Culpa

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Samuel fue a la casa buscó como un loco a Juan,no lo encontró en la cocina y fue a buscarlo a la parte de atrás de la casa,allí estaba con la leña. A Samuel la ira le recorría todo el cuerpo, así que se acercó y sin previo aviso agarro a Juan del hombro girándole y le golpeó en la cara, Juan calló al suelo y desde ahí lo miro,Samuel estaba exaltado y Juan extrañado:
- ¿Qué haces?
- ¿Qué haces tú?, ¿Crees que no sé que has sido tú el que ha disparado a Jessica?
Juan sonrió y se levantó despacio, cuando estuvo a su altura Samuel se preparó para un posible ataque, pero Juan lo miro,seguía sonriendo:
- ¿Crees que voy a pegarte?,hijo, yo no tengo la culpa.
- No me llames hijo, sé perfectamente quién es el culpable, pero tú eres peor que él, porque tú has apretado el gatillo.
- ¿Qué iba ha hacer?,es mi jefe,y el tuyo,le debemos sumisión.
- Yo no le debo nada,bastante que hemos hecho miles de cosas por él, al igual que Jessica, ella no ha hecho nada malo, ¿Por qué a ella?
- Porque ella esconde a Gisela, por culpa de la ingrata esa Jessica está sufriendo las consecuencias.
- Jessica no esconde a nadie, Gisela a decidido por su cuenta irse, ¿No tiene tanta gente?que la busquen, pero no quiero que a Jessica la volváis ha hacer daño, ha dado su vida por servirnos, no es justo.
- Tarde o temprano va a volver y los que la estáis protegiendo vais a tener que callaros todo lo que estáis diciendo.
- Si vuelve será por amenazas de Henrique, no porque Gisela quiera volver.
- Esa niña no tiene a nadie, ni si quiera a Fernando, ese hombre se divirtió con ella y ya está, ¿Dónde va a ir?No le quedará de otra que volver, y Henrique lo a conseguido con esto,en cuanto Gisela se entere de lo que la a pasado a Jessica volverá, y aquí no a pasado nada.
- ¿No ha pasado nada?¿Cómo puedes decir eso?la habéis disparado.
- Si la hubiésemos querido matar créeme que ir la hubiésemos matado, solo era un susto.
Samuel no podía creer que ese hombre tan cruel fuese su padre, hablaba como un demonio:
- No puedo creer que seas así, sabes que ni tú ni él os vais a salir con la vuestra, tarde o temprano lo vais a pagar y una cosa te digo, no vuelvas a atacar a Jessica, porque no respondo de mí.
Samuel se dio la vuelta y se fue de su vista.
Rafael iba nervioso,tenía que ver a Erica y no sabía bien lo que la iba ha decir. Entró en el bar,allí estaba ella, a lo lejos atendiendo a una pareja,no paraba de sonreír, Rafael se sentó en una mesa alejada y la observó, siempre había estado a su lado, era la única mujer que había sido su amiga, que lo escuchaba y que sabia sus secretos. Era tan bella, ¿Por qué nunca se había fijado en ella?,quizás no quería hacerla daño. Erica por fin lo miró, sabía que algo había cambiado, le sonrió tímidamente y se acercó a él:
- Hola.
- ¿Podemos hablar?
- Uy, qué mala frase.
- Tarde o temprano tenía que decirse.
Sonrío, ella se rió y se sentó enfrente de él, realmente sabía que tarde o temprano tenían que hablar, y no esperaba nada bueno:
- Tú dirás.
- La verdad no sabía muy bien que decir, lo he ido pensando de camino aquí, sabes mejor que nadie lo que me pasa, lo que siento por...bueno, tú ya sabes.
- Lo sé.
- Pero también es verdad que siempre has estado a mi lado, que sabes todo de mí, y bueno... Que estoy muy a gusto contigo.
- ¿Qué quieres decir?
- Pues... No te puedo prometer mucho, sabes que no he tenido nada serio, pero... Quiero intentar algo, algo más me refiero.
Erica sonrió, no se podía creer lo que estaba escuchando, siempre había soñado con esas palabras:
- Si te soy sincera, yo siempre he estado enamorada de ti y sé que no sientes nada parecido por mi, pero voy a aprovechar la oportunidad.
Rafael la agarró de la mano, la sonrió y ella se sentía en una nube:
- No tienes que aprovechar nada, sé que por tu parte vas a dar todo y quiero que sepas que lo que nunca quiero perder es tu amistad, para mí es muy importante.
Él se levantó, se pudo de rodillas a su lado y la besó, Erica se sentía plena y la verdad, él estaba muy contento. Al terminar el beso él se sentó a su lado,la miró:
- ¿Qué pasa?
- Quiero hablarte de algo.
- Dime.
- Hoy he estado hablando con Fernando y la verdad me ha sonsacado lo nuestro, pero no solo eso.
Erica se pudo sería, sabía perfectamente lo que le había sonsacado:
- ¿Qué le has contado?
- Le he dicho que Gisela está en tu casa.
- ¿Por qué has hecho eso?, Te pedimos que no lo hicieras.
- No te enfades, es lo mejor, vosotras solas no vais a poder con él, además Fernando la quiere.
- Yo lo sé, ¿Crees que para mí es fácil callarme?, me hubiese gustado ir corriendo a decírselo y decirle todo lo que se, pero ella me pidió que no dijese nada.
- No creas que yo he querido traicionarla, no es así, pero noté en sus ojos miedo, cuando me pidió por favor que no se enterase Henrique, ¿Qué pasa?
- No te lo puedo decir Rafa, me lo a confiado y sé que vas a salir corriendo a contárselo a Fernando.
- No, sé perfectamente lo que le puedo decir y lo que no.
- Está bien, fui ha hablar con Gisela para ver cómo ella se sentía por lo de la ruptura con Fernando y... Me dijo que tenía más problemas, pero no me dio más explicaciones, yo la ofrecí mi casa, pero ella no la aceptó. Al irme Jessica me paró, ella es como su madre, me pidió que por favor la sacase de allí, que corría peligro, me explicó lo malo que era ese hombre, y al día siguiente Gisela me vino a buscar y aceptó mi oferta.
- ¿La pasó algo?
- Rafa lo que te voy a contar es delicado. Henrique es el verdadero padre de Iván.
Rafael se quedó extrañado, no podía ser, se suponía que Gisela había sido violada y que ese hijo era fruto de aquella noche:
- Hasta donde se, a Gisela la violaron, eso me contó Fernando.
- Exactamente, Henrique fue quien abusó de ella cuando era una niña, y después tuvo la poca vergüenza de preparar todo para casarse con ella quedando como un héroe, ¿Te puedes creer?
Rafael se quedó de piedra, por unos minutos no pronunció palabra, los poros de su piel se le erizaron de solo pensar lo mezquino que era ese hombre:
- Pero... ¿Cómo se a enterado?
- Porque le hizo una prueba de ADN, ella quería demostrarle al juez que aunque lleve su apellido no era su padre, para que a la hora de divorciarse se pudiera quedar con El Niño, pero cuál fue su sorpresa al enterarse de que Iván en realidad si era su hijo.
- Fernando se tiene que enterar, le tiene que partir la cara.
- No le puedes decir nada, ¿De qué sirve?, Gisela a huido de su casa con su hijo, si la descubre se va a llevar a Iván, y lo que es peor Henrique la va a matar, si no es a ella va a ser a Fernando, ese hombre es un demonio.
- Pero...
- Pero nada, además, Gisela se lo iba a contar a Fernando, pero fue el mismo día que él la dejó, imagínate, se entera de esa terrible noticia y encima Fernando la dice que se va a casar con Thais.
- No puede ser, estoy seguro de que si Fernando se hubiese enterado...
- ¿Qué?, Fernando ya ha decidido y aunque sabemos que no es lo que quiere y que no es justo, es su decisión, y también la decisión de Gisela, ella no le quiere contar nada, de hecho, no creo ni que quiera verlo.
- Fernando está enamorado de ella, aunque se vaya a casar con Thais.
- Si, de eso no me cabe la menor duda, pero para qué va a ir a verla, no tiene nada que ofrecerla, no quiero que sufra más.
Rafael fue más tranquilo a ver a Fernando, la verdad no sabía qué hacer, por una parte sabía que lo correcto era decírselo, su amigo tenía derecho a saber todo lo que estaba pasando, pero por otro lado, Gisela y Erica habían confiando en él , y la verdad era que Fernando no tenía nada que ofrecer a Gisela.
Entró en su casa, Fernando le esperaba nervioso en el salón, cuando le vio se levantó:
- ¿Qué te ha dicho?
- No mucho la verdad.
-¿Cómo no mucho?
- Me ha dicho que si, que a tenido problemas con Henrique, pero nada más.
- No te lo crees ni tú, Rafa, mírate la cara, vienes blanco, parece que has visto a un fantasma, por favor, cuéntame.
- No es nada.
- Rafa, si no me cuentas tú, voy ha hacer lo que pueda por enterarme y si tengo que plantarle cara a ese desgraciado lo haré, créeme.
- Ellas han confiado en mí.
- Yo también, yo no quiero hacer daño a Gisela, la quiero ayudar, cuantos más seamos a su lado mejor.
- Fernando... Mira he dicho que no te iba ha decir nada, pero tampoco me parece justo que no sepas nada.
- Por eso, por favor.
- No sé si sabías que Gisela pidió una prueba de paternidad, para demostrar ante un juez que Henrique no es el padre de Iván.
- Si, lo sabía.
- Pues... Las pruebas han dado positivas.
- ¿Positivas?, ¿Ha falsificado las pruebas?
- No... Henrique es el verdadero padre de Iván, él fue quien drogó y violó a Gisela, él es el verdadero padre de Iván.
Fernando se quedó de piedra, no conseguía asimilarlo, no conseguía pronunciar palabra, Rafael se quedó mirándolo. Fernando reaccionó y quiso salir corriendo por la puerta, pero esta estaba cerrada, miró a su amigo y gritando le hablo:
- Abre la puerta.
- No, sabía perfectamente cuál iba a ser tu reacción, Fernando escúchame.
- ¿Qué?
- Se que tienes ganas de matarlo, pero dime una cosa ¿Qué vas a conseguir?
- Que se arrepienta de haber nacido.
- Vale,¿Y después?, ¿Sabes qué va ha hacer?, va a matar a Gisela o a ti, o cualquier cosa, porque no hay pruebas Fernando, Gisela en su momento no denunció, no hay pruebas.
Fernando parecía que entraba en razón, miró a su amigo, se le saltaban las lágrimas de solo imaginar lo que había pasado Gisela:
- ¿Cómo pudo hacer eso?, era una niña y encima fue tan desgraciado de casarse con ella.
- Claro, jugó muy bien sus cartas, quedó como un salvador, haciéndose cargo de ella y de su hijo, cuando en realidad lo tenía todo planeado, él no se imaginaba que lo iban a pillar, pero tampoco le habrá afectado, porque no hay nada en su contra.
- Por eso Gisela lo pasaba tan mal cuando él se la acercaba, por eso temblaba, porque en sus recuerdos era él. Tengo que verla, tengo que hablar con ella.
- Yo no te voy a impedir que la veas, pero... ¿De qué la va a servir?, dime.
- ¿Cómo ?
- Fernando, no creo que a ella la haga ningún bien verte.
- Que tontería es esa.
- Si lo miras bien, ella se va a poner contenta de verte, pero...¿Y cuándo te vayas? ¿qué va ha hacer ella?, tú vas a volver con tu pareja, se va a volver a quedar sola.
- Pero...
- Pero nada, es la verdad, tú no tienes nada que ofrecerla, esa es la verdad, te vas a casar con otra, de hecho, ella te iba a contar todo esto cuando tú la dijiste que ya no te iba a casar con ella, que te ibas a casar con otra.
- Eso no fue así.
- Se cómo fue, pero para ella fue así, tú la dejaste tirada, cuando más te necesitaba para irte con la otra, que obvio también te necesita.
Fernando estaba echo polvo en ese momento, se dejó caer en el sofá con la mirada en la nada, a Rafael se le partía el alma de ver así a su amigo, pero era la verdad:
- Siento decirte todo esto, no te quiero ver mal, pero no quiero que la hagas más daño, o que te hagas ilusiones con algo que no va a ser Fernando, te vas a casar con otra, de echo ya tenéis fecha para la boda, no puedes ver a Gisela, no la hagas esto, no te hagas esto.
Rafael abrió la puerta y se fue a su habitación, Fernando estaba destrozado, lagrimas recorrían sus mejillas, realmente había hecho daño a Gisela y realmente sabía que no tenía nada para ofrecerla, se iba a casar y ya había dado su palabra, tenía ganas de ir corriendo a abrazar a Gisela y pedirla perdón, pero se levantó y cerró la puerta, no quería hacerla más daño, no podía hacerla más daño.

Rafael abrió la puerta y se fue a su habitación, Fernando estaba destrozado, lagrimas recorrían sus mejillas, realmente había hecho daño a Gisela y realmente sabía que no tenía nada para ofrecerla, se iba a casar y ya había dado su palabra, tenía ...

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