Gisela se giró, lo miró, nadie la entendía, tan difícil de entender era que no quería que se enfrentasen, por otro lado entendía la actitud de Fernando, su enfado, puesto que iban a estar juntos en todo esto.
- Fernando, no te he dicho nada por esto mismo, porque sabía como te ibas a poner.
- ¿Y qué esperas?
- Fernando, gracias a Dios no ha pasado a mayores, por favor no enfrentes a Henrique, si lo haces va a sospechar, y no nos interesa, estate tranquilo,¿vale?
- Te entiendo, lo siento por ponerme así, pero solo el imaginar que te pueda pasar algo malo, o que alguien te pueda hacer daño me mata.
Fernando la abrazó, ya parecía que estaba mas tranquilo, pero no le dejaba de dar vueltas en la cabeza el echo de que Henrique tenía que estar a su lado, quería llevársela ya de allí. Jessica irrumpió en su abrazo.
- Chicos siento interrumpir, pero no queremos que os pillen ¿No?, ¿Qué vais a decir si os ven abrazados?.
Los dos se soltaron y los tres comenzaron a reírse.
Después de comer Gisela subió a su dormitorio, estaba cansada, suponía que era de tanto pensar las cosas. Al entrar vio una rosa roja en su cama, y al lado una nota que decía, "Siento a ver sido un tonto contigo, y ponerme como me he puesto, pero quiero que sepas que eres lo mas importante para mí, y que no soportaría que te pasase nada, se que es arriesgado, pero quiero verte en la parte de atrás de la casa, en nuestro sitio, aunque sea solo para darte un beso, te quiero Fernando". Gisela cogió la rosa y la olió, recordó todo lo que había vivido con él hasta entonces, lo amaba y no lo podía evitar, quería estar con él para siempre y gritar a los cuatro vientos lo que la estaba pasando.
Gisela fue a la parte de atrás y vio que allí estaba Fernando esperándola, se acercó a él.
- Pensaba que no ibas a venir.
- No iba a venir, porque no quiero que nos vea nadie, pero me pareció mucha tentación eso de darte un beso.
Gisela se acercó y lo abrazó, él la agarró, sus manos tocaron su cara, y la besó, un beso de amor y deseo.
Jessica entró en la cocina, Juan la miró con mala cara.
- ¿Qué pasa Juan?
- No me gusta que Gisela esté con ese hombre, y mucho menos que sean tan descarados, los puede ver cualquiera.
- Déjalos en paz, ellos saben lo que hacen y nosotros no somos quienes para decirles lo que tienen que hacer.
- Tú misma.
Alguien interrumpió en la cocina, era Samuel que les obligó a dejar de hablar en ese momento, no querían que Samuel escuchase nada.
- Jessica te busca Henrique, ¿Pasa algo?
Jessica y Juan se miraron, Jessica pensaba que Juan iba a decir algo, pero no agachó la cabeza y no contestó.
- No, nada, dile a Henrique que ya voy.
Samuel les miró durante unos segundos serio, pero terminó por irse. Jessica tragó saliba.
- Ten cuidado Jessica y dila a Gisela que se cuide.
Jessica salió de la cocina.
- Dios ayúdame, ¿Qué va a pasar?
Gisela seguía con Fernando en la parte de atrás de la casa.
- Fernando, quiero irme ya de aquí, y que estemos juntos siempre.
- Y yo mi amor, ¿por qué eres tan bonita?
Gisela se reía, la encantaba escuchar mi amor de los labios de Fernando, se amaban. Fernando la besó, primero un beso calmado y después un beso más apasionado.
Algo interrumpió su beso, Gisela se apartó, Fernando se la quedó mirando, ella miraba detrás de él, Fernando giró la cabeza no vio nada.
- ¿Qué pasa?
- Se han movido esos matorrales, creo que nos ha visto alguien.
Fernando volvió a mirar, no veía nada.
- Amor yo no veo nada.
- Se han movido, te lo juro.
Gisela estaba asustada, pensaba que alguien los había visto,no le quitaba nadie de la cabeza que alguien los estaba espiando.
- Espérame aquí.
Fernando dejó a Gisela asustada, se dirigió hacía los matorrales, miró a un lado, a otro, dió la vuelta y no había nada, ni nadie. Se volvióa a acercar a Gisela.
- No hay nada, te lo habrás imaginado.
- No me lo he imaginado, se han movido.
- Amor, será el aire, allí no hay nada, ni nadie.
Gisela se calló, a lo mejor tenía razón Fernando y había sido su imaginación.
Jessica entró al despacho de Henrique, él estaba sentado detrás del escritorio, la miró, pero no reparó en ella.
- Me ha dicho Samuel que me buscaba.
- Sí, quiero cambies mis cosas del cuarto de invitado al dormitorio central.
Jessica se quedó paralizada, ¿Al dormitorio central?. Gisela seguro no estaba enterada de eso.
- Jessica ¿Me has escuchado?
Henrique la miraba, Jessica no sabía que decirle.
- Pero...
- ¿Pero qué?
Henrique la volvió a mirar, pero esta vez no apartó la mirada, estaba esperando que ella contestara, Jessica tragó saliba y empezó ha hablar.
- Gisela ¿Está enterada?
Henrique dió un golpe en la mesa y se levantó, Jessica pegó un brinco asustada, estaba enfadado.
- Es mi casa, mi dormitorio, mi mujer¿A caso tengo que preguntarla algo?
- No, pero como pasó lo que pasó.
- Eso no se va a volver a repetir, es mas no creo que salga de aquí ¿Verdad?
- No, claro, enseguida cambió las cosas de dormitorio.
- Pues vamos.
Jessica salió casi corriendo del despacho con lágrimas en los ojos, chocó con alguien, al levantar la cabeza vio a Samuel.
- Jessica¿Qué pasa?
- Nada Samuel, nada.
Jessica se retiró, Samuel entró al despacho.
- ¿Dónde estabas?
- En la cocina.
- He tenido que hablar con Jessica, esa mujer se a convertido en una respondona, me está hartando.
Gisela subió al dormitorio, allí vio a Jessica colocando el armario, vio encima de la cama unas camisas, Gisela se extrañó.
- Jessica¿Qué haces?
- Mi niña lo siento, pero coloco las cosas de Henrique.
- ¿Cómo las cosas de Henrique?
Jessica dejó la camisa que tenia en la mano en el armario, la miró.
- Me ha dicho Henrique que quiere que pase sus cosas al dormitorio principal, me he imaginado que no lo sabías, pero no puedo hacer otra cosa.
- Lo se Jessica, no te preocupes, hablaré con él.
Fernando estaba lavando el coche en la entrada principal de la casa, al soltar la esponja en el cubo, saltó el agua y salpicó a Samuel que pasaba por allí.
- ¿Qué haces estúpido?
- Perdona, ha sido sin querer, no sabía que estabas aquí.
- Tú te crees muy listo ¿no?
Fernando se giró hacia él. Lo miro cabreado.
- ¿Qué te pasa? te he pedido disculpas.
- ¿También vas a pedirle disculpas a Gisela?
- ¿Qué hablas?
- Te has pensado que ligarte a la dueña de la casa te haría la vida mas fácil, pero eso no va a ser así, porque a Gisela no la vas ha hacer daño.
- ¿De qué hablas?
- No te hagas el loco, se que estás con Gisela, os he visto, sabes que ella se va a quedar con la mitad de todo esto, por eso te has liado con ella, para quedarte con la mitad de todo.
Fernando lo miró boquiabierto, no podía creer lo que decía Samuel.
- No sabes ni lo que hablas, ¿Nos estás espiando?
- No, pero os he visto en la parte de atrás, no os cortais nada, pero a Gisela no te la vas a quedar, ella no va a dejar todo esto por ti, no vales nada.
- Tú si que no vales nada, que tienes que estar como un perrito faldero detrás de Henrique, ¿Para qué? ¿Crees que vas a heredar? por eso te preocupa que yo me pueda quedar con la mitad, pero eso no me interesa, solo Gisela, que es lo que quiero y ella me quiere a mí.
Samuel se acercó cabreado, lo cogió de la camiseta, Fernando se reía con ironía, se retaban con la mirada.
- Gisela nunca va a ser tuya.
Alguien se acercó, era Henrique.
- ¿Qué pasa?
Samuel soltó a Fernando, los dos intentaron tranquilizarse. Al fin Fernado habló.
- Que se lo diga el.
- Samuel dime.
Samuel miró a Fernando, después a Hemrique.
- Nada, simplemente me ha salpicado lavando el coche y le estaba diciendo que tuviese cuidado.
- ¿Os ponéis así por una tontería? vaya par de críos, cada uno a su trabajo, no quiero tonterias.
Henrique se alejó, Fernando volvió al mismo tema.
- ¿Por qué no le has dicho la verdad?
- Evidentemente no por ti, lo he echo por ella.
- ¿A qué se debe tanta amabilidad hacía ella?
- A ti no te importa, ten cuidado, que no diga nada no significa que te vaya a tapar, no me fio de ti.
Samuel lo dejó con la palabra en la boca, Fernando de la rabia dio una patada al cubo del agua.
- Imbécil.
Gisela entró en el despacho ha hablar con su marido, cuando entró Henrique puso cara de sorpresa, pero sonrió.
- Amor, dime.
- Sabes perfectamente a lo que vengo,¿Qué es eso de que te vienes al cuarto principal?
- Es mi dormitorio.
Henrique se acercó a ella, Gisela se echó para atrás, tragó saliba, no le quería mas cerca.
- Ya, pero quedamos en que nos ibamos a divorciar y después de lo que pasó, pensé que te había quedado claro que no podiamos seguir juntos.
- Gisela, tú has decidido divorciarte, pero yo no te voy a dar el divorcio, llevo seis años esperando que suceda algo, que te enamores de mí y no voy a dejarte libre ahora, eso no va a pasar.
- ¿ Me vas a tener contigo a la fuerza?
- A la fuerza no, tú decisdiste estar conmigo y así va a seguir siendo ¿o a cambiado algo?
Gisela se quedó callada, había cambiado todo. Henrique se acercó mas a ella, Gisela se quedó paralizada, quería decirle la verdad, pero no se sentía segura.
- ¿Ha cambiado algo?
- Ha cambiado todo, empezando porque te quisiste propasar conmigo sabiendo lo que me había pasado, puedes venirte a la habitación, pero no va a pasar nada, porque no me fio de tí.
Gisela salió del despacho, Henrique cabreado dio un portazo a la puerta.
- Vas a ser mía.
Fernando fue a la cocina, allí estaban Jessica y Juan terminando la cena. Fernando se acercó a ellos, Juan lo miró y salió casi sin mirar a Fernando.
- ¿Qué le pasa?
- La verdad está muy raro, no le gusta la relación que tienes con Gisela.
- Parece que a nadie.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque hoy cuando estabamos en la parte de atrás Gisela vio que se movian unos arbustos yo fuy a ver si había alguien y no vi a nadie, pero cuando estaba lavando el coche pasó Samuel y me dijo que nos había visto.
- ¿Samuel? entonces ya lo tiene que saber Henrique.
- No, porque ha dicho que no lo va ha decir.
Jessica se quedó mirándolo sorprendida.
- Samuel es el hombre de confianza de Henrique, sería capaz de matar si él se lo pide;¿Me vas ha decir que no ha dicho nada?
- Pues no, ha dicho que lo hace por Gisela evidentemente, pero no entiendo esa actitud la verdad y tampoco me fio de él.
- Mejor será que no se lo cuentes a Gisela, después de lo que ha pasado hoy no querrá mas disgustos.
- ¿Qué ha pasado?
- No te enfades, pero Henrique vuelve al dormitorio principal.
Fernando se cabreó, dio un puñetazo a la mesa.
- Ese...lo ha echo aposta, sabe que Gisela no quiere estar con él, la está buscando, o me está buscando.
- A tí no, recuerda que no lo sabe, pero ten paciencia, Gisela va a saber atajar la situación.
Rafael estaba en su casa escribiendo, cuando llamaron a la puerta, se extrañó, miró la hora y se levantó. Abrió la puerta y se le abrieron los ojos como platos.
- ¿Tú?
Una mujer rubia con ojos azules estaba en la puerta parada, Rafael no cabía en sí. Volvió a mirar, no podía pronunciar palabra.
- Veo que te ha causado sensación verme.
- ¿Qué haces aquí Thais?
- ¿Me dejas pasar?
Rafael dudó, pero al final se apartó de la puerta y la dió paso. Ella se quedó parada.
- Antes tengo que presentarte a alguien.
Se quitó de su vista, y cuando volvió a verla, ya no estaba sola, sus manos estaban apoyadas en un carro de bebé, si era un bebé. Rafael no podía creer nada.
- Te presento a Ainhoa.
- ¿Ainhoa?no entiendo nada.
- No te quiero molestar Rafa, solo es para que conozca a su padre.
- ¿ Su padre?
- Sí, Fernando.
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Como te imaginé
RomanceGisela Álvarez casada con un hombre mucho mas mayor, jamás a conocido el deseo, la pasión y mucho menos el amor.Hasta que llega a su vida Fernando Marín, un escolta que le pone su propio marido, el cual la hace sentir cosas que jamás imaginaba senti...