Pistas Cruzadas - Alexia Putellas

Capítulo 50: Decisión Difícil

El sol se colaba tímidamente por las cortinas de la habitación, iluminando suavemente el rostro de Alexia. Se había despertado temprano, como de costumbre, pero esa mañana había una inquietud especial en su corazón. No era un día cualquiera; había algo en el aire que la hacía sentir diferente, como si una decisión crucial estuviera a punto de cambiar el rumbo de su vida. Sabía que tenía que tomar una decisión importante, una que no solo afectaría su carrera, sino también su relación con Emma.

Mientras se preparaba un café en la cocina, Alexia repasaba mentalmente la oferta que había recibido. Su agente, Javier, le había concertado una reunión con los representantes de un equipo de fútbol europeo de renombre, quienes estaban interesados en ficharla para la próxima temporada. El solo pensar en ello le generaba una mezcla de emoción y ansiedad.

—Alexia, este es un gran paso para tu carrera. Piensa en las oportunidades y en el nivel de competencia al que podrías enfrentarte —le había dicho Javier durante su última conversación.

El eco de esas palabras resonaba en su mente mientras miraba su reflejo en la ventana de la cocina. La imagen de sí misma, vestida con la camiseta de otro club, se mezclaba con el amor que sentía por su equipo actual y por su papel como la cara del Barcelona en la Fórmula 1. Sus pensamientos estaban nublados por la decisión que tenía que tomar. Amaba su vida actual, su equipo y a Emma, quien se había convertido en una constante en su mundo caótico. Sin embargo, la oferta era demasiado buena para ignorarla.

Más tarde esa mañana, Emma se unió a Alexia en la cocina, aún adormilada, con su cabello desordenado y los ojos medio cerrados. Emma se acercó y le dio un beso en la mejilla antes de servir café para ambas, un gesto rutinario pero que siempre llenaba de calidez el corazón de Alexia.

—Buenos días —dijo Emma con una sonrisa adormilada, ajena a la tormenta de emociones que se desataba en el interior de Alexia.

Alexia devolvió la sonrisa, pero no pudo ocultar la preocupación en su rostro. Sabía que tenía que hablar con Emma, pero no estaba segura de cómo hacerlo sin complicar las cosas.

—Emma, necesito hablar contigo sobre algo importante —dijo Alexia, su tono serio y sus ojos fijos en la taza de café. Sabía que una vez que las palabras salieran, no habría vuelta atrás.

Emma levantó la vista, su expresión cambiando de inmediato al captar la seriedad en la voz de Alexia.

—¿Qué pasa, Alexia? ¿Todo está bien? —preguntó, dejando su taza de café sobre la mesa y sentándose frente a ella. La tensión en el ambiente era palpable, y Emma no podía evitar sentir una punzada de preocupación.

Alexia tomó una respiración profunda, como si estuviera preparándose para saltar al vacío.

—He recibido una oferta de un equipo de fútbol en el extranjero. Es una gran oportunidad, Emma. Podría ser un gran avance para mi carrera, pero... —Alexia se detuvo, luchando por encontrar las palabras adecuadas para expresar sus temores.

Emma se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Sabía lo importante que era el fútbol para Alexia y lo mucho que significaba esta oferta. Pero también sabía lo difícil que sería estar separadas. La posibilidad de perder a Alexia, aunque solo fuera por un tiempo, era un pensamiento que no estaba preparada para enfrentar.

—Alexia, eso es increíble. Sabes que siempre te apoyaré en tu carrera —dijo Emma finalmente, tratando de sonar positiva, aunque había una nota de tristeza en su voz—. Pero, ¿qué significa esto para ti?

Alexia tomó la mano de Emma, apretándola con fuerza. Ese contacto, tan simple y familiar, le brindaba un poco de consuelo en medio de su confusión.

—No lo sé, Emma. Eso es lo que me preocupa. No quiero perder tu apoyo ni nuestra amistad, pero tampoco quiero dejar pasar esta oportunidad. Y además, si acepto, tendría que dejar de ser la cara del Barcelona en la Fórmula 1. Estoy atrapada entre dos mundos que amo —dijo Alexia, sus ojos reflejando la batalla interna que estaba librando.