Capítulo 31: Apoyo de Fans

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El día de la carrera amaneció con un cielo despejado y una leve brisa que prometía un clima perfecto para competir. Las tribunas del circuito se llenaban rápidamente con seguidores entusiastas, ondeando banderas y pancartas de apoyo al equipo de Emma. El rugido de los motores y los cánticos de los aficionados creaban una atmósfera electrizante que hacía vibrar el aire.

Emma se encontraba en el garaje, revisando los últimos detalles de su coche junto a Julián y el resto del equipo. Cada miembro estaba concentrado, ajustando piezas, verificando datos y asegurándose de que todo funcionara a la perfección. La presión era palpable; sabían que esta carrera era crucial para distanciarse en puntos del equipo rival y seguir en la lucha por el campeonato. Sin embargo, lo que destacaba ese día no era solo la importancia de la competencia, sino el abrumador apoyo de los fans, que se había intensificado tras los recientes desafíos que enfrentaron como equipo.

—¡Emma! ¡Estamos contigo! —gritó un grupo de seguidores desde las gradas, agitando una gran pancarta con su nombre. La multitud vibraba con la energía de la competencia, y los colores del equipo de Emma ondeaban por todo el circuito.

Emma sonrió al escuchar los ánimos y levantó la mano en señal de agradecimiento. Sabía que la presencia y el aliento de los fans le daban una energía extra y una motivación que iba más allá de lo deportivo. Se giró hacia Julián, que estaba ajustando una última pieza del motor, con el ceño fruncido y una concentración absoluta.

—Ellos están aquí para nosotros, Julián. No podemos fallarles hoy —dijo Emma, con determinación en su mirada.

Julián levantó la vista y asintió con firmeza. Compartía la misma convicción que Emma; habían trabajado incansablemente para llegar a ese punto y no podían permitirse un error.

—Hoy damos todo, Emma. El coche está perfecto y tú estás lista. Vamos a demostrar de qué estamos hechos —respondió Julián, con una confianza que se contagiaba a todo el equipo.

Emma asintió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Respiró profundamente, intentando calmar los nervios y enfocarse en la tarea que tenía por delante. Mientras se preparaba para la carrera, recibió una visita inesperada en el garaje que iluminó aún más su día. Alexia había llegado, vestida con una camiseta del equipo de automovilismo y una gorra que la identificaba como una fan más, mezclándose entre los seguidores pero destacando por su carisma y presencia.

—¡Alexia! No esperaba verte aquí tan temprano —dijo Emma, sorprendida pero visiblemente contenta. La aparición de Alexia siempre le daba un empujón emocional adicional, una seguridad que solo ella podía brindar.

—No podía perderme esto. Sabes que estoy aquí para apoyarte en todo —respondió Alexia, con una sonrisa sincera que iluminaba su rostro—. Además, traje refuerzos.

Alexia hizo un gesto hacia un grupo de compañeras del equipo de fútbol que la habían acompañado. Todas vestían los colores del equipo de automovilismo y estaban listas para animar como si se tratara de una final de la Champions.

—¡Wow, esto sí que es un equipo de apoyo! Gracias a todos por venir. Significa mucho para mí —dijo Emma, emocionada por la muestra de apoyo de Alexia y sus amigas.

—Sabes que somos una familia, Emma. Y hoy vamos a demostrarlo en grande —respondió una de las futbolistas, levantando el puño en señal de apoyo.

La presencia de Alexia y sus compañeras era un recordatorio de la unidad y la camaradería que Emma había encontrado fuera de la pista. Ese día, no solo competía con su equipo técnico, sino con una verdadera familia que había aprendido a quererse y apoyarse mutuamente. Con las palabras de ánimo resonando en su mente, Emma se dirigió a su coche. Se ajustó el casco y se subió, sintiendo la adrenalina correr por sus venas mientras visualizaba cada curva, cada recta y cada posible adelantamiento que podría hacer. El tiempo para la carrera se acercaba rápidamente, y su concentración era absoluta.

Pistas Cruzadas - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora