El sol brillaba intensamente sobre el circuito mientras la multitud se congregaba en la sala de prensa. Los periodistas charlaban animadamente, preparándose para la primera conferencia de prensa del equipo de F1 Academy del FC Barcelona. La expectación era palpable, sobre todo porque Alexia Putellas, la estrella del fútbol, haría su debut oficial como representante del equipo. A su lado estaría Emma García, la joven piloto principal, lista para compartir su pasión por el automovilismo.
Alexia se sentía fuera de lugar mientras se dirigía a la sala de prensa. Vestía la chaqueta oficial del equipo, pero se notaba incómoda, como si llevarla fuera una obligación y no un honor. Su mente seguía anclada en el fútbol, en los partidos que no jugaría y en las competiciones que se perdería debido a su lesión.
Cuando entró en la sala, los flashes de las cámaras la deslumbraron momentáneamente. Se sentó junto a Emma, quien irradiaba entusiasmo y humildad, como siempre. Los dos rostros contrastaban notablemente: Emma con una sonrisa genuina y cálida, y Alexia con una expresión seria y distante.
El jefe de prensa del equipo dio inicio a la conferencia con una breve introducción.
-Estamos muy emocionados de presentar a nuestra representante, Alexia Putellas, y a nuestra piloto principal, Emma García. Por favor, si tienen alguna pregunta, pueden empezar.
Una oleada de manos se levantó inmediatamente. Un periodista fue el primero en ser elegido.
-Alexia, ¿qué piensas de tu nueva posición en el equipo? ¿Cómo te sientes al involucrarte en el automovilismo?
Alexia tomó el micrófono y suspiró, tratando de contener su frustración.
-Para ser honesta, esto no es lo que quería. El fútbol siempre ha sido y siempre será mi prioridad. Estoy aquí porque el club me lo pidió, pero no es algo que me apasione. Mi objetivo principal sigue siendo recuperarme y volver al campo de fútbol lo antes posible.
Un murmullo recorrió la sala. Los periodistas se miraron entre sí, sorprendidos por la franqueza de Alexia. Algunos incluso parecían decepcionados. Emma, sentada a su lado, mantuvo su sonrisa, aunque sus ojos reflejaban una sombra de preocupación.
Otro periodista tomó la palabra, esta vez dirigiéndose a Emma.
-Emma, ¿cómo te sientes al tener a una estrella del fútbol como Alexia en el equipo? ¿Qué esperas lograr juntos?
Emma tomó el micrófono con confianza.
-Es un honor tener a Alexia con nosotros. Entiendo que esto es nuevo para ella y que no es fácil, pero creo que con el tiempo podrá ver lo emocionante y apasionante que es el automovilismo. Mi objetivo es mostrarle a Alexia y a todos nuestros seguidores que este deporte tiene tanto valor y dedicación como cualquier otro. Estoy emocionada por lo que podemos lograr juntos.
La humildad y la sinceridad de Emma cautivaron a los periodistas. Su actitud contrastaba fuertemente con la de Alexia, y esto no pasó desapercibido.
Otro periodista levantó la mano y fue seleccionado.
-Alexia, mencionaste que tu prioridad es el fútbol. ¿Crees que tu falta de interés en el automovilismo afectará tu papel como representante del equipo?
Alexia frunció el ceño, sintiendo que la situación se le estaba escapando de las manos.
-Estoy aquí para cumplir con mi deber. No estoy diciendo que no intentaré hacer bien mi trabajo, pero no voy a fingir un entusiasmo que no siento. Estoy aquí por el equipo, y haré lo que se me pida, pero mi corazón está en el fútbol.
Emma notó la tensión y decidió intervenir, buscando suavizar el ambiente.
-Es normal que Alexia se sienta así. Todos tenemos nuestras pasiones y prioridades. Creo que es importante que respetemos eso. Alexia es una profesional increíble, y estoy segura de que aportará mucho al equipo, incluso si su pasión principal es el fútbol.
Los periodistas asintieron, apreciando la diplomacia de Emma. La conferencia de prensa continuó con más preguntas, pero el contraste entre las dos figuras principales del equipo ya había quedado claro.
Al finalizar la conferencia, Alexia y Emma se dirigieron a los camerinos. El silencio entre ellas era palpable. Finalmente, Emma decidió romper el hielo.
-Oye, Alexia, ¿podemos hablar en privado un momento?
Alexia asintió y se dirigió hacia la puerta para cerrarla, con el ceño fruncido, sorprendida por la solicitud, pero siguió a Emma a una sala adyacente, lejos de los curiosos ojos del equipo y la prensa.
Emma cerró la puerta detrás de ellas y se volvió hacia Alexia, su rostro serio.
-Necesito ser honesta contigo, Alexia. Entiendo que el fútbol sea tu vida y que estés pasando por un momento difícil, pero tu actitud hoy no ayuda a nadie, ni a ti ni al equipo.
Alexia sintió una oleada de irritación, pero trató de mantener la calma.
-¿Y qué esperas que haga, Emma? ¿Que finja que me encanta todo esto? No puedo hacer eso.
Emma respiró hondo, tratando de mantener la paciencia.
-No te pido que finjas. Solo te pido que trates de abrirte un poco más. No se trata solo de ti. Hay un equipo completo aquí que depende de esta oportunidad. Si sigues mostrándote tan negativa, vas a afectar la moral de todos.
Alexia cruzó los brazos, defensiva.
-No pedí estar aquí. Me metieron en esto sin preguntarme.
-Lo sé, y eso es injusto -admitió Emma-. Pero ahora estás aquí, y tenemos que hacer lo mejor que podamos con esta situación. No tienes que amar el automovilismo, pero al menos respeta el esfuerzo de todos los que sí lo hacen.
Alexia permaneció en silencio por un momento, reflexionando sobre las palabras de Emma. Finalmente, dejó escapar un suspiro.
-Tienes razón. No quería ver las cosas de esa manera. Estaba tan concentrada en lo que estaba perdiendo que no me di cuenta de lo que esto podría significar para otros.
Emma sonrió, aliviada por el pequeño avance.
-Eso es todo lo que pido, Alexia. Que lo intentes. Yo estaré aquí para ayudarte en lo que necesites. Solo necesitamos un poco de compromiso de tu parte.
Alexia asintió lentamente.
-De acuerdo. Intentaré cambiar mi actitud. No prometo milagros, pero haré un esfuerzo.
Emma extendió la mano, y Alexia la tomó, sellando una tregua tácita.
-Gracias, Alexia. Estoy segura de que, juntas, podemos hacer algo increíble.
Mientras salían de la sala, Alexia se dio cuenta de que, aunque todavía no estaba completamente convencida de su nuevo rol, la conversación con Emma había encendido una chispa de esperanza. Tal vez, solo tal vez, había una manera de encontrar un equilibrio entre su pasión por el fútbol y su nueva realidad en el automovilismo. Pero sabía que no sería un camino fácil, y que necesitaría toda la paciencia y el apoyo que Emma podía ofrecerle.
Con cada paso que daba, Alexia se daba cuenta de que este nuevo comienzo sería más complicado de lo que había imaginado, pero también sabía que, con la actitud correcta, podría convertirse en una experiencia enriquecedora y transformadora.
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Pistas Cruzadas - Alexia Putellas
ФанфикLa apasionante vida de Emma, una piloto de Fórmula 1, y Alexia, una estrella del fútbol, se entrelaza en una historia de amor, desafíos y triunfos. Desde las pistas de carreras en Barcelona hasta los estadios de fútbol más prestigiosos del mundo, am...