Henrique subió a la habitación, Gisela estaba dormida, se acercó a la cama, era preciosa, su piel blanca y su pelo negro hacían que fuese hermosa, Henrique la contemplaba como hacía años que no lo había hecho, cada vez que la miraba descubría algo nuevo en ella, algo más hermoso que lo anterior. Ashley salió del baño, allí estaba Henrique contemplando a esa mujer, él no se dio cuenta de su presencia, Ashley pensaba, no entendía bien donde se estaba metiendo, será que Henrique realmente estaba enamorado de Gisela o seria que era una obsesión, no sabía, lo que tenía claro era que Gisela no lo amaba y tenía sus motivos poderosos.
Ashley se aclaró la garganta lo que hizo que Henrique se percatara de su presencia, ella ando hasta donde estaba él, había dormido toda la noche cerca de Gisela, no lo besó como todas las mañanas como cuando lo veía, se limitó a colocarse a los pies de la cama y observar a esa mujer. Henrique la miró:
- ¿Cómo está?
Ashley contestó pero sin ni si quiera mirarlo:
- Pues realmente no lo sé, parece ser que paró el sangrado, la di unas pastillas para el dolor porque se estuvo quejando de dolores en el vientre, pero no tengo medios para mirar si el bebé está bien, tampoco tengo muchos conocimientos, hay que esperar a ver cómo reacciona.
Henrique se acercó a ella, Ashley seguía sin mirarlo:
- ¿Qué pasa? No me miras, no me has besado hoy,¿Qué pasa?
Ashley por fin lo miró, pero su cara reflejaba a parte de cansancio, desconfianza:
- Henrique, ¿La violaste?
Henrique se molestó, ella pudo notar como se ponía incómodo, la agarró del brazo:
- Eso no es asunto tuyo.
- ¿O sea que si?
En su mirada pudo ver repudio hacia su persona, Henrique pudo ver la mirada de Gisela cuando se enteró de que el violador había sido él. La soltó el brazo y salió de la habitación, Ashley miró a Gisela y luego a la puerta, se decantó por ir detrás de él, quería saber, necesitaba saber.
Lo siguió hasta su habitación, entró, él estaba apoyado en la cómoda cuando ella entró, no la miró, Ashley se quedó cerca de la puerta:
- ¿Es cierto Henrique?
Él no habló, no la miró, no hacía nada, Ashley se acercó un poco más:
- ¿Henrique? ¿Es cierto?
Seguía sin contestar, no hacía nada, a ella se le acababa la paciencia, se acercó más y alzando más la voz le volvió a preguntar:
- ¿Me puedes contestar?
Henrique se dio la vuelta, la miró:
- Sí, es cierto.
Ella se horrorizó, apartó la mirada de la suya, Henrique se acercó a ella, cuando estaba cerca de ella la habló:
- ¿Me repudias?
- ¿Cómo pudiste? Era una niña Henrique.
- Yo me enamoré.
- ¿Te enamoraste? Era una niña, no tenías derecho de quitarle su niñez, de decidir por ella.
- Yo quería darla lo mejor y se lo he dado, ella vivía en la miseria con su padre, se merecía todo esto que yo si le puedo dar.
Ashley negaba con la cabeza, no podía creer lo que estaba escuchando:
- No tenías derecho de decidir por ella, la pusiste entre la espada y la pared, la dejaste embarazada Henrique, sin su consentimiento la hiciste una vida, que tú querías.
- Era lo mejor para ella, es lo mejor para ella.
- Es lo mejor para ti, o eso es lo que crees, porque ni si quiera eso, ¿Crees que es lo mejor para ti? Estar con una chica que no es feliz contigo, tú te mereces otra cosa.
- La quiero a ella.
Ashley vio una obsesión desmedida, no podía creer lo ciego que estaba, no veía más allá, ella prefirió cambiar de tema, no quería mosquearlo más:
- Sí realmente te preocupa, llama a un médico.
- No.
- Henrique, Gisela está mal, tenía dolores y... el sangrado no es bueno, por favor, ni si quiera se si ha perdido al bebé.
- Tú te puedes ocupar de ella, no voy a llamar a ningún médico, tú misma me has dicho que dejo de sangrar y... los dolores son normales, se calló por las escaleras.
- La tiraste Henrique.
Pudo ver su mirada clavarse en la de ella, la intimidó, lo había cabreado, la miraba retándola, Ashley se hizo pequeña a su lado:
- Se calló, no quiero que se vacilen mis palabras.
- ¿Y el bebé?
Henrique se puso nervioso, se movía por la habitación y empezó a resoplar:
- ¿Qué pasa ahora con el bastardo?
- No sabemos si está vivo.
- Sí está vivo o no me da lo mismo.
- ¿Cómo puedes decir eso?
- ¿Me vas a cuestionar todo? Me estoy empezando a cansar, pensaba que eras como yo, que buscabas lo mismo que yo, pero estoy viendo que no.
Ashley intentó tranquilizarlo, ella sabía que no era igual que él, que esto la venía grande,pero no quería irse de su lado, no quería mosquearlo:
- No te cuestiono, solo quiero saber cuáles son tus planes.
- Por ahora limítate ha hacer lo que te he dicho, cuida de Gisela y no me lleves la contraria, ahora salte de la habitación, tengo que hacer cosas.
Ashley salió sin rechistar, tenía ganas de llorar pero se contuvo, después de tomar aire para no soltar ni una lágrima entró en la habitación de Gisela, ella estaba despierta, Ashley se acercó a la cama Gisela la miró:
- ¿Cómo estás Gisela?
- ¿Acaso te importa?
Ashley bajó la mirada:
- Claro que si, para eso estoy aquí, para cuidarte.
- ¿Para cuidarme? Henrique no quiere cuidarme, él quiere acabar conmigo.
Ashley no sabía que decir, intentaba no mirarla a la cara, había venido para hacerse dueña de la casa, quería estar con Henrique, pero viendo así a Gisela la cosa se complicó:
- Creo que fue un accidente, esas cosas pasan.
Ashley sabía que no había sido así, que ella lo había visto todo, pero no podía echarse piedras sobre su propio tejado, Gisela se incorporó un poco, la miró con cara de asombro:
- Eres como él, ¿Qué iba a esperar de ti?
- Él se preocupa por ti Gisela, ha venido a verte esta mañana.
- A ti realmente te interesa que desaparezca, te quedarías con Henrique y con todo esto ¿no?, ¿Por qué me querías ayudar?
- Es verdad que quiero estos lujos y es verdad que quiero... bueno...
- A Henrique, quieres a Henrique, ¿Eso ibas a decir?
- Gisela... si estoy aquí no es porque me lo haya pedido Henrique, si no porque... No me gustó lo que hizo contigo y con el bebé, es un inocente y no tiene culpa.
- Para él le he traicionado y sabía que esto iba a llegar, pero no se como una persona puede atentar contra un ser indefenso.
Gisela se intentó incorporar de la cama, Ashley le hizo gestos para que no se moviese mucho. Gisela se sentó en la cama, le costó mucho ponerse en esa posición, se sentía débil, miró a Ashley a los ojos, esa chica la desconcertaba, no sabía que pensar:
- Ashley, si de verdad te importo, aunque sea algo, ayúdame.
- En eso estoy Gisela, pero no es tan sencillo, no tengo los aparatos ni los conocimientos oportunos.
- No me refiero a eso, pero... podías llamar a Jessica, intentar ubicarla, o a Samuel, ellos son de mi confianza, ellos me ayudarán.
Ashley la miró con temor, no sabía que iba a decirla, quería que estuviese bien, pero por otro lado estaba Henrique de por medio:
- Gisela...
- Ya se que me vas a decir que no.
- No es eso... he intentado hablar con Henrique para que me deje llamar a un médico y no a querido, si se entera que he llamado a alguno de tu confianza... igual me echa y va a ser peor para ti, si te trae a otra persona no sabes si va a ser peor.
- Pero... necesito a alguien a mi lado, necesito saber que están bien.
Ashley vio la cara de dolor de Gisela, se sentó en la cama a su lado y despacio la toco el hombro para que se tranquilizara:
- Se que el tal Samuel está bien, solo que no le han dejado entrar, creo que le han despedido y en cuanto a la otra mujer...
- ¿Qué? ¿Que la ha pasado a Jessica?
- No lo se, te lo juro, no se ni tan si quiera quien es, lo puedo averiguar, pero estate tranquila, por favor.
- Necesito levantarme, necesito ir al baño.
- Sí claro, yo te ayudo.
Ashley se incorporó y ayudó a Gisela a levantarse, veía su cara de dolor mientras la ayudaba a levantarse, cuando ya estuvo incorporada del todo la acercó al baño:
- Te espero aquí, si necesitas algo me dices.
Gisela agarró el pomo de la puerta, la abrió apoyándose, se sentía débil, apenas había comido y aparte tenía dolor en el vientre. Se acercó a la taza del baño y antes de poder agacharse notó líquido recorrer sus piernas, pensó que se había orinado encima, se miró, miró al suelo, no era orina, sino sangre, sus piernas estaban llenas de sangre, al igual que el suelo, había un charco de sangre. Gisela miró al frente, se miró en el espejo, su cara estaba demacrada, pálida, con ojeras, comenzó a llorar, se tocó el vientre:
- No, mi bebé, no puede ser.
Se derrumbó, se dejó caer en el suelo.
Ashley miró su reloj, Gisela no salía, no pedía ayuda, no sabía nada de ella, Ashley llamó a la puerta con cuidado:
- Gisela, ¿Todo bien?
Ella no contestaba, no se escuchaba nada, Ashley se comenzó a preocupar, llamó más fuerte, pero seguían sin contestar, acercó su oído a la puerta, escuchó gemidos:
- Gisela voy a entrar ¿vale?
Ashley abrió la puerta, allí estaba Gisela sentada en un charco de sangre, llorando, Ashley se acercó a ella:
- ¿Estás bien?, ¿Qué pasa? Estas sangrando Gisela.
- Mi bebé.
Gisela lloraba a mares, apenas podía pronunciar palabra, Ashley levantó el brazo para intentar abrazarla, pero finalmente la tocó el brazo:
- Gisela, vamos a levantarnos ¿vale? Hay que revisarte.
Ashley se levantó y agarró del brazo a Gisela, pero ella no se movía, parecía sin fuerzas, sin ganas de nada:
- Gisela por favor, ayúdame a ayudarte, por favor.
Ashley estaba nerviosa, no sabía bien que hacer, la agarró de los brazos y se la puso enfrente, la miró a los ojos:
- Gisela, hazme caso, por favor, tengo que revisarte.
- No lo siento.
Ya por fin pronunció algunas palabras, casi las balbuceó, Ashley abrió los ojos de par en par:
- ¿Qué?
- No siento al bebé, no lo siento.
Ashley vio como ella se tocaba el vientre, no sabía que hacer, ni cómo calmarla:
- Vamos a la cama Gisela por favor, tengo que mirarlo.
Ashley se levantó y ayudó a Gisela a levantarse, miró al suelo, había mucha sangre, Ashley se asustó, pero intentó que ella no lo notase.
Samuel daba vueltas como loco en la habitación de hotel, no sabía que hacer, no sabía cómo ayudar a Gisela, sabía que algo pasaba, por fin pensó, ¿Fernando?, a lo mejor era una locura, pero pensó en él para que le ayudase, agarró las llaves del coche y salió de la habitación de hotel deprisa.
Ashley había ayudado a Gisela a lavarse, por fin la había conseguido dar un calmante para el dolor y por fin Gisela estaba en la cama, pero no tranquila, Gisela no paraba de llorar. Ashley se acercó a ella:
- Gisela, por favor, deja de llorar, voy a bajar a por algo de comer, necesitas comer.
- No quiero comer Ashley.
Gisela no paraba de agarrarse el vientre, Ashley ya no podía más, lágrimas bajaban por sus mejillas, salió por la puerta, cuando la cerró apoyó su cabeza en la puerta, lloró, no sabía muy bien si era por la imagen que acababa de ver o porque está situación la venía grande, sabía que iba a ir a más y no sabía que iba ha hacer, ya se había metido en esto y no podía salir tan fácil.
Rafa estaba poniendo la mesa para comer, Erica salió de la habitación y se acercó a la mesa:
- Se a quedado tranquila la nena, me a costado, no paraba de llorar, creo que echa de menos a sus padres.
- ¿Y tú?
- ¿Yo que?
Rafael se acercó a ella de forma cariñosa, la empezó a besar el cuello, ella comenzó a reírse:
- ¿Qué te pasa?
- Quiero estar contigo, te echo de menos.
Erica no podía resistirse a sus besos, era tan guapo, comenzó a besarlo, él la llevó hasta la columna y allí la levantó los brazos y la besó con pasión, algo los interrumpió, alguien llamó a la puerta, Rafa giró su cabeza y reparó en la puerta, pero Erica le agarró la cara y se la giró:
- No hagas caso.
Rafa siguió besándola después de regalarla una mirada cómplice, siguió besándola, pero volvieron a llamar a la puerta, esta vez más fuerte, insistían mucho, así que Rafa fue hacia ella y la abrió. Miró a ese hombre que estaba parado frente a él:
- ¿Hola?
Samuel lo miró de arriba a abajo, se asomó un poco a la casa a ver si veía a Fernando, pero no fue así:
- Quería saber si estaba Fernando, ¿Vive aquí no?
- Sí, vive aquí, pero no está.
Samuel se quedó parado sin saber que más decir, lo pensó bien, si hubiese estado Fernando, ¿le iba ha decir lo del embarazo de Gisela?, ella no se lo iba a perdonar:
- Muchas gracias, vendré en otro momento.
Cuando Samuel se dio la vuelta alguien pronunció su nombre a sus espaldas, él se giró hacia ella, era Erica, la amiga de Gisela, lo reconoció:
- Tú eres... o sea trabajas en la casa de Henrique, ¿Preguntas por Fernando? ¿Le ha pasado algo a Gisela?
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Como te imaginé
Lãng mạnGisela Álvarez casada con un hombre mucho mas mayor, jamás a conocido el deseo, la pasión y mucho menos el amor.Hasta que llega a su vida Fernando Marín, un escolta que le pone su propio marido, el cual la hace sentir cosas que jamás imaginaba senti...