El ambiente en el circuito estaba lleno de energía y celebración. La emoción en el aire era palpable, un mosaico vibrante de colores y sonidos. Los aficionados ondeaban banderas y coreaban el nombre de Emma con un fervor que resonaba como un eco constante en el corazón del estadio. Había música, luces parpadeantes, y un murmullo de voces llenas de emoción. Emma acababa de ganar una de las carreras más importantes de la temporada, y la multitud no dejaba de aplaudir y vitorear. Las cámaras de televisión capturaban cada momento de la emoción, y Alexia, en su rol de comentarista, se preparaba para entrevistar a Emma después de su impresionante victoria. La adrenalina aún corría por sus venas mientras se alistaba para lo que sería uno de los momentos más significativos de sus vidas.
Emma había conducido con una habilidad y concentración excepcionales, impulsada por el amor y el apoyo de Alexia, quien había estado alentándola desde la distancia. Cada vuelta había sido un testimonio de su dedicación y pasión, una danza de velocidad y precisión que la había acercado más y más a la victoria con cada giro. Los rugidos del motor de su auto resonaban en sus oídos como una melodía familiar, una que la impulsaba hacia adelante con cada kilómetro recorrido. Mientras aceleraba en la recta final, Emma sintió que todos sus sueños estaban al alcance de su mano. Al cruzar la línea de meta en primer lugar, la multitud estalló en aplausos y gritos de júbilo, como una ola de euforia que se desbordaba sobre el circuito. Con el casco aún puesto, Emma levantó el puño en señal de triunfo, sintiendo que este era el mejor día de su vida. Para ella, esta victoria no solo representaba un logro profesional, sino también un tributo a su perseverancia y al apoyo incondicional de Alexia.
Después de la ceremonia de premiación, donde Emma recibió el trofeo y el champán con lágrimas de emoción en sus ojos, Alexia se dirigió al área de entrevistas en pista. Los focos iluminaban cada rincón del lugar, y el murmullo de la gente era como un coro que celebraba cada segundo de ese instante. Alexia, vestida con elegancia y profesionalismo, sentía que su corazón latía con fuerza mientras se preparaba para hacer una declaración que cambiaría sus vidas para siempre. El micrófono en su mano temblaba ligeramente, y aunque estaba acostumbrada a hablar frente a las cámaras, esta vez las palabras que tenía que decir venían de un lugar profundo y sincero. Con una sonrisa radiante y los ojos brillando de emoción, Alexia se acercó a Emma, que estaba rodeada por su equipo y los medios de comunicación, aún vibrando con la adrenalina del triunfo.
—¡Emma, felicidades por esta increíble victoria! —dijo Alexia, sonriendo ampliamente mientras el sonido de los aplausos aún resonaba a su alrededor. Sus ojos se encontraron con los de Emma, y en ese momento, el mundo entero pareció desvanecerse, dejándolas solo a ellas dos en el centro de toda la euforia.
Emma, todavía con el pulso acelerado, le devolvió la sonrisa. Sus ojos brillaban con una mezcla de orgullo y gratitud. —Gracias, Alexia. No podría haberlo hecho sin el apoyo de mi equipo y, por supuesto, sin ti —respondió Emma, y en sus palabras había una verdad que solo ellas entendían: que cada victoria, cada desafío superado, era un reflejo de todo lo que habían construido juntas.
La multitud guardaba silencio, expectante, como si intuyera que algo importante estaba a punto de suceder. Alexia respiró hondo y, con el micrófono aún en mano, decidió que era el momento perfecto para expresar lo que sentía. No había guion que pudiera preparar, ningún ensayo previo que pudiera capturar la magnitud de sus emociones. Esto era real, sin filtros ni ediciones, solo el puro latido de su corazón hablándole a la mujer que amaba.
—Emma, hoy no solo celebramos tu victoria en la pista, sino también todo lo que representas para mí y para tantas personas. Hay algo que quiero decirte, algo que siento profundamente en mi corazón —comenzó Alexia, su voz temblando ligeramente de emoción mientras trataba de contener las lágrimas que amenazaban con brotar. Su mirada se suavizó, y sus palabras salieron llenas de amor y sinceridad.
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Pistas Cruzadas - Alexia Putellas
FanficLa apasionante vida de Emma, una piloto de Fórmula 1, y Alexia, una estrella del fútbol, se entrelaza en una historia de amor, desafíos y triunfos. Desde las pistas de carreras en Barcelona hasta los estadios de fútbol más prestigiosos del mundo, am...