮 𝐧𝐨 𝐦𝐨𝐧𝐨𝐠𝐚𝐭𝐚𝐫𝐢: 𝐉𝐢𝐧𝐬𝐞𝐢 𝐧𝐨 𝐡𝐢𝐛𝐢𝐤𝐢. Soñé con la luna y el filo de su figura, con el aroma de las flores y el sereno de las mañanas. Conocía el nombre de la oscuridad. La llamaba y ella acudía a mí. Su nombre...