El ambiente en la sala de reuniones del equipo de Emma y Alexia era tenso. Los constantes ataques de los medios y la presión pública estaban empezando a afectar seriamente tanto la moral como la concentración de todos. Javier, el manager de Alexia, había convocado a una reunión urgente para discutir cómo manejar la situación.
—Necesitamos una solución ya —dijo Javier con firmeza, mientras miraba a Alexia y Emma—. No podemos permitir que este escándalo destruya sus carreras.
Emma y Alexia se miraron, cansadas y frustradas. Las últimas semanas habían sido un torbellino de emociones y estrés. Los paparazzi no dejaban de seguirlas, y cada día parecía traer nuevas especulaciones y rumores sobre su relación.
—¿Qué propones? —preguntó Alexia, con un tono de voz lleno de escepticismo.
Javier tomó un profundo respiro antes de responder.
—He estado pensando mucho en esto y creo que la única manera de controlar la situación es que ustedes dos actúen como si realmente estuvieran en una relación —dijo, dejando que sus palabras se asentaran en el aire.
Emma y Alexia se quedaron en silencio, impactadas por la sugerencia. Finalmente, Emma fue la primera en hablar.
—¿Estás sugiriendo que mintamos sobre nuestra relación? —preguntó, incrédula.
—Exactamente —respondió Javier—. Los medios están obsesionados con la idea de que ustedes dos están juntas. Si les damos lo que quieren, podríamos desviar la atención de sus carreras y poner fin al acoso constante.
La sala de reuniones estalló en un caos de murmullos y exclamaciones. Los miembros del equipo intercambiaban miradas preocupadas y discutían entre ellos. Emma y Alexia se quedaron calladas, procesando la magnitud de la propuesta.
—No me gusta la idea de tener que mentir sobre algo tan personal —dijo Alexia, finalmente—. Esto podría complicar aún más las cosas.
Emma asintió en acuerdo.
—Además, no queremos que nuestra amistad se vea afectada por esto —añadió—. Ya tenemos suficiente presión como para añadir una mentira a la mezcla.
Javier levantó las manos, tratando de calmar a todos.
—Entiendo sus preocupaciones, pero esto podría ser nuestra única opción para detener el acoso mediático. Piensen en ello como una estrategia temporal. Una vez que los medios pierdan interés, podemos volver a nuestras vidas normales.
Después de la reunión, Emma y Alexia se reunieron en un lugar más privado para discutir la propuesta de Javier.
—No puedo creer que estemos siquiera considerando esto —dijo Emma, mientras se paseaba de un lado a otro de la habitación.
—Lo sé, suena loco, pero tal vez Javier tenga razón —respondió Alexia, sentada en un sillón y mirando fijamente el suelo—. Estamos en un punto en el que cualquier cosa que hagamos será interpretada de la peor manera posible.
—¿Y si esto empeora las cosas? —preguntó Emma—. ¿Qué pasa si la mentira se sale de control?
Alexia suspiró y se recostó en el sillón.
—No lo sé, pero quizás sea nuestra única opción para recuperar un poco de normalidad. Necesitamos concentrarnos en nuestras carreras y dejar de preocuparnos por lo que dicen los medios.
Emma se detuvo y miró a su amiga.
—Está bien, hagámoslo. Pero con una condición: si en algún momento sentimos que esto está yendo demasiado lejos, lo detenemos de inmediato —dijo, extendiendo la mano hacia Alexia.
Alexia tomó la mano de Emma y asintió.
—De acuerdo. Lo haremos juntas y nos apoyaremos mutuamente en esto.
El plan de Javier comenzó a ponerse en marcha casi de inmediato. Emma y Alexia empezaron a aparecer en público actuando como pareja. Se tomaban de la mano, intercambiaban miradas cómplices y pasaban más tiempo juntas. Los medios, como era de esperar, se abalanzaron sobre la historia.
—¡Emma y Alexia confirman su relación! —decían los titulares—. ¿La pareja más poderosa del deporte?
Las fotos de las dos en actitudes cariñosas se volvieron virales, y por un momento, pareció que el plan de Javier estaba funcionando. Los periodistas comenzaron a centrarse más en su relación y menos en sus carreras.
Sin embargo, no todo fue tan fácil. Mantener la fachada de una relación comenzó a pesarles. Tenían que ser cuidadosas con cada palabra y cada gesto, conscientes de que cualquier desliz podría ser captado por los medios.
—Esto es agotador —confesó Emma una noche, después de un evento público en el que habían tenido que fingir ser una pareja feliz.
—Lo sé, pero tenemos que seguir adelante —dijo Alexia, tratando de sonar convincente—. Solo necesitamos mantener esto hasta que los medios pierdan interés.
Emma asintió, aunque en su interior sentía una creciente incomodidad con la situación. La mentira estaba empezando a afectar su amistad con Alexia, y ambas lo sabían.
Mientras tanto, en la pista y en el campo, Emma y Alexia continuaban con sus vidas profesionales. Emma seguía compitiendo en las carreras, y Alexia se concentraba en sus partidos de fútbol. Aunque intentaban mantener la normalidad, el peso de la mentira siempre estaba presente.
—Estás haciendo un gran trabajo con todo esto —dijo el jefe del equipo a Emma, en una reunión—. Sé que no es fácil, pero tu desempeño no ha disminuido.
—Gracias, trato de concentrarme en lo que realmente importa —respondió Emma, aunque en el fondo deseaba que todo volviera a ser como antes.
A medida que pasaban las semanas, algo curioso comenzó a suceder. Emma y Alexia, a pesar de la fachada, empezaron a sentirse más cercanas. La experiencia de compartir esta mentira las unió de una manera que no habían anticipado.
—¿Te das cuenta de que hemos pasado más tiempo juntas en el último mes? —comentó Alexia un día, mientras estaban en el gimnasio.
—Sí, y a pesar de todo, no ha sido tan malo —respondió Emma, sonriendo—. Me alegra tenerte a mi lado en esto.
Ambas rieron, encontrando en esa complicidad una pequeña chispa de alivio en medio del caos.
Una noche, después de un largo día, Emma se sentó a escribir en su diario, algo que hacía para desahogarse.
—“Este plan de fingir una relación ha sido más difícil de lo que imaginé. Pero, curiosamente, me ha permitido conocer a Alexia de una manera más profunda. Aunque todo esto es una mentira, la conexión que siento con ella es real” —escribió.
Alexia, por su parte, también reflexionaba sobre la situación.
—“No sé hasta cuándo podremos mantener esta farsa, pero hay algo en Emma que me hace sentir segura. Tal vez, después de todo esto, nuestra amistad salga más fuerte” —pensó.
Aunque el plan de Javier había ayudado a calmar temporalmente a los medios, Emma y Alexia sabían que no podían mantener la mentira para siempre. Cada día que pasaba era una prueba de su resistencia y compromiso.
—Tenemos que seguir adelante —dijo Emma una mañana, mientras se preparaban para otro día de entrenamiento—. No sé cómo, pero saldremos de esta.
—Juntas —respondió Alexia, sonriendo—. Siempre juntas.
La verdad y la honestidad seguían siendo valores importantes para ambas, y sabían que tarde o temprano tendrían que enfrentarse a la realidad. Pero por ahora, se apoyaban mutuamente, confiando en que su amistad y profesionalismo las guiarían a través de la tormenta mediática que aún se cernía sobre ellas.
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Pistas Cruzadas - Alexia Putellas
FanfictionLa apasionante vida de Emma, una piloto de Fórmula 1, y Alexia, una estrella del fútbol, se entrelaza en una historia de amor, desafíos y triunfos. Desde las pistas de carreras en Barcelona hasta los estadios de fútbol más prestigiosos del mundo, am...