La nieve caía suavemente sobre Barcelona, un espectáculo inusual que teñía la ciudad de blanco y la envolvía en un ambiente mágico. Las calles estaban casi desiertas, cubiertas de un manto blanco que crujía bajo las pocas pisadas de los transeúntes, creando una atmósfera de tranquilidad y expectativa. El frío aire invernal estaba cargado de ese sentimiento especial que solo la Navidad podía traer, un tiempo de reflexiones, de agradecimientos y, sobre todo, de unión.
En una casa situada en las afueras de la ciudad, Emma y Alexia observaban el paisaje invernal desde su ventana, completamente emocionadas por la fiesta que habían planeado durante semanas. Era su primera Navidad en su nuevo hogar y también la primera que compartirían con Max, su cachorro inquieto y juguetón que se había convertido rápidamente en el centro de su pequeño universo. La casa estaba decorada con esmero: luces brillantes rodeaban las ventanas, una guirnalda adornaba la puerta principal y un gran árbol de Navidad, repleto de adornos brillantes y recuerdos de viajes juntos, ocupaba un lugar prominente en la sala de estar. Todo estaba preparado para una noche especial que prometía ser inolvidable.
A lo largo del día, Emma y Alexia estuvieron ocupadas ultimando los detalles de la fiesta. La cocina era un hervidero de actividad: el horno trabajaba sin descanso, asando un pavo que llenaba la casa con un aroma irresistible, mientras que sobre la mesa se extendía una variedad de delicias festivas que iban desde aperitivos cuidadosamente preparados hasta postres caseros que prometían ser el deleite de sus invitados. Alexia, vestida con un jersey navideño de color rojo con renos, parecía un torbellino de energía, moviéndose de un lado a otro para asegurarse de que todo estuviera perfecto.
Max, siempre curioso y lleno de energía, seguía a Emma por toda la casa, fascinado por las luces parpadeantes y los adornos brillantes. En un momento, decidió que las guirnaldas del árbol eran juguetes irresistibles y comenzó a tirar de ellas, provocando un pequeño caos.
—¡Max! —exclamó Emma, riendo mientras intentaba evitar que el perro pequeño se tragara un adorno—. ¡Cuidado, no te comas las guirnaldas!
Alexia se acercó y recogió a Max en sus brazos, con una sonrisa divertida en el rostro.
—Vamos, chico, ven conmigo. Creo que mejor encontramos algo más seguro para que juegues —dijo mientras lo llevaba a la cocina y le daba una de sus pelotas favoritas.
Con Max distraído, Emma se concentró en el árbol, colocando cuidadosamente la estrella en la cima. Era una tradición que compartían desde que comenzaron a vivir juntas, y la estrella dorada simbolizaba para ellas no solo el final de un año lleno de altibajos, sino también la esperanza y los sueños que vendrían con el próximo.
—Creo que está perfecto —dijo Emma con una sonrisa satisfecha, observando su trabajo.
Alexia se acercó y la rodeó con sus brazos, besándola suavemente en la mejilla.
—Es el árbol más hermoso que hemos tenido —murmuró—. No puedo esperar a que todos lo vean.
La víspera de la fiesta estaba llena de anticipación y emoción. Habían trabajado duro para que todo estuviera listo y la casa, cálida y acogedora, reflejaba el amor y la dedicación que ambas habían puesto en cada detalle. Cuando el timbre sonó por primera vez, Alexia y Emma se miraron y sonrieron, sabiendo que la noche que habían estado esperando finalmente había comenzado.
Los invitados comenzaron a llegar uno tras otro, trayendo consigo el bullicio, la risa y el espíritu navideño que impregnó cada rincón del hogar. Jenni Hermoso, la amiga cercana de Alexia y compañera de equipo que había sido un pilar durante su recuperación de la lesión, fue una de las primeras en aparecer. Jenni, envuelta en un abrigo largo y con un gorro de lana, entró con una gran sonrisa y los brazos llenos de regalos envueltos en papel brillante.
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Pistas Cruzadas - Alexia Putellas
FanfictionLa apasionante vida de Emma, una piloto de Fórmula 1, y Alexia, una estrella del fútbol, se entrelaza en una historia de amor, desafíos y triunfos. Desde las pistas de carreras en Barcelona hasta los estadios de fútbol más prestigiosos del mundo, am...