Tú hija

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Gisela se dirigió hacia ellos, cuando estaba casi a su altura Henrique la miró, ella intentó no llorar, quería entrar corriendo en la casa, pero Henrique la habló y detuvo su paso.

- ¿No te ibas?

Ella se intentó calmar, era difícil pero no quería que sospechase nada.

- Ya no, me duele la cabeza, y no me encuentro bien.

Henrique se volvió a dirigir hacía la mujer que tenía enfrente.

- Perdone a la maleducada de mi esposa, que ni si quiera se presentó, es Gisela, mi mujer.

Gisela tuvo que retroceder y girarse, controló sus lágrimas y sus ganas de salir corriendo como pudo y se acercó a ellos, la mujer la miraba sonriendo, Gisela evidentemente no sonreía.

- Hola, yo soy Thais, la mujer de Fernando, trabaja para ustedes.

- Sí, mi mujer lo conoce muy bien.

Gisela lo miró con los ojos abiertos.

- ¿No?, trabaja para ella, es su chófer, por eso lo de que le conoce muy bien.

- Yo soy Gisela.

Quería hablar mas pero las lágrimas iban a empezar a salir, ella agachó la cabeza.

- Perdonad, no me encuentro bien, me voy a ir a acostarme un poco.

Salió de allí casi corriendo, entró en la casa, ya se sentía a salvo, subió las escaleras, pero a mitad de los peldaños comenzó a llorar, se apoyó en la barandilla, recordaba su primer beso, sus primeras palabras, su primera vez con Fernando, la había engañado, cómo podía haberla echo eso. Jessica que pasaba por allí la vio, se paró, la miró y fue corriendo hacia ella.

- Mi niña, ¿Qué pasa?

La agarró, Gisela la miró rota de dolor, con su cara llena de lágrimas, y la abrazó.

- Mi niña... contéstame, por favor.

Gisela tomó aliento, la miró, se secó las lágrimas con rabia.

- Está casado.

- ¿Quién está casado?

- ¿Quién va a ser?, Fernando, acabo de conocer a su mujer, está fuera hablando con Henrique.

Jessica no salía de su asombro, no se lo podía creer, Fernando la había jurado que amaba a Gisela, ¿Qué estaba pasando?

- Mi niña, no puede ser.

- Puede ser, porque la he visto, se ha presentado como su mujer, me a mirado a los ojos, claro, evidentemente ella no sabe de mí, Jessica, me a mentido, no se cuales sean sus propósitos, pero me ha mentido.

- Mi niña habla con él, igual hay una explicación para todo esto.

- ¿Qué explicación va ha haber?, lo he escuchado, la he visto con mis propios ojos, no lo quiero volverlo a ver en mi vida.

Gisela subió corriendo las escaleras y de un portazo se encerró en la habitación de invitados, que ahora era su habitación. Jessica se quedó triste en las escaleras.

- ¿Qué pasa ahora Dios mio?, yo sabía que Fernando la iba ha hacer daño, tenía ese presentimiento.

Fernando no paraba de dar vueltas en la cabaña, miraba el reloj, y hacía una hora que Gisela tenía que estar hay, y no llegaba, empezó a angustiarse, algo la debía de a ver pasado. Esperó diez minutos mas, no llegaba, se fue, cogió el coche a toda velocidad y se dirigió hacia la casa.

Thais llegó a la casa de Rafael, este la esperaba en el sofá sentado, cuando ella entró se puso nerviosa, no podía saber Rafael donde había estado si no se iba a cabrear.

Como te imaginéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora