Capítulo 16: Accidente

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El circuito de carreras estaba lleno de expectación mientras los equipos se preparaban para una de las competiciones más intensas de la temporada. La pista vibraba con la energía y la tensión de los espectadores, los mecánicos, y los pilotos, todos conscientes de la importancia de esta carrera. Los colores de los equipos ondeaban por todas partes, y el rugido de los motores resonaba como una melodía frenética y adictiva que alimentaba la emoción del momento.

En el garaje del equipo, Emma se ajustaba el casco con determinación. A pesar del bullicio exterior, mantenía una calma casi imperturbable, enfocada en la tarea que tenía por delante. Había pasado semanas preparándose para esta carrera, con horas interminables de simulaciones, análisis de datos, y ajustes en el coche. Cada detalle contaba, y Emma estaba lista para enfrentarse nuevamente a la Scuderia Leon y a su piloto estrella, Leah Rossi. Esta vez, el duelo no solo sería una prueba de habilidad, sino también una batalla de voluntades.

Mientras observaba a su equipo ajustar los últimos detalles de su coche, Emma sintió una mezcla de adrenalina y confianza. Sabía que tenía las herramientas y el talento para ganar, pero la presencia de Leah añadía una presión adicional. Leah era conocida por su estilo agresivo y por llevar al límite a sus competidores, una característica que a menudo la colocaba en el centro de la controversia.

—Estás lista, Emma —dijo Julián, su ingeniero de pista, con una sonrisa alentadora—. Recuerda mantener la calma y seguir la estrategia.

Emma asintió y agradeció el apoyo constante de Julián, cuyo compromiso y sabiduría habían sido invaluables a lo largo de su carrera. Con una última mirada a su coche, se subió y se preparó para la salida. El habitáculo era su refugio, un espacio donde todos los problemas desaparecían y solo quedaban ella y la máquina, trabajando en perfecta sincronía.

El sonido de los motores rugiendo llenaba el aire mientras los coches se alineaban en la parrilla de salida. El pit lane bullía de actividad: mecánicos corriendo, ingenieros observando monitores con semblantes concentrados, y las luces del semáforo preparándose para cambiar de color. Emma cerró los ojos por un momento, bloqueando todo excepto la pista que tenía frente a ella. Cuando el semáforo cambió a verde, los coches se lanzaron hacia adelante, arrancando con una explosión de velocidad que hizo temblar el asfalto.

Emma mantuvo una buena posición desde el inicio, peleando rueda a rueda con los líderes del grupo. Cada curva era un desafío, cada recta una oportunidad para ganar velocidad y acercarse más al podio. La adrenalina corría por sus venas mientras se enfocaba en cada detalle: la tracción en las curvas, la temperatura de los neumáticos, y la distancia con sus competidores.

A medida que la carrera avanzaba, Emma y Leah se encontraban nuevamente en un duelo feroz, como dos titanes luchando por el control del trono. Leah, fiel a su estilo, presionaba a Emma en cada oportunidad, buscando una debilidad que pudiera explotar. Las ruedas de sus coches casi se tocaban en algunas curvas, y la tensión era palpable en el aire, un espectáculo que tenía a todos los espectadores al borde de sus asientos.

La rivalidad entre ambas pilotos iba más allá de la competición; era una historia de orgullo y determinación. Emma había luchado duro para llegar a ese punto, superando obstáculos tanto en la pista como fuera de ella. Cada carrera contra Leah era un recordatorio de la línea fina que separa el éxito del fracaso, una línea que ambas estaban dispuestas a cruzar para demostrar quién era la mejor.

En la vuelta 23, todo cambió en una fracción de segundo. Emma se aproximaba a una de las curvas más cerradas del circuito, un punto crítico que requería precisión absoluta. Leah, decidida a adelantar, realizó una maniobra arriesgada por el interior. Emma vio a través de sus espejos cómo Leah se acercaba peligrosamente. Sabía que era una jugada temeraria, pero confiaba en que ambas podrían salir ilesas si mantenían la calma.

Pistas Cruzadas - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora