Capítulo 68: Enfrentamiento Final

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El sol se estaba poniendo sobre Barcelona, proyectando largas sombras en las calles y edificios de la ciudad. Emma y Alexia habían decidido enfrentarse a Olga de una vez por todas. Sabían que no podían seguir viviendo bajo la amenaza constante de sus manipulaciones y mentiras. Habían descubierto pruebas contundentes de las acciones de Olga, y ahora era el momento de enfrentarse a ella cara a cara.

Las semanas previas al enfrentamiento habían sido agotadoras. Emma y Alexia pasaron horas revisando documentos, correos electrónicos y mensajes de texto. Cada pedazo de evidencia fue cuidadosamente archivado y preparado para la confrontación. Sus días estaban llenos de investigaciones y sus noches plagadas de insomnio, con la preocupación de que Olga pudiera descubrir su plan antes de tiempo.

Emma y Alexia sabían que Olga era astuta y que no se rendiría fácilmente. Decidieron abordarla con una mezcla de confrontación y negociación. Habían ensayado sus roles, practicando lo que dirían y cómo lo dirían. Querían asegurarse de no mostrar debilidad, pero también sabían que debían dejarle una salida a Olga para evitar que se volviera más peligrosa.

El almacén fue elegido como el lugar del enfrentamiento por su aislamiento. No querían que nadie más se involucrara y necesitaban un lugar donde pudieran hablar sin interrupciones. La tensión era palpable mientras esperaban la llegada de Olga, cada segundo se sentía como una eternidad. Emma y Alexia llegaron juntas, su determinación evidente en sus rostros. Llevaban semanas preparándose para este momento, recopilando toda la información que necesitarían para desenmascarar a Olga.

Alexia contactó a un viejo amigo que trabajaba en seguridad cibernética para que les ayudara a asegurar su información. Querían asegurarse de que Olga no tuviera ninguna forma de destruir las pruebas que habían recolectado. A medida que se acercaba el día del enfrentamiento, ambos sabían que la tensión estaba afectando su relación. Las discusiones eran frecuentes, pero el objetivo común los mantenía unidos.

Cuando Olga finalmente llegó, la atmósfera se cargó aún más. Alexia y Emma mantuvieron su compostura, a pesar de que podían sentir sus corazones latiendo con fuerza. Cada palabra, cada gesto fue cuidadosamente calculado.

Olga intentó burlarse y desafiarlas, pero Emma y Alexia se mantuvieron firmes. Presentaron sus pruebas con calma, exponiendo cada detalle de las acciones de Olga. Desde los intentos de sabotaje en las carreras de Emma hasta las manipulaciones personales, todo quedó al descubierto.

Olga intentó negar al principio, pero a medida que las evidencias se acumulaban, su defensa se desmoronó. Sus intentos de contraatacar verbalmente fueron cada vez menos efectivos y, finalmente, se dio cuenta de que no tenía escapatoria.

Alexia dio un paso adelante, su mirada fija en Olga.

—Ya basta, Olga. Sabemos lo que has estado haciendo. Tenemos pruebas de tus intentos de sabotaje, de tus mentiras y manipulaciones. Es hora de que esto termine.

Olga soltó una carcajada sarcástica.

—¿Pruebas? ¿Creen que me asustan con eso? —dijo, cruzando los brazos—. He sobrevivido a cosas peores.

Emma, que había estado observando en silencio, decidió intervenir.

—Esto no se trata de asustarte, Olga. Se trata de poner fin a tus juegos. Has intentado destruir nuestras carreras, nuestras vidas. Pero ya no tienes poder sobre nosotras.

Olga entrecerró los ojos, su expresión endureciéndose.

—¿Y qué piensan hacer? ¿Llamar a la policía? ¿Publicar todo en los medios? —su tono era desafiante, pero había una nota de nerviosismo en su voz.

Alexia levantó un dossier que contenía toda la evidencia recopilada.

—Tenemos suficiente para hundirte, Olga. Pero no estamos aquí para eso. Queremos que esto termine. Queremos que te alejes de nuestras vidas y nos dejes en paz.

Olga se quedó en silencio por un momento, evaluando la situación. Finalmente, dejó escapar un suspiro de frustración.

—¿Y qué gano yo con eso? —preguntó, su tono menos desafiante pero aún calculador.

Emma se adelantó.

—Tu libertad. No presentaremos cargos si desapareces y nunca más vuelves a interferir en nuestras vidas. Tienes una oportunidad de empezar de nuevo, lejos de aquí.

Olga miró a las dos mujeres frente a ella, su mente trabajando rápidamente. Sabía que estaban hablando en serio, y sabía que no podía ganar esta batalla.

—Está bien —dijo finalmente—. Me iré. Pero no porque ustedes me lo digan. Me iré porque ya no tengo nada que ganar aquí.

Alexia dio un paso más cerca, su voz baja pero firme.

—Esto no es una victoria para ti, Olga. Es una advertencia. Si alguna vez vuelves a acercarte a nosotras o intentas algo similar, no seremos tan indulgentes.

Olga asintió, su expresión resignada.

—Lo entiendo. No volverán a saber de mí.

Con eso, se dio la vuelta y salió del almacén, su figura desapareciendo en la penumbra de la noche. Emma y Alexia se quedaron allí por un momento, sintiendo una mezcla de alivio y tensión. Sabían que esto no significaba el fin de todos sus problemas, pero era un paso importante hacia la paz que tanto anhelaban.

—¿Crees que realmente se irá? —preguntó Emma, mirando a Alexia.

Alexia suspiró.

—Espero que sí. Pero siempre estaremos alerta. Lo importante es que hemos recuperado el control de nuestras vidas.

Con la salida de Olga del almacén, Emma y Alexia se sintieron aliviadas, pero también conscientes de que aún había mucho por hacer. Sabían que tendrían que estar vigilantes, asegurarse de que Olga cumpliera su promesa de alejarse de sus vidas.

Sin embargo, el enfrentamiento les dio una nueva esperanza. Sentían que, por primera vez en mucho tiempo, podían empezar a reconstruir sus vidas sin la sombra de Olga acechando sobre ellas. Habían recuperado el control y, aunque el camino por delante sería difícil, estaban dispuestas a enfrentarlo juntas.

Las siguientes semanas fueron un proceso de recuperación y reconstrucción. Emma y Alexia trabajaron para fortalecer su relación y reconstruir la confianza mutua. Decidieron tomar unas vacaciones para alejarse de todo y poder reconectar sin las presiones externas.

Durante este tiempo, reflexionaron sobre lo que habían pasado y cómo habían crecido como pareja. La experiencia les enseñó el valor de la comunicación y la honestidad, y prometieron nunca más permitir que alguien como Olga se interpusiera entre ellas.

El enfrentamiento con Olga marcó el fin de una era tumultuosa en sus vidas y el comienzo de una nueva fase, una llena de esperanza, amor y la promesa de un futuro mejor, juntas y libres de las mentiras y manipulaciones que una vez las atormentaron.

Pistas Cruzadas - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora