Perdón

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LLEGÓ EL DÍA DE LA BODA
Jessica entró en el dormitorio de Gisela, estaba todo oscuro, a Jessica la extrañó que todavía no se hubiese levantado. Entró en la habitación pero Gisela no se despertó, subió las persianas y Gisela comenzó a despertarse. Jessica se fijó en la ropa que estaba tirada en el suelo, la cogió y vio que estaba llena de barro, se asustó. Gisela se desperezó y se quedó mirando a Jessica con la ropa en la mano:
- Gisela,¿Qué es esto? ¿Qué te pasó anoche?
- No es nada tranquila Jes.
Gisela se levantó corriendo y cerró la puerta de su habitación, para darla la explicación a Jessica:
- Tuve una pesadilla y me fui a dar un paseo.
- ¿Un paseo? Gis tienes la bata llena de barro, parece que te has caído.
Gisela se sonrojó:
- No me caí, Jes...
- ¿Qué has hecho?
- Fui a ver a Fernando, no me digas cómo sucedió, pero cogí el coche y andando con él, llegué a su casa, él también estaba andando, nos encontramos, nos llamamos en la distancia Jes, y me entregué a él por última vez.
- Mi niña... Has corrido mucho riesgo, imagínate que se hubiese dado cuenta Henrique.
- Me aseguré que no os dieseis cuenta, sé que ha sido una imprudencia, lo sé, pero ha sido mi culpa, solo mía, fui yo quien lo busqué .
- Gis, te entiendo, hoy se casa y no quieres aceptarlo, pero... Ya estabas convencida de que no os ibais a volver a ver, que el día del hospital fue el último día.
- Lo sé... Pero fue algo superior a mi, hoy se casa y me queda claro que ya no va a ser mío, qué va ha hacer su vida, puedes estar tranquila Jes, no lo voy a volver a buscar.
Juan fue a la habitación de Henrique a despertarlo y para su sorpresa ya estaba despierto:
- Que pronto se despertó hoy que es sábado señor.
- Claro, tengo un compromiso.
- No sabía.
- Tengo, mejor dicho, tenemos una boda, hoy se casan Fernando y Thais.
- ¿Va a ir a la boda?
- Claro, nos han invitado, no les vamos ha hacer el feo, además... Quiero que Gisela vea en primera fila a su amado casarse con otra, y que ese desgraciado vea a Gisela a mi lado.
- Creía que quería hacerla feliz.
- Y quiero que sea feliz, pero tienen que pagar lo que han hecho.
Gisela se terminó de duchar, se puso una toalla tapando su cuerpo y otra para agarrar el pelo y salió a la habitación, al salir vio enfrente a Henrique, se asustó:
- Henrique que susto me has pegado, ¿Qué haces aquí?
- Que bien que ya te hayas duchado.
Gisela se extrañó y reparó en un portatrajes que llevaba en la mano:
- ¿Por?
- Toma te he traído un vestido, no sabía si tenías algo que ponerte, con eso de que las mujeres no queréis repetir modelito.
Lo dejó en la cama:
- ¿Un vestido?¿Vamos a algún lado y no me he enterado?
- Claro, vamos a la boda de Fernando y Thais.
Gisela se quedo perpleja, no lo podía creer:
- Pero... ¿Por?
- Nos han invitado, Thais se molestó en mandarnos la invitación, no la vamos ha hacer el feo.
- No sabía que quería ir, ni que te interesasen las bodas.
- Fernando ha sido un gran amigo para ti, no le vas ha hacer el feo.
- Yo la verdad es que no quiero ir Henrique.
- Vamos a ir, tenemos que demostrar a la gente que estamos bien, que tú no te fuiste de casa porque te ibas con otro, no querrás hacerme quedar mal.
- No pero... No quiero ir.
- Vamos a ir, te espero abajo mientras te vistes y te maquillas.
Henrique la soltó un beso y se fue. Gisela no se lo podría creer, se dejó caer en la cama sentada, se quedó mirando a la nada, no podía ser, ya era difícil para ella aceptarlo como para encima tener que verlo.
Jessica entró en la habitación al rato, Gisela seguía con el albornoz, pero se había hecho un moño alto precioso, estaba guapísima:
- Que guapa mi niña, ¿Vas a salir?
- Si, vamos a la boda.
- ¿Qué boda?
- ¿Qué boda va a ser Jes? La de Fernando.
- Pero... No sabía nada.
- Ni tú ni nadie, se lo a mantenido callado para no desarmarle el plan, ha sido muy listo, ¿Qué hago Jes?, no puedo vele casándose con otra.
- ¿Y qué vas ha hacer?¿A caso tienes mas opciones?
- No, la verdad no.
- Mi niña no me gustaría estar en tu pellejo.
- Yo sabía que Thais había mandado la invitación, pero no me imaginaba para nada que Henrique iba a decidir ir.
- ¿Thais mando la invitación?
- Si.
- Que extraño, ella sabe perfectamente lo que Fernando y tu sentís, ¿En serio quiere ver allí a la mujer que ama Fernando? Porque tampoco tiene relación con Henrique,¿O sí?
- No, no que yo sepa vamos.
- A mí si fuese ella no me gustaría que tu estuvieses allí, puedes hacer dudar a Fernando.
- Yo me quiero morir, y para colmo me ha traído un vestido con la talla de antes, estoy gorda, ¿Cómo me meto ahí?
Jessica se rió:
- No estás gorda, pero ya estás de casi cuatro meses, ya se te empieza a notar, es normal, ponte otro más holgado.
- ¿Y qué le digo a él?
- Pues... Que no te ha gustado, que no te vale, no se tienes mil cosas, no tiene porque sospechar.
- Me voy a vestir entonces.
Fernando ya estaba vestido, Erica lo estaba ayudando, Rafael salió de la sala y Erica se asomó a verle, el traje era negro, y llevaba un chaleco blanco roto a juego con la corbata, la camisa blanca, estaba guapísimo. Erica lo miró, Fernando no se dio cuenta que entró, no paraba de mirar al espejo con rostro triste:
- Eres el novio más guapo y a la vez más triste que he visto.
Fernando la miró, la dio un beso tímido en la mejilla:
- No te escuché entrar.
- Estabas concentrado, ¿Qué pasa Fer?
- No me la quito de la cabeza.
Thais estaba buscando a Erica para que la ayudase a terminar de arreglarse, la buscó en las habitaciones y como no la vio, fue a donde estaba ella con Fernando, los dos estaban hablando, a Thais la produjo curiosidad y se quedó a escuchar:
- Es normal Fer, pero hoy es tu boda, te casas con otra mujer.
- Anoche estuvo aquí.
- ¿Cómo aquí?
- Vino a buscarme y... Hicimos el amor Erica.
Erica se quedó de piedra:
- ¿Seguro que no lo has soñado Fer?
- La verdad pensaba que lo había soñado, pero no, no ha sido así, vino hasta aquí y hicimos el amor, fue nuestra despedida.
- ¿Seguro que fue la despedida? Fer ya os habéis despedido tres veces.
- Nos merecíamos una despedida bien Erica.
- Para mí os merecéis todo Fer, pero así os hacéis más daño.
- El problema es que a Thais no la puedo ni mirar prácticamente, ¿Cómo voy ha hacer una vida con ella?
- Tú has sido sincero, ella sabe que amas a Gisela, sabe perfectamente porque te casas con ella, no te puede atosigar, no debe.
Thais fue corriendo a su cuarto, pegó un portazo:
- Es una zorra, se ha acostado con Fernando, vino a buscarlo.
Gisela bajó las escaleras, Henrique se quedó sorprendido, no se había puesto el vestido que la había regalado, un vestido negro, sin escote, ancho arriba, estrecho abajo, por encima de la rodilla y bastante sencillo:
- Estas muy guapa, pero... ¿y tu vestido?
- Pues... No me parecía lo más apropiado para ir a un evento así.
- Esta bien, ¿Nos vamos?
Henrique se dio cuenta del mal estar de Gisela, pero para él era necesario enseñar su trofeo. Jessica se acercó a Gisela y la hablo bajito:
- No te voy ha decir que te lo pases bien, pero... Suerte mi niña.
Jessica la lanzó un beso mientras salían por la puerta, Samuel se acercó a ella y la pasó la mano por los hombros:
- ¿Por qué la vida es tan cruel con ella?¿Qué ha hecho?
- La vida es injusta Jessica, ya lo sabemos, pero va a pasar.
Henrique y Gisela llegaron al sitio donde se iba a celebrar la ceremonia, el coche estacionó y Henrique bajó, la abrió la puerta para que bajara pero Gisela se demoró en bajar, tomó aliento:
- ¿No bajas?
Gisela volvió en sí y aceptó la mano de Henrique, bajaron del coche y ella notó que todas las miradas de alrededor fueron hacia ellos.
Rafael estaba cerca del altar cuando Erica se acercó a él:
- ¿Qué haces aquí?
- Pues... A ver si empieza esto y observó a Fernando que no se escape.
Los dos soltaron una risita burlona:
- La verdad es que haces bien, porque le he visto súper angustiado.
Empezaron a oír mucho jaleo, alguien venía y la gente susurraba, Erica miró a lo lejos y sus ojos no podían creer lo que veían, era Gisela:
- No me puedo creer lo que veo, dime que estoy mal ¿Es Gisela?
Rafael miró en esa dirección y efectivamente era ella:
- No estás mal, es ella ¿Qué hace aquí?
Henrique y Gisela se acercaron a ellos:
- Buenos días.
Rafael y Erica saludaron al unísono, Erica no paraba de mirar a Gisela con los ojos como platos, Gisela negó con la cabeza:
- Erica...¿Me podrías decir dónde está el baño?
- Si, te acompaño.
- Ahora venimos.
Erica y Gisela se alejaron y Rafael no sabía dónde meterse, le habían dejado a solas con ese señor que no conocía de nada.
Erica y Gisela caminaron disimuladas hasta que llegaron dentro de la casa:
- No es que no me alegré verte amiga pero... ¿Qué haces aquí?
- Erica... Henrique se a empeñado, no quería venir te lo juro, pero él quiere humillarnos.
- Madre mía... Si Fernando te ve no se va a casar.
- ¿Qué?
- ¿Sabes cómo estaba esta mañana?¿Las dudas que tenía? Gisela se quería fugar contigo, esta echo trizas.
- Pues como yo Erica, lo que menos quería era estar aquí créeme.
- Te creo amiga.
- Thais nos mandó la invitación, por eso estamos aquí.
- ¿Thais? No me lo puedo creer.
- Erica no sé qué hacer.
Erica la abrazó, alguien tocó su hombro, era una chica que Gisela no conocía, la dijo que necesitaban su ayuda:
- Me tengo que ir Gisela, luego te veo, tranquila.
Erica se fue. Gisela pensó en fugarse pero la iba a dar igual, así que tomó aire y fue hacia el baño. Un hombre salió del baño de caballeros y se tropezó con ella:
- Perdone, no la vi.
El hombre la miró a la cara, se quedo mirándola un rato, no la soltaba el brazo así que Gisela habló:
- No tiene que pedir perdón, yo tampoco lo vi.
- No me puedo creer verla otra vez, pensé que nunca la iba a volver a ver.
Gisela se quedó mirándolo, la verdad que le sonaba de algo, pero no caía de que:
- No me reconoce por lo que veo.
- La verdad me suena, pero no sé de dónde.
- Nos vimos en una discoteca, chocamos así como hoy, bueno... Me imagino que son pocas pistas,¿No?
- La verdad son muchas pistas porque apenas salgo y mucho menos a discotecas, así que me acuerdo de usted, no de su nombre, pero sí de usted.
- Soy César, usted... Gisela.
- Se acuerda, flipante.
- Esa cara es difícil de olvidar, perdón por mi atrevimiento.
- Tranquilo, no pasa nada.
Él la miraba como si quisiese leerla el pensamiento, ella se sonrojó y se empezó a poner nerviosa:
- Me tengo que ir, me están esperando, encantada de volverlo a ver.
- Igualmente.
Aquel hombre la dio un beso tierno en la mano y después la dejo ir. Gisela fue hacia dónde estaba Henrique pensando en aquel hombre, era misterioso.
Llegó a donde estaba Henrique, ya no estaba Rafael:
- ¿Y Rafa?
- Se a tenido que ir, le han llamado.
Henrique se empeñó en acercarse más a donde estaban los invitados ya sentados, Gisela no quería pero tubo que acceder, se sentaron en unos bancos que había al fondo, Gisela miró al altar y como si de un imán se tratase Fernando y Gisela cruzaron miradas, pero a diferencia de la noche anterior las miradas eran tristes y ansiosas. Gisela agachó la mirada y Cuando volvió a mirar pudo leer de los labios de Fernando la palabra " Perdón".

 Gisela agachó la mirada y Cuando volvió a mirar pudo leer de los labios de Fernando la palabra " Perdón"

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