Capítulo 59: Aliados Inesperados

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Olga Vargas no podía aceptar la idea de haberse retirado sin antes cumplir su ansiado deseo de venganza contra Alexia y Emma. Su orgullo, golpeado por múltiples derrotas y el resentimiento que había cultivado contra ambas mujeres, la empujaba a explorar nuevos caminos para hacerles daño. Decidida a no quedarse de brazos cruzados, Olga comenzó a tramar un plan que no solo involucraba socavar las carreras de Emma, sino también romper la confianza y el éxito que Alexia y Emma habían construido juntas.

Una tarde gris y lluviosa, Olga se dirigió a un café discreto y apartado en las afueras de la ciudad. Se sentó en una mesa alejada, su mirada fría y calculadora fija en la puerta, esperando la llegada de Ricardo, el astuto jefe de estrategias de Phantom Racing. Era un hombre con fama de ser implacable y oportunista, siempre dispuesto a utilizar métodos cuestionables para asegurar la victoria de su equipo.

Ricardo llegó unos minutos después, saludándola con una leve inclinación de la cabeza. Sin perder tiempo, se sentó frente a Olga y la observó con una sonrisa torcida.

—Olga, ¿qué tienes para nosotros esta vez? —preguntó Ricardo, su tono calmado pero lleno de expectativas.

Olga deslizó un sobre sellado a través de la mesa, su sonrisa triunfante era inconfundible. Dentro del sobre, Ricardo encontró documentos detallados sobre las estrategias de carrera de Emma, sus puntos débiles y una lista de vulnerabilidades del equipo técnico de Emma que solo alguien con conocimiento interno podría tener.

—Aquí tienes todo lo que necesitas. Podrán anticipar cada movimiento de Emma y sacarle ventaja en cada curva —dijo Olga, con un tono de satisfacción que rozaba la malicia.

Ricardo hojeó los papeles con una expresión de incredulidad y deleite. La información era detallada y precisa, un tesoro para cualquier equipo dispuesto a explotar las debilidades de sus oponentes.

—Esto es oro puro, Olga. Con estos datos, Phantom Racing podrá destruir cualquier posibilidad de éxito para Emma. Nos aseguraremos de que quede fuera de cada podio —respondió Ricardo, estrechándole la mano a Olga con fuerza, sellando su acuerdo sin palabras.

En la siguiente carrera, el impacto de la traición de Olga fue evidente desde el primer momento. Phantom Racing parecía estar un paso adelante en cada maniobra, anticipando las estrategias de Emma y aprovechando cualquier error mínimo. Emma, quien siempre había demostrado una determinación implacable en la pista, se encontró luchando no solo contra sus rivales, sino también contra una sombra invisible que parecía manipular cada aspecto de la carrera en su contra. A pesar de sus mejores esfuerzos, Emma terminó en una posición desalentadora, lejos del podio.

En los boxes, la tensión era palpable. El equipo de Emma se movía frenéticamente, tratando de entender cómo la carrera había dado un giro tan drástico. Emma, visiblemente frustrada, se quitó el casco y lo arrojó al suelo con fuerza, su mirada reflejando una mezcla de ira y confusión.

—¿Qué está pasando? ¿Cómo es posible que sepan exactamente lo que vamos a hacer? —exclamó Emma, dirigiéndose a Julián, su ingeniero de carrera y una de las pocas personas en las que confiaba plenamente.

Julián revisaba los datos en su tablet, su ceño fruncido mientras intentaba encontrar respuestas. Había algo claramente fuera de lugar, algo que no cuadraba con los resultados de los entrenamientos y las estrategias que habían diseñado.

—No lo sé, Emma, pero esto no es normal. Todo parece orquestado de alguna manera. Necesitamos investigar esto a fondo, hay demasiadas coincidencias —dijo Julián, intentando mantener la calma, aunque la preocupación se reflejaba en su tono.

Desde las gradas, Alexia observaba la carrera con un nudo en el estómago. No podía quitarse de la cabeza la sospecha de que algo oscuro estaba ocurriendo. Conocía a Olga lo suficiente como para saber que no se rendiría tan fácilmente, y aunque había prometido retirarse, Alexia intuía que Olga aún estaba involucrada de alguna manera. Después de la carrera, Alexia buscó a Emma en los boxes, decidida a compartir sus sospechas.

Pistas Cruzadas - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora