Pistas Cruzadas - Alexia Putellas

Capítulo 64: La Traición Interna

Después de la caída de Olga, Emma y Alexia comenzaron a reconstruir sus vidas y carreras, intentando dejar atrás la sombra de la manipulación y el engaño. Sin embargo, justo cuando pensaban que lo peor había pasado, una nueva amenaza emergió, esta vez desde dentro del propio equipo de Emma. Lo que inicialmente parecía un problema externo, pronto se transformó en una crisis interna que pondría a prueba la resistencia y la lealtad de todos.

El ambiente en el equipo de Emma se tornó tenso, y la atmósfera cargada de desconfianza empezó a extenderse como una nube negra. A pesar de los esfuerzos por recuperar la normalidad, pequeños detalles comenzaron a salir a la luz. Estrategias filtradas, decisiones cuestionables y errores inusuales en los preparativos de las carreras indicaban que algo estaba mal. Emma no podía sacudirse la sensación de que alguien estaba saboteando sus esfuerzos, pero esta vez, el enemigo estaba mucho más cerca de lo que ella pensaba.

Cada carrera se volvió un terreno de batalla no solo contra los rivales en la pista, sino contra un enemigo invisible que acechaba desde dentro. Los errores mecánicos que antes eran excepcionales ahora se convirtieron en una constante. Emma notó que los tiempos de respuesta en el pit lane eran más lentos, y las decisiones estratégicas tomadas en el calor del momento a menudo parecían incorrectas. Estos errores, aunque sutiles, costaban valiosos segundos en la pista y, más allá de las repercusiones deportivas, erosionaban la moral del equipo.

Una noche, después de una larga reunión con el equipo, Emma se quedó con Javier y algunos de los miembros más confiables de su escudería para discutir los problemas. Habían revisado cada aspecto de las carreras, desde la logística hasta las comunicaciones internas, pero algo no cuadraba.

—Algo no está bien —dijo Emma, frunciendo el ceño mientras revisaba los reportes con minuciosidad—. Las cosas no cuadran. Alguien está filtrando información, y creo que está más cerca de lo que pensamos.

Javier, el jefe de equipo de Emma y su confidente más cercano, asintió gravemente. Él también había notado las irregularidades. El problema no se limitaba a la pista; era como si alguien saboteara desde las sombras.

—Necesitamos averiguar quién es. No podemos permitir que esto continúe —respondió Javier con tono grave. Su experiencia en el deporte lo había preparado para enfrentar muchos desafíos, pero nunca imaginó tener que lidiar con una traición tan cercana.

Decidieron iniciar una investigación discreta dentro del equipo. Revisaron comunicaciones, monitorearon el acceso a información confidencial y estudiaron los patrones de comportamiento de todos. Cada movimiento estaba siendo observado con el más alto nivel de escrutinio. Sin embargo, mantener la operación en secreto se convirtió en un desafío en sí mismo. La tensión entre los miembros del equipo aumentó, y el ambiente de trabajo se volvió asfixiante. Nadie estaba a salvo de la sospecha.

Durante este tiempo de incertidumbre, Emma encontró consuelo en Alexia. La cercanía entre ellas se había vuelto un pilar fundamental en su vida, y Alexia siempre estaba ahí para escuchar y ofrecer palabras de aliento.

—Vamos a descubrir quién está detrás de esto, amor. No estás sola en esto —le decía Alexia, abrazándola con fuerza durante las largas noches llenas de dudas. Alexia, a pesar de estar concentrada en su propia carrera, se involucró activamente en apoyar a Emma, recordándole que la fortaleza no solo venía de la pista, sino también de las personas a su alrededor.

Las semanas pasaron, y cada día traía una nueva ola de estrés. Emma y Javier trabajaban incansablemente, revisando mensajes, llamadas y grabaciones de reuniones. Fue entonces cuando, una noche particularmente larga, encontraron una pista crucial que apuntaba a uno de los mecánicos más antiguos y respetados del equipo. Había algo extraño en sus comunicaciones: mensajes encriptados que no tenían nada que ver con el trabajo cotidiano del equipo.