El sol de la tarde iluminaba el campo de entrenamiento, llenando el ambiente de una energía renovada. Las jugadoras se movían con gracia y determinación, cada una concentrada en mejorar su juego. Entre ellas, Alexia Putellas se destacaba no solo por su habilidad, sino también por la intensidad con la que se entregaba a cada ejercicio. Después de su tiempo fuera debido a una lesión, Alexia estaba más determinada que nunca a recuperar su lugar y demostrar su valía.
Sin embargo, esa determinación estaba a punto de ser puesta a prueba de una manera que no había anticipado. Mientras realizaban los ejercicios de calentamiento, el entrenador reunió al equipo para una noticia importante.
—Chicas, quiero presentarles a una nueva incorporación al equipo —anunció, su voz firme pero amigable—. Ella es una jugadora con mucha experiencia y talento. Espero que todas le den una cálida bienvenida.
Alexia sintió un nudo en el estómago cuando vio a la figura que se adelantaba desde el borde del campo. Su corazón se aceleró al reconocer a su antigua compañera de equipo y ahora rival, Claudia Martín. El rostro de Claudia mostraba una sonrisa segura, pero para Alexia, esa sonrisa solo traía recuerdos dolorosos.
Claudia había sido una de las jugadoras más prometedoras del equipo en el pasado, y ambas habían compartido momentos de gloria y amistad. Sin embargo, todo cambió cuando Claudia traicionó la confianza del equipo y, específicamente, la de Alexia. En un momento crucial, Claudia había priorizado sus intereses personales por encima del equipo, lo que llevó a una serie de desacuerdos y eventualmente a su salida del club. La traición de Claudia dejó cicatrices profundas en Alexia, afectando su capacidad para confiar plenamente en sus compañeros de equipo y en la gestión del club.
Ahora, años después, ver a Claudia de regreso en el equipo era un golpe inesperado. Alexia sintió una oleada de emociones encontradas: ira, desconfianza, y una sensación de vulnerabilidad que no había experimentado en mucho tiempo. Mientras el resto del equipo daba la bienvenida a Claudia, Alexia se mantuvo distante, sus ojos fijos en la nueva rival.
—Es un placer estar de vuelta —dijo Claudia, su voz llena de entusiasmo—. Estoy lista para darlo todo por el equipo y espero que podamos trabajar juntas para lograr grandes cosas.
Alexia apretó los puños, tratando de contener la marea de emociones. Sabía que debía mantener la calma y la profesionalidad, pero la presencia de Claudia era como una herida abierta. Las otras jugadoras, ajenas a la historia entre Alexia y Claudia, parecían emocionadas por la nueva incorporación. Solo unas pocas, que conocían el pasado, miraban a Alexia con preocupación.
Después del entrenamiento, Alexia se dirigió al vestuario con el ceño fruncido. Marta, una de las pocas jugadoras que conocía la historia completa, se acercó a ella.
—Alexia, ¿estás bien? —preguntó Marta con suavidad.
—No, no estoy bien —respondió Alexia, su voz tensa—. No puedo creer que Claudia esté de vuelta. ¿Cómo esperan que confíe en ella después de todo lo que hizo?
—Entiendo cómo te sientes, pero tal vez ha cambiado. Todos merecen una segunda oportunidad, ¿no? —sugirió Marta, tratando de ofrecer una perspectiva más positiva.
—No lo sé, Marta. Lo que hizo... no fue algo que se pueda olvidar fácilmente —dijo Alexia, sacudiendo la cabeza—. Solo espero que esto no afecte al equipo.
A medida que pasaban los días, la tensión entre Alexia y Claudia se hacía cada vez más evidente. En los entrenamientos, las dos jugadoras competían con una intensidad que rayaba en lo personal. Los demás miembros del equipo notaban la fricción, y aunque muchos intentaban mantenerse neutrales, la discordia comenzaba a afectar la cohesión del grupo.
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Pistas Cruzadas - Alexia Putellas
FanfictionLa apasionante vida de Emma, una piloto de Fórmula 1, y Alexia, una estrella del fútbol, se entrelaza en una historia de amor, desafíos y triunfos. Desde las pistas de carreras en Barcelona hasta los estadios de fútbol más prestigiosos del mundo, am...