Pistas Cruzadas - Alexia Putellas

Capítulo 70: El Aliado Inesperado

Después de la conmovedora cena de reconciliación, la vida para Alexia y Emma parecía volver a la normalidad. Sin embargo, las sombras del pasado aún acechaban, especialmente con las amenazas persistentes y las manipulaciones de Luis, quien seguía intentando desestabilizarlas tanto en lo personal como en lo profesional. Aunque ambas intentaban concentrarse en sus carreras y en su relación, la tensión era palpable, y la sensación de que algo estaba a punto de estallar no las abandonaba.

Emma había vuelto a sus entrenamientos, tratando de dejar atrás los problemas que Luis y Olga habían creado. Para ella, cada vuelta en la pista era una batalla interna, una pelea contra los recuerdos de las traiciones y las inseguridades que estos habían dejado. Sentía que cada carrera, cada práctica, era una oportunidad para demostrar que no importaba cuánto intentaran sabotearla, ella siempre encontraría la manera de levantarse. Alexia, por su parte, hacía lo mismo en el campo de fútbol. Con cada pase, con cada gol, luchaba por mantener su mente enfocada y su corazón libre de los resentimientos que la acosaban.

Pero el regreso a la normalidad no sería tan sencillo. En medio de este caos, una figura inesperada decidió tomar cartas en el asunto: Javier, el manager de Alexia. Javier siempre había sido una figura protectora y leal, tanto en el ámbito profesional como personal. Había visto crecer a Alexia desde sus primeros días como una joven promesa del fútbol hasta convertirse en una de las figuras más influyentes del deporte. Para él, Alexia y Emma no solo eran clientas, sino también como una familia que merecía estar a salvo.

Javier había estado observando de cerca los recientes acontecimientos y había llegado a la conclusión de que ya no podía permanecer como un mero espectador. Las amenazas de Luis se habían vuelto más serias, y la situación no podía seguir siendo ignorada. Decidido a intervenir, Javier comenzó a investigar a fondo, usando todos sus recursos y contactos para desentrañar los planes de Luis y Olga. Lo que descubrió no solo lo preocupó, sino que lo llenó de ira y determinación. Sabía que debía actuar rápidamente antes de que los daños fueran irreparables.

Una tarde, Javier convocó a Alexia y Emma a su oficina. Les dijo que tenía información importante que compartir, información que podría cambiar el curso de los eventos y finalmente darles la ventaja que necesitaban para detener a Luis y Olga de una vez por todas. Alexia y Emma llegaron a la oficina de Javier con una mezcla de incertidumbre y esperanza, sabiendo que cualquier cosa que Javier hubiera descubierto podría ser crucial.

—Gracias por venir, chicas. Creo que es hora de que tengamos una conversación sincera sobre lo que está sucediendo —dijo Javier, con un tono grave que dejó claro que la situación era más seria de lo que habían imaginado.

Alexia y Emma se miraron, ligeramente preocupadas, pero asintieron, sabiendo que debían escuchar cada palabra de Javier con atención.

—Hemos pasado por mucho, Javier. ¿Qué es lo que necesitas decirnos? —preguntó Alexia, con la mano de Emma firmemente entrelazada con la suya. Habían aprendido que, en medio de la tormenta, lo único que podían hacer era mantenerse unidas.

Javier se apoyó en su escritorio, tomó un profundo respiro y comenzó a hablar, su voz cargada de la gravedad de lo que estaba a punto de revelar.

—He estado investigando a Luis. Sus intenciones van más allá de lo que imaginábamos. No solo quieren causar caos en vuestras vidas personales, sino también destruir vuestras carreras profesionales —explicó Javier, sin rodeos.

Emma frunció el ceño, claramente disgustada. Sabía que Luis era capaz de muchas cosas, pero escuchar cómo sus acciones iban más allá de lo personal y se extendían a sus carreras la llenó de rabia.

—¿Qué más has descubierto, Javier? —preguntó, su voz tensa, buscando respuestas a las incógnitas que habían perturbado sus días.

Javier continuó, revelando con detalle todo lo que había recopilado en las últimas semanas.