Capítulo 60: Ataques Personales

155 10 0
                                    

Después de ser desenmascarada y neutralizada en su intento de sabotear las carreras de Emma a través de Phantom Racing, Olga no se rindió. Su odio y resentimiento crecían, alimentados por su fracaso y el desprecio hacia Alexia y Emma. Decidida a vengarse, Olga cambió su táctica, enfocándose en ataques personales y psicológicos que minaran la confianza y estabilidad de Emma desde dentro.

Una noche, mientras Emma revisaba sus correos electrónicos tras una agotadora sesión de entrenamiento, notó un mensaje sin remitente claro. Era un correo extraño, sin un asunto definido y con un remitente anónimo. Al abrirlo, encontró un mensaje frío y amenazante:

"Disfruta mientras puedas. Tu caída está cerca."

Emma frunció el ceño y, por un instante, pensó que se trataba de una broma de mal gusto o spam. Sin embargo, la inquietud comenzó a crecer en su interior. Trató de borrar el mensaje de su mente, concentrándose en los entrenamientos y en sus planes para la próxima carrera, pero no pudo evitar que la sensación de amenaza persistiera. Decidió no mencionárselo a Alexia, creyendo que sería un problema pasajero que podría manejar sola.

A la mañana siguiente, mientras ambas desayunaban en la cocina de su apartamento, Alexia notó que Emma estaba inusualmente callada, perdida en sus pensamientos mientras movía su taza de café de un lado a otro sin probarlo.

—¿Todo bien, amor? Pareces preocupada —dijo Alexia, dejando su plato a un lado y tomando la mano de Emma.

Emma levantó la vista, forzando una sonrisa que no alcanzó a sus ojos.

—Sí, solo estoy pensando en la próxima carrera. Nada de qué preocuparse —respondió, tratando de sonar convincente, pero Alexia percibió la tensión en su voz.

Conforme se acercaba la fecha de la carrera, los mensajes se hicieron más frecuentes y perturbadores. Olga, utilizando varias cuentas anónimas y estrategias de sucia guerra psicológica, bombardeó a Emma con correos electrónicos, mensajes de texto y publicaciones en redes sociales, todas llenas de amenazas veladas, acusaciones hirientes y comentarios diseñados para socavar su autoestima.

"Eres un fraude. Todos lo saben."

"Pronto todos verán que no eres tan buena como crees."

"Nunca serás más que una sombra, siempre fallarás."

Cada mensaje resonaba en la mente de Emma como un golpe invisible, debilitando su confianza y sembrando un miedo constante y paralizante. Lo que en un principio parecía manejable comenzó a afectar su concentración en las carreras y entrenamientos. La presión que sentía, combinada con el acoso implacable, empezó a consumirla lentamente. Emma se encontraba revisando su teléfono compulsivamente, temiendo que apareciera otro mensaje. La ansiedad se apoderaba de ella, y su sueño comenzó a verse afectado; a menudo despertaba a mitad de la noche, con la mente atrapada en una espiral de inseguridades.

Una noche, después de recibir uno de los mensajes más crueles, Emma no pudo contener más su angustia. La amenaza era directa y personal, tocando sus miedos más profundos y poniéndola al borde del colapso. Temblando, Emma se dirigió al salón, donde Alexia estaba concentrada en revisar videos de sus últimos partidos.

—Alexia, necesito hablar contigo —dijo Emma, su voz quebrada y cargada de emoción.

Alexia, alarmada por el tono de Emma, dejó lo que estaba haciendo y se acercó de inmediato. Sin decir una palabra, tomó la mano de Emma y la guio hasta el sofá, envolviéndola en un abrazo reconfortante.

—¿Qué sucede, Emma? —preguntó Alexia con ternura, percibiendo la angustia en los ojos de su pareja.

Emma, con lágrimas en los ojos y la voz temblorosa, le mostró su teléfono, revelando los mensajes perturbadores que había estado recibiendo.

Pistas Cruzadas - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora