[Capítulo 40]

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Era el humano que residía en mí la mitad que lograba mantenerme atado al mundo al cual ya no podía pertenecer, la que sintió el final del año acercarse con el transcurso de esos días. Nos doliera o no resultó imposible realizar la mayoría de las actividades de la lista a la que nos entregamos, haya sido jugar en la nieve o escuchar al grupo de las hermanas poltergeist que visitarían la mansión tras petición de Yuyuko-sama. Nuestros planes se derrumbaron con el clima burlón, impredecible y travieso, que decidió soltar una austera nevada sobre el Meikai. Una que no permitimos nos afectara.

«Prepara tu tinta»

Si bien limitados, nos tuvo sin cuidado las locuras del clima. Contrario a lo predecible visto el panorama, reímos. Reímos porque haría falta algo más que los caprichos de una nevada para que siquiera pensáramos en cancelar nuestra festividad nada improvisada. El ingenio por la necesidad dejó como consecuencia que pudiéramos disfrutar de un día mucho más sencillo, encantador y cercano entre los tres.

«Escribe»

Durante aquel momento de franqueza, con los tres comiendo galletas, apretujados compartiendo la misma cobija, sentí que el deseo de huir junto al terror que jamás dejaron de atormentar los días de mi vida, todo lo que afectaba al niño cobarde, jamás se borró. Nada de eso fue eliminado de mí. Ese infante de corazón blando y miedoso únicamente terminó creciendo. Era capaz de afirmar que todo seguía conmigo, mas que ya no me atacaba. Ya no deseaba escapar.

«Muéstrame lo que has escrito»

El tiempo fluyó, como es usual. En mí seguía el peso de la incertidumbre sobre el pasado respecto a si verdaderamente existió un motivo de ser llevado a una tierra como Gensokyo. Hallé cierto grado de admiración al despertar la mañana siguiente de nuestro festejo porque aún con tales pensamientos, poco a poco dejaba de añorar la respuesta a tan grande incógnita.

40
Indicio de existencia

Ocurrió tanto con la llegada del año nuevo humano dentro del Meikai, siendo quizá de interés que haya cumplido un año más. Durante el sexto día del primer mes, sumándome veintiún años de vida. Inusual o no, esta fecha ya no mantenía mayor relevancia a la vida que llevaba porque aún si tuvo algún significado durante mi estancia en el templo Hakurei, con mi transición a un hanyou ésta fue perdiendo sentido de festejar o mantener como un recuerdo constante más allá del reconocimiento de éste.

Entre los youkai no se acostumbraba a celebrar un cumpleaños. Al menos los tengu no lo hacen de una forma natural a la que acostumbrarías, recibiendo un pastel o regalos. Tenían en consideración fechas específicas y únicas, como el nacimiento, la juventud, madurez y retiro de los suyos. Eran sólo esos cuatro aspectos de sus vidas que merecían ser memorables como para acordar un festejo algo reservado; y con reservado quiero aclarar que los allegados al individuo en cuestión la armaban en grande. Con una larga vida se pierde noción de que siquiera algo así sigue existiendo y aunque irrelevante, a veces merece cierta importancia según las costumbres y tradiciones de las distintas razas.

Mi edad ya no generaba un tema de interés, mas sin embargo, en Hakugyokurou ésta cobró importancia. Entre espíritus y fantasmas existen dos fechas que conservan gran valor en los recuerdos, siendo éstas el momento en el que una vida empieza y el desvanecer de la misma. El último aliento. La vida y la muerte. Se me enseñó al menos cómo el primer punto definía mi vida hasta la marca del presente, pues es algo que cada existencia comparte. Hasta cierto punto parecerá mantener semejanza con la forma en que los humanos festejan a los suyos, pero conlleva a un error darlo por sentado. Entre los fantasmas no se cuenta con un pastel o regalos, mucho menos con canciones o juegos. Durante la ceremonia que toma lugar se cuenta con la total libertad de mencionar la edad o callarla como un secreto, pues se celebra el momento en donde la vida comenzó. Se bebé té de cerezo y se rinde un pequeño ritual al transcurso de un año más, haciendo énfasis en el momento y los años posteriores que trascenderán el tiempo en Hakugyokurou.

[Touhou] Relato de un Híbrido: Eco de una vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora