Gisela apartó la mirada, no podía seguir mirándolo, quería salir corriendo de ahí, pero no podía, sabía que Henrique no se lo perdonaría y lo que menos quería ella en esos momentos era enfadarlo.
Erica fue hacia dónde estaba Rafael, él la miró con cara de pocos amigos:
- Hombre pensaba que había venido a la boda solo.
- Es que... Estaba... Bueno té digo, estaba intentando...
- Intentando...
- Quería ver qué pasa aquí, es muy extraño que Fernando y Thais se hayan podido permitir esto, ¿O no es raro?
- Claro que no, bueno igual si, pero a mí me dijo Fernando que el doctor de Thais se la dejo muy barata, casi se lo regaló.
- Claro... El doctor.
- ¿Por qué lo dices así?
- ¿Cómo lo he dicho?
- Pues así... Claro el doctor.
Rafael la imitó, pero Erica no entro a provocaciones, claro que era extraño que Thais justo fuese a celebrar la ceremonia ahí, pero no lo podía contar, el resto de gente no vio lo que ella vio, así que prefirió callar:
- Nada, no me hagas caso, solo es que... No quiero que Fer diga que si, no quiero, y menos delante de Gisela, no es justo para ellos.
Rafael la abrazó con mucha fuerza para que se tranquilizase, en el momento que la estaba abrazando entró Thais a lo lejos con el vestido de novia, Rafael se quedó quieto, está guapísima, eso pensó él. El vestido era de encaje en la parte de arriba y la parte de la falda era preciosa, larga y con volantes sencillos, su pelo iba suelto, su melena rubia volaba con el viento y unos pocos tirabuzones era lo único que adornaba su pelo. Erica se despegó de los brazos de Rafael y la vio, estaba bellísima y con una sonrisa de oreja a oreja, ya había conseguido su objetivo. Erica miró a Rafael, no la quitaba ojo de encima, él seguía enamorado de ella y Erica lo sabía, habían pasado unos meses geniales pero a veces sentía que no la podría arrancar de su corazón y que el hueco que ocupa ella no lo podría ocupar Erica.
Todo el mundo se levantó mirando a la novia, los comentarios atormentaban a Gisela, "está preciosa", "que vestido más bonito", "que felices están". Gisela no paraba de mirar al suelo, cerró sus ojos fuertes y pensó que cuando los abriese todo era una pesadilla y que estaría en su cama durmiendo, pero no, abrió sus ojos y lo primero que vio fue a Henrique, la ofrecía la mano para levantarse, ella miró la mano de él durante unos segundos, al fin la agarró y se levantó, miró en dirección a la novia, y pensó que Thais iba guapísima, después miró a Fernando, este no la quitaba los ojos de encima, Fernando quería imaginar que la que venía por ese pasillo era Gisela.
Thais pasó por al lado de Henrique y Gisela, cuando pasó Henrique la mostró una sonrisa y Thais a él, Erica se quedó mirándolos, no se conocían a penas para sonreírse tanto, claro estaba que a los dos les convenía esta unión, porque alejaba a Gisela y a Fernando para siempre. Thais llegó al lado de Fernando, lo sonrió, pero este no pudo hacer lo mismo, agachó la mirada y seguidamente miraron al juez que se colocaba delante de ellos.
Gisela comenzó a sentirse mal, la faltaba la respiración. La boda prosiguió como si nada, nadie se percataba del dolor que sentían ambos, el juez hablaba y Fernando no escuchaba, por fin llegó el momento de la pregunta, el juez comenzó por Thais:
- Thais ¿Aceptas por esposo a Fernando?
Thais no dudó ni un instante y enseguida respondió:
- Sí, sí quiero.
- Es tu turno ahora Fernando.
El juez le hizo la misma pregunta:
- Fernando, ¿Aceptas a Thais como esposa?
Fernando tenía la esperanza de que a la hora de decir el nombre no fuese ese, pero sí, dijo Thais, no podía hablar, sentía su garganta seca, áspera, giró la cabeza, miró a Erica, esta negó con la cabeza, después miró a Henrique, este sonreía plenamente. Volvió a mirar hacia el juez y sin pronunciar palabra miró al suelo. El juez volvió ha hacer la pregunta:
- Ay los nervios... Fernando ¿Quieres a Thais como esposa?
Fernando miró otra vez atrás, pero esta vez miró a Gisela, era la única que estaba de pie, con los ojos llenos de lágrimas Gisela lo miraba, Fernando volvió a pedirla perdón, y a ella la pudo leer en sus labios la palabra"te amo", Thais agarró el brazo de Fernando, este volvió en sí y la miró, Thais en bajito lo habló:
- No me hagas esto.
Fernando pensó en que ella estaba enferma, que en realidad no quería hacerla mal, miró al juez y asintió con la cabeza, seguidamente habló:
- Sí, acepto.
Todo el mundo aplaudió después de ese momento de interrupción, Gisela se sentó de golpe, había dicho que si, esa simple palabra se había clavado en su corazón como una espada, sentía que algo había muerto dentro de ella.
Todo el mundo los felicitaba, Gisela miró a Henrique:
- ¿Nos podemos ir?, no me encuentro bien.
Era verdad, no se encontraba bien, tenía nauseas y muchas ganas de llorar:
- Sí claro, tienes mala cara, te has puesto muy pálida.
Se levantaron, Gisela se quedó parada unos segundos, comenzó a ver a tanta gente alrededor de los novios felicitándoles que se empezó a agobiar, la palabra"si quiero" retumbaba en su cabeza, de pronto vio oscuridad y se desplomó, la gente comenzó a mirar hacia dónde ella estaba tendida, Henrique fue hacia ella, Fernando miró entre la gente e iba hacia ella cuando Thais lo agarró del brazo:
- Te quiero mucho mi amor.
Fernando seguía pendiente de Gisela, así que casi no la hizo caso:
- Ahora vengo.
Thais se quedó con los ojos abiertos como plato. Fernando llegó a donde estaba Gisela en el suelo, se agachó a su lado he intentó darla aire, en ese momento se acercó Henrique y mirándolo con mala cara le hablo:
- Ya me ocupo yo de ella, tú ocúpate de tu mujer.
Fernando lo miró con mala cara, pensó en no hacerle caso, pero se dio cuenta que tenía razón, se había casado con otra mujer. Se apartó despacio y dejó a Henrique que la intentase reaccionar. Gisela volvió en sí, lo primero que vio fue a Henrique:
- ¿Qué ha pasado?
- Te has desmayado,¿Te encuentras bien?
- Bueno... Un poco mareada.
Gisela se levantó despacio y con ayuda de él , y comenzaron a andar hacia la puerta:
- Me quiero ir.
- Si, tranquila.
Los dos caminaron hasta el coche y se fueron de allí. Comenzó el banquete y Fernando no paraba de pensar en Gisela, Erica se acercó a él cuando Thais se había alejado:
- Felicidades Fer.
Fernando la miró, pero no con muy buena cara:
- ¿Sabes algo de Gisela?
- He llamado y me ha dicho Jessica que está mejor, no te preocupes habrá sido una bajada de tensión por el barullo.
- No me ha dejado acercarme a ella.
- Es lo mejor Fernando, hoy tienes que estar a lo que tienes que estar.
- No paro de pensar en ella, no puedo, por un instante estuve apunto de decir que no e irme corriendo con ella, lejos muy lejos.
- Me imagino, yo pensé que ibas a decir que no.
- Si no llega a ser porque pensé en Ainhoa, me hubiese marchado.
- Tranquilo Fer, estate tranquilo, sé que ahora tienes millones de cosas en la cabeza, pero tienes que estar tranquilo, por favor, te prometo que Gisela va a estar bien.
Gisela ya descansaba en una cama cuando entró Jessica a verla:
- ¿Cómo sigues mi amor?
- Mejor, un poco mareada, pero mejor.
- Mi niña, tenemos problemas.
Gisela se incorporó despacio y mirando sería a Jessica la habló:
- ¿Qué problemas?
- Henrique se empeñó en llamar a un médico, para que te revisase.
Gisela se levantó de la cama nerviosa, asustada:
- ¿Para qué un médico? Jessica no.
- A ver Gisela, he intentado por todos los medios intentar que no lo llamase, pero no quería que el sospechase al oponerme tanto, llevas días sintiéndote mal, con mareos, náuseas, ¿Crees que no sabe que algo te pasa? Es normal que se preocupe.
- Si es verdad, pero... Me van a descubrir.
- Tranquila, llevas muchas emociones y tienes que pensar en el bebe, tranquila, va a pasar lo que tenga que pasar.
César llegó a casa de Henrique, este pasó al despacho, allí estaba Henrique sentado, cuando le vio se levantó y le dio la mano:
- He venido lo antes que he podido, ni si quiera me había enterado en la boda que tu mujer se había desvanecido, ni si quiera la vi, ya siento curiosidad.
- Ya la vas a ver, está en su cuarto, te llevo hasta allí.
Los dos subieron las escaleras y llegaron a la puerta del cuarto de Gisela, antes de entrar Henrique le pidió a César que esperase fuera. Henrique después de llamar entró en el cuarto, vio a Gisela levantada y se arrimó a ella regalándola:
- ¿Qué haces levantada?, acuéstate.
Gisela no le atendía:
- Estoy bien Henrique, no necesito dormir, estoy bien.
- Quiero que te recuestes esta fuera el doctor que te va a mirar.
Gisela miró a Jessica, después miró al suelo, Henrique seguía hablando y ella solo pensaba en cómo librarse de aquello:
- Vale me recuesto.
Gisela se tumbó en la cama, Henrique llamó a Jessica aparte:
- Quiero que la vigiles, que la cuides, no dejes que se levante, para eso te pago Jessica.
Jessica sumisa asintió con la cabeza, seguidamente Henrique dio paso a César, el entró y Henrique salió de la habitación cerrando la puerta a su salida. César se acercó a la cama, pero sin tomarle importancia a Gisela, dejó sus cosas en la mesilla que había a su espalda, se dio la vuelta para presentarse:
- Buenas tardes, soy...
Se quedo mirándola, Gisela lo miraba, le sonaba de algo, no sabía de qué, pero él la reconoció:
- Tú... Eres... La del bar.
Gisela seguía pensando y calló en l cuenta:
- César ¿No?
- El mismo.
Gisela sonrió y el no paraba de mirarla, Jessica al ver que se conocían, en silencio se metió en el cuarto de baño. César volvió ha hablarla:
- Voy ha hacerte algunas pruebas, quiero ver de dónde proceden los mareos, son los síntomas que me ha dicho Henrique que tienes.
Gisela se incorporó despacio y se sentó en la cama enfrente a él, pensó en contarle las cosas:
- Los mareos son... Porque estoy embarazada.
César se quedó sorprendido, la miró y se dio cuenta que ella se sentía incómoda:
- Y no quieres tenerlo...
- Si, si quiero tenerlo pero...
- No es de Henrique.
Gisela abrió los ojos como platos,¿Cómo había descubierto tan rápido?
- No, no es de él, pero...
- No me tienes que dar explicaciones Gisela, es normal, eres muy joven, muy bella y...El... Bueno...
- La verdad es que todo pasó muy rápido, El contrato un chofer y... Surgió el amor, él problemas es... Que si Henrique se entera de mi estado... Se va a cabrear.
- Normal.
- Es una historia larga de explicar, tampoco Henrique es el hombre que dice ser, pero es normal que tú, siendo su amigo, pues pienses mal de mí.
César toco su pierna con suavidad mientras la hablaba:
- Yo no voy a pensar mal de ti, veo en tus ojos pena, tristeza y no me gusta, alguien tan bella como tú no debería de estar triste.
Gisela miró la mano en su pierna e inmediatamente él la retiró:
- ¿Qué piensas hacer?
- No se, la verdad que debería de decírselo más que nada porque se va a dar cuenta, pero tengo miedo de su reacción.
- Por mi parte puedes estar tranquila, yo no le voy ha decir nada, pero tienes que buscar una salida.
Alguien llamó a la puerta en ese momento, los dos se quedaron en silencio, Henrique abrió la puerta, Gisela se puso un poco nerviosa, pero César la agarró el hombro con dulzura, tranquilizándola, se acercó a Henrique:
- ¿Qué es lo que tiene?
- Ha sido una bajada de tensión, no tiene mayor importancia, tiene que estar tranquila, comer bien y sobre todo descansar.
- Perfecto, muchas gracias César.
- De nada, para eso estamos, bueno Gisela, espero que sigas mis indicaciones, buenos días.
César salió de la habitación acompañado por Henrique, Gisela se quedó mirando la puerta cuando Jessica apareció a su lado, Gisela se asustó al darse la vuelta y verla:
- Que susto Jessica.
- ¿No te habías dado cuenta que me había metido en el baño?
- No, ¿Por qué en el baño?
- Os vi tan compenetrados, no quise molestar.
- ¿Por qué dices eso?
- No se... ¿Por qué te quiere ayudar?Es amigo de Henrique.
- Pues no se, lo que sí sé es que a mí me inspira confianza y me cae bien .
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Como te imaginé
RomanceGisela Álvarez casada con un hombre mucho mas mayor, jamás a conocido el deseo, la pasión y mucho menos el amor.Hasta que llega a su vida Fernando Marín, un escolta que le pone su propio marido, el cual la hace sentir cosas que jamás imaginaba senti...