[Capítulo 15]

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Imagina que existes sin la necesidad de ser consciente del tiempo. No reparas en su significado, pues te has desvinculado en su totalidad de este y por ende, ha perdido relevancia. Como si se tratase de una vaga memoria. Continúa siendo lo que fue, mas ya no lo necesitas. No te preocupas por las consecuencias que conllevaba el desperdiciar cada instante cual respiro al aire. Vives sin ese remordimiento cuya lógica domina hasta en las mentes más brillantes, alcanzando una sencillez en donde nada existe salvo tu esencia. Se te arrebata lo que fuiste, dejando lo más básico de tu ser. Aunque comprenderlo carece de sentido. No es posible afirmar que se es capaz de visualizar la magnitud que representa vivir sin el tiempo. Ignorar aquello que rige nuestras vidas como individuos, eso que nunca tuvo un comienzo al siempre haber estado allí, no es algo que se pueda concebir en una sola vida.

Eso parece.

15
Quintaesencia

Al recuperar el conocimiento y reincorporarme lo hice realmente enfadado. No recordaba que la imagen del granjero causara tal impacto en mí, aunque ciertamente no resultó ser amena para los tres; mas me traía sin mucho cuidado. Causaba disgusto el hecho de haber perdido horas de un valioso día, despertando hasta el atardecer. Quise culpar a la casualidad como otras veces, pero supe que sería una excusa patética.

Al menos no estaba todo en llamas. Al alivio le siguió la repentina realización de que me encontraba botado en el interior del templo. La vista rojiza y las sombras en juego a la entrada junto con esa brisa fueron sensaciones que jamás pensé volver a experimentar.

Lucía triste.

—Siete horas —se escuchó desde fuera—. Y yo pensé que dormirías toda la noche.

Era Reimu. Sentada de piernas cruzadas al borde de la veranda. Mordisqueaba sin mucho cuidado un palillo con la caja de dulces vacía junto a ella. Iba a levantarme, aunque no me atreví a tomar un lugar a su lado. Tomé asiento en la entrada, abriendo la puerta por completo detrás de ella.

—Mokou se fue —mencionó—. Dijo algo sobre llevarte cargado en su espalda, que la idea le causaba gracia.

—Suena a ella.

—De hecho te cargó y se estuvo por ir así contigo —sacó aire por la boca—, pero dijo que necesitaba mencionarle lo ocurrido a Keine.

—Entiendo.

Miré por encima de su hombro, hacia donde ocurrió tan desagradable evento. Distinguí una mancha oscura provocada por el fuego de Mokou, cerca de la loza en donde caí. Lo que es más, al mirar mis hakama noté el lado izquierdo con un hueco. Se veía mi rodilla y el borde de los pantalones chamuscados. Por si fuera poco. Eso sólo me enfadó más. Aparentemente ese demonio acometió en mi dirección en un último impulso  y ambas reaccionaron por instinto.

Le quité importancia.

—Es posible que tuviera familia —comenté.

—Supongo, lucía joven. Más que nosotros —se sacó el palillo de la boca, mirándolo para después tirarlo enfurecida—. No pudimos hacer mucho. Inclusive yo tengo mis deslices.

Sin otra reacción, culpa o impacto de haber tratado con un suceso como ese ella volteó para quedárseme viendo sin decir una palabra. Por segundos ninguno mostró indicio de agregar algo, e inclusive cuando hizo el amago de levantarse, ella sólo se movió por el suelo hasta quedar con los pies doblados una vez más. Levantó una mano para acomodarse, diciendo que me acercara con un ademán sencillo. Aun dudoso sobre lo que sería del siguiente instante no negué su pequeña invitación. Me senté a su lado.

—En los próximos días iré a la aldea —dijo como si recuperase el hilo—. En la mañana me es conveniente.

—¿Qué harás allí?

[Touhou] Relato de un Híbrido: Eco de una vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora