Estaba completo. Tal y como debía ser. Con Sumiken a mi lado pude recuperar esa parte tan ansiada que desapareció con el tiempo y la cual creí sería incapaz de retomar. Al fin las noches dejaron de ser largas y pesadas, llenas de secretos malintencionados. Se volvieron apacibles y llenas de tanta quietud. Quizá más de lo que acostumbré alguna vez. Supondría una exageración decir que se desperdició el tiempo que pasé aprendiendo lo que es ser un hanyou así como aprender las afinidades elementales para que, luego de lo que invertí, estuviera a gusto con sentar cabeza en la aldea fingiendo que todo estaba bien. Supondría una exageración, mas encuentro justo decir que así parecía.
Al regresar del mundo espiritual Reimu y yo continuamos como de costumbre. Yo la visitaba y ella a veces iba a la escuela a pasar el tiempo. Pero no lo era correcto. No lo sentí así, ocultando de la vista de otros el amuleto descansando en mi cuello, llevando a Sumiken conmigo y encontrando cada noche ese último obsequio en la repisa de mi habitación. Hicieron que viera un punto de vista radical.
Incluso el orden encierra locura en su serenidad.
32
ContemplaciónComencemos esta serie de días con lo más trivial pero que a la vez es relevante. Cruzar el portal que conecta a ambos mundos fue una de las experiencias más irreales que pude experimentar hasta ese momento, ya que contrario a tratarse de una simple entrada y salida, éste posee un par de peculiaridades que no pude prever. La primera es que tan sólo con entrar el cuerpo gira. Por completo. Cual rehilete. El peso de las extremidades acaba mezclándose hasta dejarte sintiéndote liviano, sin peso hasta reaccionar. En mi caso fue Reimu quien haló de mi por la espalda. No encontré modo de describirlo más simple que decir que es como sentir que caes hacia arriba, encontrando un alto repentino. Lo próximo que supe fue que estábamos en lo alto del cielo en Gensokyo, conmigo girando como gato con las patas tratando de apuntar al suelo. Ella no lo mencionó y por las razones que fueran, se lo guardó. El Meikai y Gensokyo se mantienen unidos de cabeza uno del otro.
Tan pronto pisamos tierra firme continuamos andando con ella haciendo comentarios sobre lo afortunado que era por ser su amigo. Sí, esperó a que se lo agradeciera y por supuesto, la dejé esperando por las gracias. Tuvimos como compañía al otro hasta esa misma tarde en donde ella debía regresar al templo a encargarse de sus labores; lo que es un modo de disfrazar que debía atender los estragos de Suika, quien en su ausencia se dispuso a beber hasta que Reimu apareciera de nuevo. Está de más decir que no perdió tiempo y se marchó a toda velocidad esperando lo peor que pudiera traer una oni extra ebria. Por mi lado y siendo predecible al hilo de esta historia fui con Keine, quien pidió que le mostrara a Sumiken. Ver aparecer el filo de la nada en su hoja así como apreciar su color y forma tan inusual hasta para la época en la que Gensokyo seguía ligado, hizo que la calificara como un tesoro único. En especial por referirse a ésta como un hueco en la historia de Gensokyo.
Solicitó que le contara del viaje, en donde le di la razón sobre las advertencias que fueron acertadas. A ella le gustaba tanto tener la razón y no tuve motivos para negárselo. Tuvo una singular manera de expresar lo contenta que en sí le hizo saber la impresión que mi trabajo causó una vez degustado por la Princesa Fantasma. Saber que me había reconocido como el chef más grandioso fue un motivo para que lo quisiera celebrar con una cena especial. En ésta ella se refirió a Yuyuko como una fantasma con aires humanos infantiles, pues pese a poseer semejante título y presencia, era habitual verla —cuando se le pudiera hallar— comportándose como alguien inofensiva, inocente o hasta indiferente; pero nada más. Yo ya sabía que ella ocultaba mucho más bajo ese semblante amable, uno que además de ternura y elocuencia, distraía de ver más allá de intenciones banales. Lo supe con lo poco que interactuamos a solas la noche anterior, lo cual decidí mantener en secreto de otros de vuelta en Gensokyo.
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[Touhou] Relato de un Híbrido: Eco de una vida.
Fanfiction[東方] 𝐇𝐚𝐧𝐲𝐨𝐮 𝐧𝐨 𝐦𝐨𝐧𝐨𝐠𝐚𝐭𝐚𝐫𝐢: 𝐉𝐢𝐧𝐬𝐞𝐢 𝐧𝐨 𝐡𝐢𝐛𝐢𝐤𝐢. Soñé con la luna y el filo de su figura, con el aroma de las flores y el sereno de las mañanas. Conocía el nombre de la oscuridad. La llamaba y ella acudía a mí. Su nombre...