Aprendí más sobre de la afinidad elemental en los días posteriores. Conocimiento el cual dadas las prisas ni Aya o Takeno pudieron facilitarme. Todo lo que envuelve a un elemento por sí solo no es menos a una maravilla. Aunque Keine no tuviese la respuesta a todo, me habló de las bases fundamentales de aquellos que conocía. Como que por ejemplo quienes contasen con la capacidad para controlar el agua podían extraer esta de otras fuentes, los estados de la materia, mas sin poder convertir esta en los mismos.
Fue tanto lo que debía comprender que tomó la oportunidad para que fuéramos a uno de los salones. Tomamos una clase improvisada y en un giro inesperado, me facilitó un cuaderno con mi nombre escrito en caracteres de modo infantil.
En la escuela y con Keine descubrí la rareza de la afinidad elemental. Esta pudo ver manifestarse en el pasado entre seres antiguos, quienes hallaban la manipulación de su flujo como algo usual. Por así decirlo de un modo concreto.
Mientras tanto nos adentramos a un periodo de búsqueda y espera. Mokou sería mi tutora, sí. Pero el tiempo pasaba y no se le veía por aladea. Corrían rumores sobre su paradero entre quienes le conocían de poco. Pero Keine estaba segura. Entre todo la espera nos caía bien pues a fin de cuentas, aún debíamos hallar a quien pudiese enseñarme a controlar el viento.
12
CadenciaHabíamos planeados cada uno de nuestros pasos desde la primera noche. Esperaría a Mokou quien tarde o temprano aparecería. Aun si nuestras interacciones fueron cortas y orientadas a llevar a cabo nuestro objetivo, consideraba que ambos habíamos conectado de un modo significativo. En términos estrictos ella era lo contrario a Keine. Tosca, huraña y distante. Aun así decidía pensar en ella como lo que mostró ser.
Keine preparó la misma habitación que antes había usado para mí. No lo dije abiertamente, pero mantenía la esperanza de que ella me recibiera tal y como lo hizo. Bromeé de manera jocosa el haber pensando en rentar una habitación en una de las posadas de la aldea, pero ella no le encontró lo divertido. Dejó muy en claro que no permitiría semejante comportamiento de mí. No, no me hospedaría en ninguna otra parte cuando una habitación allí tenía todavía mi nombre en esta. Escucharle decir eso hizo que la quisiera aún más.
Y aun así llegamos a tener ciertos momentos de discrepancia. Ella se había negado a la idea de recibir dinero de mi parte. Sin importar cuál fuese el monto o razones en ocasiones llegaba a ignorarme si acaso insistía. En realidad nunca discutimos, pero intercambiamos más que sólo un par de palabras al respecto. Las primeras veces insistí.
—¿Y si fueran donativos para la escuela?
—No —contestaba, renuente—. Ni donaciones, ni caridad. Y definitivamente no lo dejaron los niños.
—Al menos me gustaría poder darte las gracias por todo lo que has hecho.
—No —repetía—. Ese no es el modo, Kenro.
Había crecido con los tengu. A esa etapa de mi vida la formó un código por el cual me regía sino al pie de la letra, al menos en los puntos que consideraba más importantes que resonaran conmigo. Me era impensable no ser capaz de mostrarle mi gratitud a Keine. Y es que no había necesidad de que ella lo reconociera. El hecho de saber que la balanza en mi interior no se inclinaba tanto hacia un solo lado, al menos no por completo, me habría logrado sentir satisfacción. Pero Keine no funcionaba así. A lo que es lo mismo decir que no lo necesitaba. No me daría la razón pero tal y como fue en el pasado, jamás alzó la voz ni mostró señal de exasperarse. Respondió con la misma ternura y afecto, pidiéndome que en su lugar usara ese dinero para mi propio beneficio. Ese era su deseo. Me aseguró que esa era la manera en la que podría mostrarle mi gratitud.
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[Touhou] Relato de un Híbrido: Eco de una vida.
Fanfiction[東方] 𝐇𝐚𝐧𝐲𝐨𝐮 𝐧𝐨 𝐦𝐨𝐧𝐨𝐠𝐚𝐭𝐚𝐫𝐢: 𝐉𝐢𝐧𝐬𝐞𝐢 𝐧𝐨 𝐡𝐢𝐛𝐢𝐤𝐢. Soñé con la luna y el filo de su figura, con el aroma de las flores y el sereno de las mañanas. Conocía el nombre de la oscuridad. La llamaba y ella acudía a mí. Su nombre...