Reproches

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-¿Cómo que la vas a ir a conocer? ¿Con qué excusa?
- Lo voy a pensar, pero tengo que verla para poder comprobar lo que dice Fer.
Rafa rodó los ojos y seguidamente sonrió.
A la mañana siguiente Elisa bajó a desayunar junto a César, este había estado hablando con ella de varias operaciones que tenía hoy, y que sobretodo una de ellas era bastante complicada. Elisa había estado escuchando la conversación, pero no se podía quitar de la cabeza a Fernando y sobretodo que hoy lo tenía que volver a ver:
- Elisa, por favor. ¿Qué te pasa?
Ella volvió en si y lo miró, agachó la cabeza como disculpándose:
- Perdón. Es que estaba pensando en todo lo que tenía que hacer hoy.
- ¿Segura? Te veo desde ayer muy extraña.
- No -mintió- Solo que... son muchas cosas nuevas, me veo y no me reconozco.
César la agarró la mano con delicadeza:
- ¿Te apetece que hoy comamos juntos?
- Sí dices que tienes mucho trabajo.
- Pero te puedo hacer un hueco. A ti siempre.
- Me encantaría.
- Te quiero Gis.
Esto último se lo dijo en voz baja y Elisa sintió ternura, era la primera vez que la decía que la quería. Ella le dedicó una sonrisa tierna y él se acercó hasta quedar a milímetros de su boca, la besó. Su beso era tierno, cariñoso, pero ella no podía evitar pensar en Fernando. En la primera vez que la dijo que la quería y sobretodo en su primer beso.
Elisa por fin llegó al trabajo, Antes de entrar tomó aire, sabía que se iba a encontrar con Fernando y tenía que estar tranquila:
- Tranquila Elisa.
Se dijo a sí misma. Y cuando subió las escaleras para acceder a la puerta principal, lo vio, ahí estaba él. Su cara la tapaba un poco la gorra azul marino que llevaba, pero sabía que era él, volvió a respirar hondo y entró decidida a intentar no mirarlo. Fernando se giró y la vio, la miró de arriba a abajo intentando disimular, pero le salió mal, no podía quitarle los ojos de encima. Fernando la sujetó la puerta para que pasara, ella tragó saliva, apenas podía hablar, notaba un nudo en la garganta:
- Buenos días.
- Muy buenos días.
Sus ojos se cruzaron por un instante, pero Elisa apartó la mitad y se dirigió al ascensor que había enfrente de la puerta principal, dio al botón rápido, apretaba seguidamente para que se cerrase pronto el ascensor, cuando ya estuvo casi cerrado una mano paró el ascensor y entró. A Elisa se le aceleró el corazón a mil por horas, pero cuando levantó la mirada pudo ver que era Fermín:
- Qué susto.
Fermín la dedicó una sonrisa pícara:
- Siento haberme metido como un loco, llego tarde a una reunión que tengo a primera hora.
- No te preocupes, venía pensando en mis cosas y me sobresalté, solo es eso.
- A las doce hay una reunión para que conozcas a la asamblea de accionistas. Son unos pesados que ponen un montón de pegas, pero es lo que hay que hacer.
- Tranquilo, estaré a esa hora.
- Perfecto, me voy que no llego.
Salió casi corriendo del ascensor hasta su despacho. Elisa llegó a su despacho y tiró el bolso en uno de los sillones, debería de estar pensando en la junta con los accionistas, pero en su mente solo estaba Fernando, no se lo podía sacar de la cabeza y evidentemente tenía que decirle que estaba comprometida, no sabía qué ocasión aprovechar para contárselo, ni si quiera sabía si se lo quería contar. Alguien llamó a su despacho sobresaltándola y sacándola de sus pensamientos:
- Adelante.
Una chica castaña con ojos claros asomó su cabeza por la puerta:
- Disculpe, ¿Puedo pasar?
Elisa asintió sin saber bien quién era. La chica se acercó después de cerrar la puerta. Era muy guapa, y sonriente:
- Soy Claudia, su secretaria y la de Fermín. La venía a entregar las entrevistas que tiene hoy.
- Encantada Claudia, déjelas encima de la mesa, ya me pongo con ello.
Claudia dejó los folios encima de la mesa, después se quedó parada mirándola, Elisa se sentía incómoda, frunció el ceño sin saber bien que decir:
- ¿Pasa algo Claudia?
- No, era por si necesitaba algo más.
- No gracias, puede retirarse.
Ella volvió a sonreír y salió del despacho. Elisa agarró los curriculum, esta vez la entrevista era para recepcionistas, iban ha haber una nueva incorporación.
Erica había llegado a la empresa donde estaba trabajando la tal Elisa, que según Fernando se parecía tanto a Gisela, sentía mucha curiosidad de ver si lo que decía Fernando era tal.
Cuando Erica fue a entrar en la empresa vio a Fernando en la entrada principal, no quería que la viera así que disimuló , aprovechó que pasaba un grupo de gente con uniforme y se puso entre ellos para pasar. Fernando estaba muy pendiente de la entrada, pero una mujer bajita con el pelo corto se arrimó a él para preguntarle algo, Erica aprovechó y se coló sin ser vista por él. Pensó en preguntar en recepción por el despacho de Elisa, pero Fernando la descubriría, así que se encogió de hombros y pasó directamente hasta las escaleras. Allí paró a unos hombres que bajaban, los hombres la miraron por encima del hombro, pero ella no les dio mayor importancia:
- Disculpen, ¿El despacho de Elisa Caballero?
Los hombres se miraron entre sí como si ella les hubiese hablado de los extraterrestre, Erica puso los ojos en blanco:
- Es por una entrevista, para la recepción.
Uno de ellos asintió:
- Sí, en el segundo piso, cuarta puerta a la izquierda.
- Muchas gracias.
Ellos ni si quieran contestaron y enseguida bajaron las escaleras. Ella negó con la cabeza graciosa, enseguida continuó su camino. Llegó a la puerta, por un momento iba a llamar pero se quedó parada, Qué iba ha decir. Aún sin saber que iba a decir llamó y entró, casi sin dejar que hablasen. Erica se quedó mirando, la mujer estaba de espaldas hablando por teléfono, solo hizo un gesto con la mano para que esperase. Pudo ver que llevaba unos pantalones vaqueros oscuros y una camisa blanca. Erica se empezó a desesperar, miraba el despacho de un lado a otro, en ninguna parte de él había una foto. Por fin la mujer colgó y se giró. Erica abrió los ojos casi, casi se le salen de su órbita, la boca se la abrió de par en par y entonces su voz se quebró, no era capaz de pronunciar palabra.
Elisa se quedó perpleja al ver allí a Erica, no se lo podía creer, se negaba a creerlo. No tenía fuerzas casi para enfrentar a Fernando y de pronto se encontró a Erica. Vio su gesto, estaba ahí parada enfrente de ella, sin hablar, con los ojos como platos, Elisa se armó de valor, el poco que la quedaba y tras respirar se dirigió a ella:
- Buenos días, ¿Qué desea?
Erica negó con la cabeza varías veces, estiró la mano, quería tocarla, la parecía un sueño, pero entonces frenó en seco, esa mujer negaba conocerla:
- Venía... a una entrevista.
- Todavía no había llamado a nadie.
- Ya... a mi la mujer de abajo me dejó pasar.
Mintió, no pensaba que lo que había comentado Fernando era cierto, está mujer era idéntica a Gisela. La mujer enfrente suya comenzó ha hablar del puesto por el que supuestamente Erica había venido. Ella no la estaba escuchando, solamente la miraba fijamente, entonces se fijó en sus manos, estaba nerviosa, la temblaban, Erica frunció el ceño y la comenzó a escuchar:
- ¿Qué experiencia tiene en un puesto similar?
Erica no contestó, se quedó pensando, podía mentir y seguirla el juego, pero no quería, estaba cansada de tanta mentira, no entendía ese juego. Así que tomó aire y con la chulería que la caracterizaba la habló:
- Sinceramente ninguna, he mentido, ni si quiera ese es mi nombre verdadero, pero creo que de eso entenderás ¿no?
Elisa abrió los ojos, otra que la había descubierto, pensó, cerró los ojos, no podía más. Ya no quería callarse más, con Erica no, ella la había ayudado siempre y no era Justo.
Elisa se levantó ante la atenta mirada de Erica, cerró la puerta y antes de girarse cerró los ojos y respiró. Se giró y allí estaba Erica observándola con una ceja levantada, se notaba que estaba enfadada:
- Erica, te lo puedo explicar.
Erica se levantó de mala gana, y furiosa comenzó a alzar la voz:
- ¿Qué me vas a explicar Gisela? Que te hicisteis pasar por muerta, que te importó una mierda lo que los demás sintiésemos. ¿Eso me vas a explicar?
- No -intentó bajar la voz para calmar la situación- Erica, pensé en vosotros, créeme, pero...
- ¿Pensaste en nosotros? ¿No me digas? Pues no se nota sabes... aquí estás, como si nada, tienes tu buen puesto... y los demás destrozados por ti y tú como si nada. ¿Dónde has estado?
- Me fui con mi doctor, a Bali, pero no por gusto Erica.
Erica soltó una carcajada, y negaba constantemente con la cabeza, ni si quiera parecía escuchar a Elisa:
- Sí tanto querías fugarte con tu amiguito no tenías que haber hecho tanto paripé, solamente lo hubieses dicho, y ya. ¿Sabes lo que te hemos llorado? ¿Sabes lo que se han arriesgado por ti?
Elisa no sabía que decir, se quedó con el ceño fruncido, sin saber bien de qué hablaba. Erica vio su gesto y entonces se apiadó un poco de ella:
- ¿Crees que lo de tu casa fue un atentado?
- La verdad... como Henrique tenía tantos enemigos no lo dudé.
- Pues no, Rafa y Samuel fueron a por ti, a rescatarte. Se la jugaron por ti, y tú de jueguitos haciéndote pasar por muerta.
- Yo no sabía que Rafa y Samuel...
- No, claro que no lo llegaste a saber, si te fuiste corriendo con tu amigo.
- Erica no digas esas cosas, no sabes nada.
- ¿Te puedo hacer una pregunta Gisela?Solo una y me voy.
- Sí.
- ¿Alguna vez has pensado en Fernando?
Elisa se ofendió, esa pregunta la molestó mucho, la estaba hablando como si ella fuese una egoísta y no sabía nada:
- He pensado mucho más de lo que os podéis imaginar. Mucho más que él, me dejó tirada, no le importó si yo sufría o no, si yo estaba bien o no. Así que si me fui y no es mi problema. Nadie sabe lo que yo he sufrido o no.
- Lo que está claro es que has cambiado, que ya no eres la muchacha que vino a vivir a mi casa, pero pensaba sinceramente... que eras una buena mujer, eres peor que Thais.
Erica salió del despacho casi empujando a Elisa, está pensó en salir detrás de ella, pero se quedó petrificada, sus pies no la respondían. Erica había sido muy dura, a Elisa ni si quiera la importaba ya si Erica hablaba o no. Quería desaparecer del mapa, quería irse corriendo. Lágrimas recorrían sus mejillas, entonces cogió su bolso y salió del despacho, al pasar por la puerta de Claudia entró. Esta estaba en el ordenador, cuando la vio sonrió:
- Claudia, sino te importa, anula la cita de las doce, tengo un problema y me tengo que ir.
Claudia puso cara de susto, se puso nerviosa:
- Pero... señorita, son los accionistas.
- Me da igual.
Pero al darse la vuelta se topó con Fermín, este la miraba sin expresión en la cara, entonces sujetó la puerta y se asomó sujetando un brazo de Elisa:
- Claudia, no la hagas caso, sigue en pie la reunión.
Cerró la puerta y volvió a reparar en Elisa, sus ojos estaban tristes, había llorado:
- Me tengo que ir Fermín.
- Tenemos que tener esa reunión, no podemos cancelarla y mucho menos a estas horas.
- No puedo Fermín, necesito aire.
Fermín la tocó la cara, la acarició con delicadeza para que tranquilizara, ella inspiró hondo y soltó algunas lágrimas:
- Sí quieres bajamos a la cafetería y tomamos un café, te tranquilizas y me cuentas.
Elisa asintió y bajaron los dos juntos hasta llegar a la cafetería. La cafetería no era muy grande, pero era muy coqueta, había una barra larga con muchos productos, y en el otro lado una barra más pequeñas para las bebidas. Allí había una camarera con el pelo castaño recogido en un moño, era muy mona e iba bastante maquillada. Se emocionó cuando Fermín se acercó a pedir los dos cafés, se notaba que la gustaba. Se sentaron en una mesa, allí Ingrid, que así se llamaba la camarera, les dejó los cafés, después se retiró, tras dedicarle a Fermín una sonrisa pícara:
- Tú dirás, ¿Te vas agobiado por el trabajo?
- No, no es el trabajo.
- ¿Entonces?
Elisa tragó saliva, no conocía de nada a ese hombre, pero necesitaba hablar con alguien, sentía que se ahogaba:
- A vuelto a aparecer mi... bueno...
- Tú amante.
Elisa abrió los ojos de par en par, ese muchacho no tenía filtros, decía las cosa como le venían:
- Bueno...
- No te preocupes Elisa, no te voy a juzgar. Mi padre era un hombre mucho más mayor que tú. Me consta que era insoportable.
- No es tan sencillo lo que pasó. Y la historia es bastante larga.
- Entiendo... A aparecido tu ex, ¿Y qué pasa?
- Qué se supone que estoy muerta Fermín.

 A aparecido tu ex, ¿Y qué pasa? - Qué se supone que estoy muerta Fermín

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