La quiero a ella

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Henrique miró sonriente a Gisela, efectivamente César no la había contado nada al respecto. Gisela miró a la nada, no podía ser lo que la estaba contando Henrique:
- Exacto Gisela, lo de Thais fue una mentira.
Gisela no sabía que decir, ni que hacer al respecto, lo volvió a mirar atónita, pero no la salían palabras:
- Entiendo que no te ha dicho nada, sino no tendrías esa cara, ¿ves como nadie es lo que parece?
Gisela comenzó a negar con la cabeza, lo miró por fin :
- Tú le amenazaste, él no es así... tú le obligaste.
- Gisela, por dinero baila el perro. Yo necesitaba alejar a Fernando de ti, así que me reuní con Thais, ella estuvo de acuerdo en todo momento, evidentemente quería retener a Fernando. Nos inventamos la enfermedad para separaros, pero necesitábamos a un médico, como ya sabes él me debía un favor, y lo hizo. ¿Crees que nosotros íbamos a saber una enfermedad así? Todo lo hizo él, no puso reparo.
- Seguro le obligaste.
- Créeme que no, pero te lo podía haber dicho cuando te conoció, ¿No dices que fue sincero?. Gisela, puedes creer lo que quieras, pero a él también le interesó en su momento separarte de Fernando.
Gisela comenzó a llorar, todo el mundo la fallaba, tenía claro que no podía confiar en nadie. Se levantó como pudo y se intentó alejar lo más que pudo de aquel hombre, seguía llorando y cada vez más débil. Henrique se levantó también y con cuidado intentó acercarse a ella, pero ella puso sus manos entre medias:
- No te acerques, no quiero tenerte cerca.
- Quería que tuvieses clara la verdad.
- No tienes derecho, no tienes ningún derecho sobre mí, ¿Por qué no te queda claro?, mi vida la has elegido tú... me has quitado todo, tú no eres Dios, entiéndelo.
Gisela seguía llorando, cada vez más, se dejó caer en el suelo ya sin fuerzas, Henrique se quedó pensando, quería abrazarla, pero se lo pensó mejor, estaba muy débil y lo que menos quería era un berrinche:
- No me creo Dios, siempre fui tu mejor opción, lo sabes.
Ella levantó su cara, llena de lágrimas lo miró, en su mirada había furia y odio:
- Nunca me dejaste tener otra opción, nunca me dejaste elegir, no tuve las oportunidades que tuvieron otras chicas. No me pude enamorar, ni llorar por amor, no pude elegir mi propia vida. Tú decidiste por mi todo, incluso si podía o no seguir viendo a mi hijo, decidiste hasta que tenía que abortar a mi otro hijo. Eres la peor persona que he conocido, nunca me has tratado como una mujer, siempre he sido una esclava para ti. ¿Qué derecho tenías tú de separarme de Fernando?¿Que derecho tenías tú de hacerme tú esclava?
Henrique se quedó perplejo, la miró a los ojos, estaban bañados en furia, nunca la había visto así, estaba fuera de sí:
- No te pongas así, te va ha hacer mal. Yo no he querido nada malo para ti.
- Tú te obsesionaste conmigo y te creíste con derechos sobre mi...
Gisela quería seguir hablando, pero parecía que la faltaba el aire, Henrique intentó acercarse y tocarla, pero ella se alejaba, parecía ponerse más nerviosa, intentó respirar:
- No te acerques...
- Yo no te quise hacer mal, pero era tu mejor opción, ¿Pensabas que ibas a algún lado con Fernando, o con César? ¿Enserio te ibas a casar con él?
- Me iba a casar con él porque necesito recuperar a mi hijo, tú me lo quitaste, lo llevaste a un orfanato, y como se supone que los dos estábamos muertos le han buscado una casa de acogida. Está claro que a ti te da igual, pero a mi no, yo quiero a mi hijo.
- Lo vamos a recuperar, tranquila.
Gisela miró su brazo con la mano de él posada, no quería escucharlo, lo odiaba profundamente:
- Te he dicho que no me toques.
Quitó su brazo del agarre de él, no quería ni tenerlo cerca, le molestaba su presencia, se giró, sentía que la faltaba el aire, intentó respirar, intentó hablar:
- Fernando es el amor de mi vida, tú eso no lo vas a poder cambiar, nunca lo vas a cambiar.
- Ya lo he cambiado muchas veces, ese hombre no es para ti.
- Me podrás separar de él, pero en mis sentimientos está y estará siempre, y eso no lo puedes remediar, eso no podrás cambiarlo.
Se sintió débil, no podía seguir con esto, todo se la nubló a su alrededor y sintió que se caía, Henrique que la había visto la agarró antes de que su cabeza tocase el suelo.
Henrique intentó reanimarla por todos los medios, pero no lo conseguía. Comenzó a alterarse.
Fermín estaba cansado y preocupado, sabía que su propio padre se había llevado a Gisela, él mismo le había ayudado. Tras ir a la policía, dejó a César en su casa y seguidamente a Fernando. Él le había dado las gracias, ¿Las gracias por que? Se preocupaba de la situación de Gisela, ella había hecho daño a su padre, mucho daño, pero había mucha gente preocupada por ella. No quería volver al hotel, no quería estar solo pensando, seguía conduciendo hasta que llego a la puerta del bar de Erica, aparcó el coche y entró. Se sentó en la barra y Erica al verlo se acercó:
- Dime que sabéis algo, por favor.
- Nada, la policía dice que hay que esperar, no han pasado ni veinticuatro horas desde su desaparición.
- ¿A qué hay que esperar? A que...
Erica se calló de pronto, la caían lágrimas por las mejillas, ella se las secó con rabia:
- ¿Qué te pongo?
- Un café con leche por favor. Estate tranquila Erica, todo va a estar bien.
- ¿Y cómo lo sabes? Si no fuese porque sé que Henrique está muerto... juraría que es obra suya, perdón porque es tu padre, pero es lo peor del mundo, la peor persona he conocido.
- ¿Mi padre? A mi madre siempre la utilizó y la ignoró, pero... es mi padre...
- ¿Y? Hay personas malas, y perdona que te diga tú padre es lo peor.
- Según tengo entendido fue ella la que le fue infiel con Fernando. Por otra parte lo entiendo. ¿Por qué se iba a casar una chica tan joven con un hombre así? ¿ Por dinero? Posiblemente.
Erica le puso el café de mala gana en la mesa, tiró casi todo el contenido, y le habló de mala gana:
- ¿Por dinero? Maldito dinero. Para tu información, Gisela fue violada con tan solo diecisiete años, su padre la obligó a casarse con el tuyo, porque tu padre le comió el coco. Gisela tubo miedo y por eso aceptó. Créeme que si hubiese tenido otra opción la hubiese escogido. Era una chica joven, podía haber elegido a cualquiera, sino fuese porque se quedó embarazada de esa horrible noche.
Fermín pensó un poco antes de hablar, hasta que finalmente habló:
- Entonces... Ivan...
- Sí, fue de una violación, pero ni se te ocurra decir que tu padre fue un hombre maravilloso porque se casó con ella para darla un hogar. Porque eso pensábamos todos, hasta Gisela, que evidentemente se sentía fatal cuando se enamoró de Fernando. Porque tu padre la había ayudado, o eso pensaba ella. Pero le hicimos una prueba de paternidad a Ivan ¿Y a que no sabes qué? Resultó que tu padre si era el padre de Ivan. Ósea que... ¿Te imaginas quien la violó?
Fermín la miró horrorizado, no podía creer lo que estaba escuchando, no le salían las palabras, finalmente balbuceó:
- Mí... mi padre.
- Bingo, lo tenía todo planeado. Siempre estuvo  encaprichado de Gis, ¿Y por qué si era una niña y él podía tener a la mujer que quisiera?
- No entiendo nada.
- Por obsesión Fermín. Tu padre se obsesionó con ella. Y así la consiguió. La arruinó la vida, la encerró en su palacio de cristal. Y encima cuando ella conoce a Fernando y quiere huir con él hace todo para separarlos.
- ¿Cómo todo? Si ellos no están juntos es porque él está casado, conocí esta mañana a la mujer.
- Siii, eso y que por desgracia tu padre le quitó a su hijo. Gisela no va ha hacer nada sin su hijo. De echo...
Erica se calló, Fermín no paraba de mirarla esperando más:
- ¿De echo qué? ¿Qué pasó?
- Ya te he contado mucho Fermín, eso no me corresponde a mi, pero no pienses que tu padre es bueno... por mucho que esté muerto tu padre ha sido lo peor.
- Si no me cuentas más no podré ayudarla.
- ¿Y por qué podrías ayudarla?
Fermín se mantuvo en silencio, no podía contar que estaba ayudando a su padre, pero quería saber todo:
- Porque... podríamos contarle todo a la policía... ellos deben saberlo.
- No entiendo por qué, tu padre está muerto, de nada le va a servir a la policía esto que te estoy contando. Además... tu padre siempre a tenido dinero... de nada va a servir.
Fermín le agarró la mano a Erica, estaba angustiado y se le cortaba la voz:
- Cuéntamelo Erica, por favor, necesito saber cómo es ese hombre, necesito conocerlo más. Por favor.
- Ella se quedó embarazada de Fernando, y tú padre la retuvo en su casa hasta que lo perdió, por eso César apareció, y consiguió que escaparan. Y lo demás me imagino que ya lo sabes.
Fermín se levantó despacio sin dejar de apoyarse en la barra, Erica lo miraba extraña:
- ¿Estás bien?
- Me... me tengo que ir.
Fermín salió casi corriendo del bar, Erica se quedó pensativa.
Fernando pensó mucho antes de entrar a la habitación de Thais, finalmente lo hizo. Thais estaba sentada en la cama con la niña, cuando lo vio aparecer agarró a la niña y la metió en el parque. Se le quedó mirando, Fernando comenzó ha hablar:
- Thais...
- ¿Me vas a decir que lo sientes? O aún mejor... que no es lo que parece ¿no?
- No Thais, no te voy a decir no es lo que parece. Estuve con Gisela.
- Eres un descarado, no te puedo creer.
- Thais, sabes que yo la amo, la amo de siempre, que me casé contigo por...
- Por compromiso, lo sé, pero eso no te da derecho a acostarte con la que quieras.
- No me he acostado con cualquiera, lo sabes. Sabes que me separé de ella por estar contigo en tu enfermedad. Me quería morir cuando me enteré de que estaba muerta, pero cuando la volví a ver...
- Déjalo, no quiero saber más.
- Me vas a escuchar, me vas a escuchar porque ya no me puedo callar más. ¿Sabes que estaba embarazada cuando la dejé?- Fernando comenzó a llorar- Ella me quería decir algo antes de decirla que me casaba contigo, me iba a decir que estaba embarazada y la dejé sola Thais, sola. Sola con ese monstruo que no se cansó hasta que asesinó a nuestro hijo. ¿Te imaginas cuando la volví a ver? Me llené de felicidad, la amo Thais, la amo. No puedo negarlo y ¿Sabes qué? No quiero negarlo. Quiero estar con ella. Y no voy a renunciar a mi hija, jamás. Pero no quiero estar alejado de ella ni un segundo más.
Thais le miraba con odio, quería llorar, pero no la salían lágrimas:
- Eres lo peor, me has estado engañando todo este tiempo.
- No Thais, nunca te mentí, sabes perfectamente porque me casé contigo, sabes lo que siento por Gisela. Siempre te fui sincero.
- Pero... tú eres mío, tú y yo tenemos una hija en común.
- Lo siento Thais, no puedo más. No quiero estar mintiendo y fingiendo todo el tiempo. Quiero estar con Gisela, quiero estar con ella, lo siento.
- Sí que lo vas a sentir, porque te puedes ir despidiendo de la niña, y eso de que vas a estar con Gisela ya se verá... porque primero te tendrás que divorciar de mi, que evidentemente el divorcio no te lo voy a dar y aparte... la tendrás que encontrar, se ha ido porque es una cobarde, siempre lo ha sido, además... ella siempre se a acercado al sol que más calienta, ¿No lo ves? Primero Henrique un hombre con dinero y ahora César, también es un hombre con dinero.
- ¿Cómo sabes lo de César? ¿Cómo sabes como se llama?

Como te imaginéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora