[Capítulo 44]

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Antes de empezar el capítulo, quiero mostrar el fanart de Kenro que MareMobox45 ha hecho. No duden en checar su perfil, historias y galerías. De nueva cuenta, te lo agradezco mucho Mare, en verdad aprecio mucho tu apoyo a la historia.

 De nueva cuenta, te lo agradezco mucho Mare, en verdad aprecio mucho tu apoyo a la historia

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Era la luna, el filo de su figura en mis manos. Yacía sobre las flores y el sereno de las mañanas. Reconocí el nombre de la oscuridad. Al llamarme acudía a ella. Su nombre era llano y familiar, una verdad innegable. Lo escuchaba dentro de las sombras, resonando en el claro de los recuerdos y en el fuego rutilante. Me acompañaba por las noches en vela y por las mañanas al despertar. La cuidaba como ella hizo por mí. Conocía mi nombre y yo el suyo.

44
Acuerdo de vivos

El yin acudía ante una respuesta y estímulo conocidos, el de la resonancia. Cada vez que iba más allá de sus límites esta daba lugar a la forma del elemento. Reconocer la manera en que se comportaba facilitó que eventualmente pudiera hacerla emerger sin tener que recurrir al estallido de la fuerza vital en mí. Con paciencia tomó el ritmo indicado; aun así, difería tanto entre el viento y el fuego. La manipulación sobre esta clase de oscuridad no arde ni proviene del control sobre un medio externo, siendo que ésta se libera sin la necesidad de un camino para expresarse. Dicho de otro modo, es que no se comportaba como un elemento el cual hubiese visto con anterioridad. Su atributo decantaba en que le da forma a una fuente, sea la misma o una secundaria. El entendimiento sobre el yin iba ligado además a los conocimientos sobre los límites entre la vida y la muerte. Hablamos sobre eso por casi un ciclo, en conjunto de además, lo que Sumiken nos revelaría desde entonces.

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—¿Listo para visitar Gensokyo nuevamente, mi Kenro?

—Por supuesto. Quiero saber qué habrá allá.

No sólo había cumplido con las órdenes que se me entregaron al haber sido bienvenido en Hakugyokurou, sino que había superado éstas más allá de la visión original que se tenía. La manipulación de la resonancia al igual que el descubrimiento y manifestación de la afinidad a la oscuridad, se trataban de aspectos que llevé a más de lo anticipado. Dicho así, cumplía con ser el guardián de la mansión y la Princesa Fantasma. Tras haberlo contemplado en días previos, se decidió acordar una fecha para mi visita a Gensokyo con la llegada del mes de satsuki.

—En ese entonces deposito mi confianza en ti. Como el chef de Hakugyokurou tienes el juicio perfecto.

Así pues, se me fueron asignadas dos nuevas tareas.

La primera consistía en conseguir un trato comercial con los humanos. Hakugyokurou poseía varias riquezas con las cuales bien se le podía haber considerado un tipo de nobleza, no obstante, para los humanos y youkai que se gobernaban así mismos, pensar en una escala social en un grado mayor era si acaso irrelevante. Pero desvarío; se formaba una especie de acuerdo o pacto con ciertos humanos, dueños de negocios o granjas, quienes pudieran proveer a la mansión con bienes varios o en su defecto, con una compensación monetaria con tal de que les ofreciéramos a cambio pétalos de los cerezos del Meikai. Aquellos que crecen en el jardín de Hakugyokurou no marchitaban aun tras haber sido recolectados. Sin importar cuánto tiempo pasase. Además de usarse en infusiones, es posible comerlos o crear medicinas con los mismos, si se cuenta con la disciplina para disponer de ellos de esa forma. Los humanos habían hallado estos y sus propiedades por accidente, años atrás cuando Yuyuko-sama y Youmu regresaban la primavera a Gensokyo, esparciendo los mismos por distintas partes en donde hubiera cerezos sin florecer.

[Touhou] Relato de un Híbrido: Eco de una vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora