Esa noche.

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Fernando se quedó mirándola, quería escuchar esos motivos.
- Cuando tenía diecisiete años salí con mis amigas, mi padre no me dejaba, él me cuidaba desde que nací, porque mi madre falleció cuando era muy pequeña .Pues eso, no me dejaba y yo ne escapé, estábamos en la fiesta y... la verdad no me acuerdo de mucho.
Hizo una pausa, se la veía afectada, él la agarró la mano con cariño.
- Solo recuero despertarme a la mañana siguiente en un campo, sola, con moratones en las muñecas,en los tobillos y arañazos por las piernas y los brazos. Me fui muy asustada a casa, pero cómo iba a decir nada, mi padre no sabía que me había ido, así que callé . Pero pasó un mes, más o menos y me empecé a encontrar mal, de echo ya llevaba un tiempo encontrándome mal, fui al médico y estaba embarazada. ¿Sabes lo que es eso?.Me habían violado, me habían echo lo que querían porque domaron mi voluntad.
Gisela empezó a llorar, Fernando no sabía qué hacer, la historia era muy triste y muy fuerte y mas para una chica de tan solo diecisiete años.
- Mi padre se enteró, y no me creyó, mi historia no tenía ningún valor porque no la había contado en su momento. Se pensó que me había acostado con cualquiera y ya. Se avergonzaba de mí. No me podía mantener casi a mí, cómo iba a mantener a un bebe, así que... apareció Henrique, se enteró de mi situación y quiso ayudar. Me proporcionaría casa, comida, todas las comodidades para mí y para el bebé , con la única condición que me casara con él y lo hiciese compañía. ¿Entiendes?.A Henrique le debo mucho, más bien le debo todo. No puedo hacerle esa jugarreta.
- Cómo has pasado todo eso, eras una niña.
- Hay gente muy mala por el mundo Fernando, que hacen daño sin motivo. Pero la cuestión, que cuando llegué aquí pues Henrique me trató genial, Juan fue un amor y Jessica, qué te digo de ella, es como una madre, una amiga, compañera, la quiero mucho . Esto es mi vida, no sé que haría sin ellos.
- Entiendo lo que ha echo Henrique por ti y hasta cierto punto te entiendo, pero...estás entregando tu juventud a alguien que no quieres y estás desperdiciando la oportunidad de amar, de conocer ese sentimiento.¿Te ves toda la vida así? quiero decir...entregada a un hombre solo por agradecimiento.
- La verdad...hasta hace un tiempo no me lo había planteado.
- ¿Un tiempo? ¿Por qué hasta hace un tiempo?
Gisela se acercó a él.
- Porque llegaste tú, y no se...al principio me pareciste un engreído y un maleducado, pero me llamaste la atención, me ha gustado los pocos momentos que nos hemos visto, y reconozco que me tambaleas todo.
- A mí me pasa igual, me parecías una niña pija, pero te miro a los ojos y veo cosas hermosas, eres preciosa, por fuera y por dentro.
Gisela sintió que se le movía todo por dentro al escuchar esas palabras, quería besarle y no soltarlo nunca, así que no se reprimió y esta vez fue ella quien lo besó, se acercaron tanto, estaban conectados, sus besos eran increíbles, sus palabras eran increíbles, él era increíble y aunque había llegado tarde la estaba haciendo replantearse muchas cosas.
Se tiraron horas hablando en aquel sofá, en aquella biblioteca, Gisela miró el reloj.
- Ya es tarde Fernando.
- Sí, se pasa el tiempo volando.Ya no te entretengo más, vallase a dormir mi lady.
Gisela se echo a reír, la verdad toda la noche habían sido risas y besos, no se quería ir, no quería que esa noche se acabase, pero sabía que mañana tendría muchas cosas que aclarar.
- Me voy a dormir, mañana nos vemos.
- Voy a estar toda la noche despierto esperando que llegue la hora en que me des otro beso.
Gisela sonrió, se levantó y antes de irse se volvió y le dio un besos en los labios.
- No tendrás que esperar tanto.
Salió por la puerta. Fernando se quedó sonriendo, embelesado mirando a la nada, como cualquier tonto y eso era lo que era, un tonto enamorado, será que se estaba enamorando.
A la mañana siguiente Jessica fue a despertar a Gisela.
- Buenos días, qué horas son estas de estar en la cama.
Jessica se reía mientras corría las cortinas del dormitorio. Gisela se estiró, tenía sueño.
- ¿Te acostaste tarde eh?
Gisela se sentó al borde de la cama.
- Sí.
- ¿Qué tal?
Gisela puso cara de tristeza.
- ¿Fue mal?¿No se portó bien contigo?
- Jessica, todo lo contrario fue puro amor, me escuchó, me sirvió, me hizo reír, me...besó.
- ¿Qué? .
Jessica se escandalizó, cómo había sido capaz, pero miró a Gisela, sabía que ella no pensaba lo mismo, a ella la gustaba, la gustó ese beso.
- Hay Dios, sabía que no le tenía que a ver ayudado, sabía que te iba a confundir.
- No Jessica, antes estaba confundida, apareció un muchacho que me gustaba escuchar, que me hacía sentir escalofríos solo con mirarme, que se preocupaba por mí sin motivo, un total desconocido que...me llamaba la atención, que él estaba interesado en mí y yo en él. Pero ahora...
- ¿Ahora qué?
- Ahora ya no tengo dudas, me gusta, me gusta mucho. Ayer fue un caballero, con ese beso sentí millones de cosas Jessica, fue como en las telenovelas.
Se echó a reír, pero a Jessica no la hizo gracia, sabía que esto iba a traer consecuencias.
- Eso significa...
- Significa nada, yo hablé con Fernando, le expliqué todo, lo que Henrique había echo por mí, lo que le debo y sí anoche fue una noche mágica, y sí me encanta, pero Henrique no se merece que tire todo a la basura, él solo me pidió una cosa a cambio de todo lo que me ha dado y fue que me quedase a su lado, no quería estar solo y yo di mi palabra.
- Nena eso que dices...es lo mejor, pero...¿crees que vas a poder alejarte de Fernando sin más?, Gisela, yo creo que te estás enamorando.
- Puede ser Jessica, pero qué hago, dejo a Henrique, lo separo de Iván, sin ni siquiera saber si Fernando está hablando enserio, sin ni siquiera saber si yo estoy hablando enserio.
- A lo mejor es solo un capricho de ambos, nada mas.
Gisela sabía que algo estaba creciendo en su interior, algo intenso y no sabía como decirle a él que no podía suceder nada entre ellos.
Ella bajó a desayunar, como siempre cogió un café y una tostada y salió a la entrada a comérselo tranquilamente.
Alguien se colocó detrás de ella, ese perfume lo conocía era Fernando, él la dio un beso en la mejilla y se sentó a su lado.
- Buenos días princesa,¿Cómo has dormido?
- Bien, Fernando no está bien que me des besos, porque nos pueden ver.
- Lo siento, tenemos que tener mas cuidado, ¿has pensado algo?
- Sí, mucho.
Fernando la sonrió, pero Gisela se quedó sería, sabía que lo que había pensado no era para nada lo que esperaba escuchar él.
- ¿Entonces?
- Fernando...eres un encanto...
- Ok
- ¿Ok?
- Sí, lo típico, soy un encanto pero no quieres intentar nada conmigo.
- No es eso, ayer hablamos yo sigo pensando lo mismo, eres un encanto,pero no me conoces,no te conozco,nos estamos precipitando,además...está Henrique.

Como te imaginéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora