Capítulo 87: Crisis de Salud

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El sol de la tarde caía sobre el campo de entrenamiento, iluminando a los jugadores del Barcelona mientras se preparaban para el próximo partido crucial. Alexia Putellas, la estrella indiscutible del equipo, lideraba la sesión con su característico ímpetu, siempre dispuesta a dar más del cien por ciento en cada jugada. Su dedicación era inquebrantable; cada movimiento, cada pase y cada decisión dentro del campo reflejaban su pasión y amor por el fútbol. Para sus compañeras, Alexia no solo era una líder, sino el corazón mismo del equipo.

Durante el entrenamiento, el ritmo era intenso. Las jugadoras corrían de un lado a otro, trabajando en sincronía para perfeccionar la estrategia que emplearían en el próximo enfrentamiento. En una jugada particularmente exigente, Alexia disputó un balón aéreo con toda su energía. Se elevó con la gracia y potencia que la caracterizaban, pero al caer, su cuerpo impactó de manera incómoda contra el suelo. El sonido seco de su caída resonó en todo el campo. Alexia se quedó tendida, incapaz de moverse, con un dolor agudo recorriendo su espalda. Inmediatamente, la preocupación se apoderó de sus compañeras, entrenadores y personal médico.

—¡Llamen a una ambulancia! —gritó el entrenador, su voz cargada de pánico, rompiendo la calma del entrenamiento. Las jugadoras se agruparon alrededor de Alexia, con la ansiedad pintada en sus rostros. Todas sabían lo importante que era ella no solo para el equipo, sino también como figura del fútbol femenino a nivel mundial.

Entre el tumulto, Emma, quien había asistido al entrenamiento para apoyar a Alexia, corrió hacia ella con lágrimas en los ojos. Desde que comenzaron su relación, Emma había estado presente en cada triunfo y en cada caída de Alexia, pero esta vez el miedo era diferente. Ver a Alexia, siempre fuerte e invencible, en un estado tan vulnerable, la llenó de terror.

—Alexia, mírame. Estamos aquí, vamos a solucionar esto —dijo Emma con un temblor en su voz, mientras le sostenía la mano. Aunque trataba de mantenerse firme, el miedo de perder a Alexia en el terreno de juego, y quizás algo más profundo, le pesaba en el corazón.

La ambulancia llegó rápidamente, y Alexia fue trasladada de urgencia al hospital. Emma la siguió de cerca, sin despegarse ni un segundo. Las calles de Barcelona pasaban ante sus ojos, pero Emma solo podía pensar en Alexia y en lo que esto significaría para su futuro. La sala de espera del hospital era fría y aséptica, y las horas se sentían como días. Cada minuto sin noticias se convertía en una eternidad. Emma se encontraba sumida en un torbellino de pensamientos y emociones, con la mente inundada de preocupaciones.

Finalmente, un médico apareció con una expresión seria y profesional en el rostro. Se acercó a Emma y a los entrenadores que habían llegado al hospital, mostrando una mezcla de compasión y reserva.

—Alexia ha sufrido una lesión grave en la espalda. Necesitará una cirugía inmediata y un período de rehabilitación largo y cuidadoso. La situación es delicada y los primeros días serán cruciales para determinar su evolución. No podemos prometer nada aún, pero haremos todo lo posible —dijo el médico, manteniendo la calma profesional que requería la situación.

Emma sintió como si el suelo se desvaneciera bajo sus pies. Las palabras del médico resonaban en su cabeza, pero ninguna tenía el peso de la realidad que estaban enfrentando. Alexia, la persona más fuerte y decidida que conocía, ahora enfrentaba una lucha que pondría a prueba no solo su cuerpo, sino también su espíritu y su amor por el fútbol.

Después de la cirugía, Alexia fue llevada a una sala de recuperación, donde Emma finalmente pudo entrar. Al verla, Alexia estaba despierta, pero la expresión en su rostro era una mezcla de dolor, miedo y vulnerabilidad. La líder inquebrantable que todos conocían parecía perdida, atrapada en una pesadilla de la que no podía despertar.

Pistas Cruzadas - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora