Después de los desafíos y las tensiones recientes, Emma y Alexia estaban tratando de recuperar una semblanza de normalidad en sus vidas. Habían pasado por tantas pruebas juntas que cada pequeño respiro de paz se sentía como un lujo preciado. Sin embargo, la tranquilidad era efímera, y las sombras del pasado nunca se desvanecían del todo.
Una tarde soleada, Alexia decidió salir a despejar su mente. Caminaba sola por un parque cerca de su casa, disfrutando del aire fresco y tratando de ahuyentar los pensamientos negativos que la perseguían desde hacía días. El suave crujido de las hojas bajo sus pies y el canto de los pájaros le ofrecían una momentánea sensación de alivio, pero esa calma se rompió de repente cuando escuchó una voz familiar detrás de ella.
—Hola, Alexia. Parece que no puedes deshacerte de mí tan fácilmente, ¿verdad? —dijo Olga, su tono burlón y su sonrisa torcida creando una imagen inquietante.
Alexia se detuvo en seco. La presencia de Olga la tomó por sorpresa y sintió cómo una oleada de incomodidad la invadía. Olga siempre había sido un capítulo oscuro en su vida, una ex que no había sabido cerrar las puertas de su relación de manera sana y que ahora reaparecía con la clara intención de causar problemas.
—¿Qué quieres, Olga? Pensé que habías tenido suficiente —respondió Alexia, tratando de mantener la compostura mientras su mente se llenaba de alertas.
Olga se acercó lentamente, con una mirada calculadora y una energía que irradiaba manipulación. Se detuvo a un par de pasos de Alexia, sacando un sobre de su bolso con un gesto casual que contrastaba con la seriedad de sus intenciones.
—Oh, no he terminado todavía. Tenemos asuntos pendientes, tú y yo —dijo Olga mientras extendía el sobre hacia Alexia.
Con una mezcla de curiosidad y temor, Alexia tomó el sobre y lo abrió con manos temblorosas. Lo que encontró en su interior la dejó paralizada. Eran fotos y documentos que revivían episodios oscuros de su pasado, momentos que había intentado olvidar y que podrían destruir su reputación y, lo más doloroso, su relación con Emma si se hicieran públicos. Las imágenes mostraban situaciones comprometedoras, y los documentos detallaban eventos que Alexia había enterrado en lo más profundo de su memoria.
—¿Qué pretendes con esto, Olga? —preguntó Alexia, su voz apenas un susurro mientras intentaba procesar el golpe.
Olga sonrió con satisfacción, disfrutando visiblemente de la vulnerabilidad de Alexia.
—Es simple, Alexia. Harás lo que yo diga o estos documentos llegarán a la prensa. Imagínate el escándalo, cómo afectaría a tu carrera y a tu relación con Emma —dijo Olga, su tono amenazante tan frío como un cuchillo en la garganta.
Alexia sintió una mezcla de ira, miedo y frustración. Sabía que Olga no bromeaba y que sus amenazas eran muy reales. Olga era astuta y había encontrado una forma de atraparla, jugando con sus miedos y sus secretos.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó finalmente Alexia, con resignación evidente en su voz.
Olga se inclinó hacia adelante, disfrutando de su posición de poder.
—Quiero que vuelvas conmigo, Alexia. Termina con Emma y regresa a mí. Si no lo haces, revelaré todo —dijo Olga, sus palabras goteando veneno.
Alexia retrocedió, horrorizada por la frialdad y la crueldad de Olga.
—No puedo hacer eso. Amo a Emma. No puedo traicionarla así —respondió Alexia, con firmeza y desesperación entremezcladas en su voz.
Olga soltó una risa amarga, un sonido sin humor que resonó en los oídos de Alexia como un eco amenazante.
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Pistas Cruzadas - Alexia Putellas
FanfictionLa apasionante vida de Emma, una piloto de Fórmula 1, y Alexia, una estrella del fútbol, se entrelaza en una historia de amor, desafíos y triunfos. Desde las pistas de carreras en Barcelona hasta los estadios de fútbol más prestigiosos del mundo, am...