Ayuda

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Samuel la miró, había sido un impulso  venir a esta casa y a buscar a Fernando, no sabía bien lo que les iba ha decir, le preocupaba Gisela eso estaba claro y por ella había llegado a esa casa. Miró a Erica, ella lo miraba extrañada y a la vez preocupada:
- La verdad... no se ni porque he venido aquí.
Rafael lo miró asombrado y después miró a Erica, la vio preocupada:
- Erica, ¿Qué pasa?
- Eso me gustaría saber, Samuel pasa si quieres así te pones cómodo y nos cuentas, por favor.
Samuel asintió con la cabeza, pasó a la casa y seguidamente pasó Erica, Rafa se quedó parado sin saber que pasaba, hasta que volvió en si y pasó , se dirigió a ellos:
- ¿Hago té?
Erica asintió con la cabeza:
- Siéntate Samuel.
Los dos se sentaron en las sillas que había cerca de la cocina, Rafa les dejo hablar mientras hacía el té, pero sin dejar de escucharlos. Samuel la miró de nuevo, estaba nervioso:
- La verdad... bueno...os cuento. Yo me tuve que ir unos días porque mi madre falleció.
Erica al escuchar esto puso su mano en la de él:
- Lo siento.
- Gracias, la cuestión es que... cuando volví ya no me dejaron pasar a esa casa, me dieron la liquidación y me echaron como si fuese un perro.
Rafa dejó la tetera ya en el fuego, se acercó a ellos:
- Tú ayudaste a Gisela y sabías lo de ella con mi amigo, si no estoy mal enterado, era normal que te echasen, de echo... no se como tardo tanto sabiendo como es Henrique.
- Ya...pero no es eso... la cuestión es que había dos vigilantes, no me dejaron pasar, cuando quise pasar a la fuerza alegando que trabajaba ahí... salió Henrique, ese desgraciado me echo, me tiró el dinero y no me dejo ni ver a Gisela, ni si quiera despedirme de ella, no vi ni a Jessica, cuando me iba... Juan me dijo que era lo mejor que me fuese, que... Gisela estaba bien pero que no quería que me metiese en líos.
Erica se puso nerviosa, se levantó y empezó a dar vueltas, miró otra vez a Samuel:
- ¿Crees que... Gisela está en peligro?
- No se que pensar, pero... Henrique ya sabía que Gisela...bueno...
- Que Gisela estaba embarazada, no te preocupes que lo sabemos.
- Me lo imaginaba, pero no quería meter la pata, la cuestión es que, él se enteró y bueno... seamos sinceros, no quería que ese niño llegase al mundo, Gisela pensó en escaparse cuando sabía que su bebé corría peligro, pero claro no podemos olvidar que tiene otro niño, y que desgraciadamente su padre es Henrique.
- Eso ha sido siempre lo que la frenaba y es comprensible.
Erica no sabía que hacer, seguía dando vueltas, Rafa fue hacía la tetera que ya estaba en ebullición, la apartó y antes de servir los vasos se acercó a Erica para intentar tranquilizarla:
- Tranquila Erica.
- Rafa, Gisela puede estar en peligro y ninguno de sus amigos o su gente estamos con ella, se sentirá sola...
- Por eso he venido, no quería angustiaros pero... no sabía a quien acudir, necesito saber que pasa con ella, necesito sacarla de ahí.
- ¿Qué has pensado?
Rafa miró con los ojos abiertos a Erica, ¿Enserio iban a interrumpir en esa casa? :
- La verdad que pensaba hablar con Fernando, suponía que a él se le iba a ocurrir algo más, pensaba también decirle toda la verdad para que fuese a por ella y a por su bebé, pero... no se si puedo localizarlo.
Erica miró a Rafa, no sabía que decir, estaba en una situación compleja, ella agachó la cabeza, así que fue él quien habló esta vez:
- Es que él no está.
- Le podría esperar, no se... si no os importa.
- No es que nos importe, es que él va a tardar, vamos que está de luna de miel, la verdad que no creo que sea lo correcto llamarlo para informarle.
Samuel se levantó, la verdad no le había sentado bien el comentario:
- No era mi intención molestar, pensaba que igual le preocupaba Gisela y sobre todo su hijo.
Erica se acercó a Samuel y le agarró del brazo para tranquilizarlo:
- No es eso, tranquilo, lo que pasa es que la mujer de Fernando está muy enferma, él se ha ido de viaje por no hacerla el feo, puede ser su último viaje, si llamamos a Fer va a venir corriendo, la va a dejar allí si hace falta... Thais no es santo de mi devoción, de echo no me gusta que esté con Fernando, pero... no creo que sea lo correcto, además... podría mosquear más a Henrique, podemos pensar algo nosotros, somos tres.
Rafa se acercó a ellos dos haciéndoles saber que les apoyaba:
- Nosotros tres podemos con ellos, o al menos tres cabezas piensan más que una.
- Muchas gracias, pero va a ser muy complicado y peligroso entrar y más sacar de allí a Gisela.
Ashley bajó corriendo las escaleras, entró en el despacho Henrique estaba mirando por la ventana, al escuchar el estruendo de la puerta se giró y miró a Ashley con mala cara:
- ¿Por qué entras así? ¿Dónde quedó la educación?
- Esto va enserio Henrique, he ayudado a Gisela lo que he podido, tienes que llamar a alguien, por favor.
- ¿Otra vez con las mismas Ashley? Estás pesada.
Ashley alzaba la voz, estaba muy nerviosa, Henrique lo notó y la agarró de los brazos intentando tranquilizarla:
- Ashley mírame, tranquila, ¿No te ves capacitada? Pensaba que ibas a ser más dura.
- No se trata de ser dura o no, Henrique hoy a sangrado más, dice que no siente al bebé, yo creo que lo a perdido.
- Ese niño era un estorbo, así estaremos más tranquilos, imagínate.
- Henrique, él problemas es que se puede desangrar, que si el bebé falleció hay que hacerla un degrado, eso hay que hacerlo en un quirófano adecuado, o un médico en condiciones, que a empezado a tener fiebre.
Henrique no sabía que decir, no sabía que hacer, las cosas se le estaban yendo de las manos, soltó a Ashley:
- ¿Qué propones?
- Propongo...llamar a un médico de tu confianza, Henrique la mirará y dirá lo que hay que hacerla, igual hay que llevarla a un hospital pero...
- Ni hablar,ella no sale de aquí...
- Henrique...
- Ni hablar he dicho, contrólala y miro haber que hago.
Ashley salió de allí sin dejar de mirarlo, despacio, cerró la puerta y lo dejó pensar, no había conseguido lo que quería pero por lo menos lo había dejado pensando. Henrique volvió a mirar por la ventana:
- ¿Qué hago? Esto se me va de las manos.
Pego un puñetazo a la mesa.
Ashley volvió a subir a la habitación, allí estaba Gisela en la cama, Ashley cambió la gasa que llevaba en la frente, antes de ponerla la nueva la tocó la frente, estaba aún caliente, la puso la nueva gasa:
- Gisela, ¿Me escuchas? ¿Cómo te encuentras?
Ella no contestaba, intentaba balbucear, ni si quiera tenía los ojos abiertos, Ashley insistía en hablarla, por fin pudo escucharla algo. Ashley se acercó más a ella, pronunciaba algo, un nombre:
- Fer...Fernando.
Ashley se asombró al principio, luego entendió todo, ella estaba enamorada de ese hombre, seguramente quería estar con él, quería volverlo a verlo:
- Gisela, ¿Quieres ver a Fernando?
Ella abrió los ojos, parecía que había vuelto en si, parecía que escuchaba todo ya:
- Gisela... ¿Cómo te encuentras?
- Ashley... llama a Fernando, cuéntale.
Ella miró hacia la puerta, no quería que alguien pudiese escuchar, no había nadie, miró a Gisela:
- ¿Cómo le llamo? No tengo su teléfono, ni si quiera creo que pueda usar un teléfono sin que Henrique se entere.
Gisela señaló algo, Ashley miró a donde señalaba, no lo veía claro, pero Gisela seguía insistiendo, señalaba debajo de la cama:
- ¿Bajo la cama?
Gisela asintió, Ashley se agachó, allí había un teléfono móvil, lo agarró, era de Gisela:
- Tú teléfono.
Gisela volvió a asentir, Ashley desbloqueó el teléfono y buscó el teléfono de Fernando, pero antes de llamarlo pensó, ¿Estaba haciendo lo correcto?¿Qué iba a pasar si Henrique se daba cuenta?
Fernando estaba tomando el sol en la playa, tenía un cuerpo extraño, un mal presentimiento recorría todo su cuerpo, Thais llegó a donde él estaba, venía de darse un baño, se sentó a su lado:
- Fer... estás muy serio, vamos al agua.
- No me apetece mucho, me encuentro un poco revuelto.
- Por lo menos date un chapuzón haber si te va a dar una insolación, y nos vamos al hotel, igual necesitas descansar.
Fernando la miró y asintió, se levantó:
- Ahora vengo.
Thais lo miraba como se iba, pensaba que era perfecto, tan guapo, con ese cuerpo, y era suyo, su esposo. Tocó su anillo mientras pensaba en la noche de bodas que habían tenido, quería volver a repetirla, algo interrumpió sus pensamientos, un sonido, volvió en si, era el móvil de Fernando, Thais miró para localizarlo, estaba debajo de la toalla, Thais lo agarró y leyó el nombre antes de entregárselo a Fernando, "Gisela" era esa mujer, Thais se puso nerviosa, no se podía creer que esa mujer lo llamase en su luna de miel, ¿No la había quedado claro que estaba casado?, Thais se molestó, cortó el sonido y seguidamente borró la llamada, no iba a dar lugar a que Fernando se enterase de esa llamada, dejó el móvil debajo de la toalla y comenzó a tomar el sol.
Ashley miró el móvil, y seguidamente miró a Gisela, esta preguntaba que había pasado con la mirada, Ashley no quería decírselo pero necesitaba la verdad, su plan no había salido:
- No me lo cogen Gisela.
Gisela cerró sus ojos con pena, Fernando no contestaba a sus llamadas, qué pasaba, todo la salía mal, alguien llamó a la puerta, Ashley se puso nerviosa y tiro el móvil debajo de la cama deslizándolo. Se puso al lado de la cama de Gisela:
- Pasa.
Henrique entró en la habitación, se puso al otro lado de la cama, Gisela estaba pálida, sudada, y muy demacrada, se asombró:
- ¿Qué tal estás?
Gisela no contestó, cambio su mirada de sentido, miraba a Ashley, Henrique espero, pero ella seguía sin contestar, miró finalmente a Ashley:
- No ha tenido mejora, sigue con fiebre, y con dolores abdominales.
Gisela se quedó dormida, Henrique se apartó de la cama y llamó a Ashley:
- ¿Enserio está tan mal?
- ¿No la ves? Henrique, está mal.
- Voy a llamar a un amigo mío que es médico, pero la tendrá que tratar aquí.
- Por mi bien, yo lo que no quiero es cargar con un muerto en mi conciencia.
- ¿Muerto? ¿Qué hablas Ashley?
- Nunca se sabe, puede ser grave si el bebé ya no está vivo.
- Está bien, llamaré a mi amigo, haber si puede venir.
- Vale.
Henrique salió de la habitación sin dejar de mirar a la cama, se le notaba preocupado, pero había tardado en reaccionar, cerró la puerta, Ashley se acercó a la cama a darla la noticia a Gisela:
- Va a venir un médico, tranquila.
Gisela no contestaba, estaba débil, parecía sin fuerzas:
- Gisela, necesito que comas algo, por favor.
Llegó la noche Henrique daba vueltas en el despacho con el móvil en la mano, pensaba y pensaba, no sabía bien que hacer, alguien perturbó sus pensamientos, él miró a la puerta que se abría despacio, era Juan, Henrique hizo un gesto con la cabeza autorizándole a entrar, Juan se puso cerca de él:
- Señor, ¿No va a cenar nada? No a probado bocado en todo el día.
- No tengo hambre Juan.
- Le preocupa algo, ¿Le puedo ayudar en algo?
- La verdad... No sé, Gisela está mal, necesita un médico, pero... no puedo llamar a nadie y mucho menos puede salir de aquí ella.
- Podría llamar al Señor César, él... le ayudó en ese asuntito a lo mejor ahora le puede volver a ayudar.
Henrique pensó por unos instantes, la verdad que César le debía muchos favores, pero el favor que le había echo a él había sido grande, había conseguido separar a Gisela y Fernando a través de una mentira, la verdad no quería deberle más:
- No se si César es el adecuado, no quiero que nadie vaya ha hablar más de la cuenta.
- No tiene porque hablar más de la cuenta señor.
- Él tuvo que ver qué Gisela estaba embarazada cuando le hizo las pruebas y no dijo nada, ya no me da toda la confianza.
- A lo mejor calló por algún motivo o igual... no sé... no lo vio.
- Lo voy a llamar, pero porque no quiero que la pase nada malo a Gisela, de César nos encargaremos nosotros.
Henrique buscó entre sus contactos y llamó a César, este estaba en el despacho trabajando cuando le sonó el teléfono, vio el nombre de Henrique, unos nervios le recorrieron el estómago, deseaba con todas sus ganas ver a Gisela, agarró el teléfono y tras respirar descolgó:
- Dime Henrique.
Este con voz ronca habló:
- Necesito tu ayuda.
César se alertó, ¿Le habría pasado algo a Gisela?, despacio se levantó con miedo a contestar, trago saliva e intento calmarse, Henrique no podía notar nada:
- ¿Ha pasado algo?
- Necesito que venga a revisar a mi esposa, creo que el embarazo no va bien.

César se alertó, ¿Le habría pasado algo a Gisela?, despacio se levantó con miedo a contestar, trago saliva e intento calmarse, Henrique no podía notar nada:- ¿Ha pasado algo?- Necesito que venga a revisar a mi esposa, creo que el embarazo no va bien

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