Thais

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Jessica miraba a Gisela, sabía que estaba contenta, amaba a Fernando y esa noticia les iba ha hacer muy felices a los dos, pero también sabía que eran más problemas:

- Mi niña muchas felicidades.

Gisela no hablaba, se quedó quieta, callada, por unos segundos a Jessica la preocupaba la situación. Gisela se sentó en el borde de la cama, estaba pensativa. Jessica se colocó enfrente de ella:

- Giss.. ¿Qué pasa?

- Pues... pasa que no se lo que siento en estos instantes, por un lado es todo muy diferente a lo que viví cuando me enteré del embarazo de Iván, pero por otro lado... sigo teniendo miedo.

- Es normal que tengas miedo pequeña, la verdad que a cambiado tu vida mucho, ha dado un giro de trescientos sesenta grados, y más que va a dar.

Jessica se calló, abrió los ojos de par en par, Gisela la miró, fijamente:

- ¿Por qué dices eso?

Jessica pensó, no quería seguirla ocultando la verdadera identidad del padre de Iván, pero ya había empezado la mentira y ya no había forma de echarse para atrás:

- Porque... estás esperando un bebé, porque sigues casada, y porque... Fernando, ¿Cuándo se lo vas a contar?

- Pues... por mi iría corriendo ahora, pero... la verdad no quiero que Henrique se entere aún.

Jessica se asustó, se agachó y poniéndose de rodillas frente a ella la habló con temblor en su voz:

- Eso sí, por favor Gisela, por ningún motivo le digas nada a Henrique, por lo menos por el momento.

Gisela se quedó extrañada:

- No lo pensaba hacer Jessica, pero... ¿Pasa algo verdad?

- No...

Jessica se puso nerviosa y empezó a recorrer a habitación, Gisela la miraba con el ceño fruncido, sabía que algo pasaba y lo que era peor, sabía que Jessica se lo ocultaba, pero aún así dejo hablar a Jessica:

- Lo único que sabes como es él, no vaya a ser que quiera tomar represarías contra ti o contra el bebé.

- Tranquila.

Fernando llamó a la puerta de Thais, esta dentro se acomodó el cabello y se acercó a la puerta, pero antes de abrir preguntó quién era, pero evidentemente sabía la respuesta:

- ¿Quién es?

- Fernando.

- Ahora mismo no quiero hablar con nadie, vete Fernando.

- Por favor Thais, solo quiero que conversemos, por favor.

Thais se hizo la remolona, pero terminó abriendo la puerta, Fernando la miraba con cara de pena, eso era lo que ella quería conseguir en él ese efecto, sabía que así él no se podría negar a nada:

- Dime.

- Por favor, sal, vamos ha hablar en el salón, por favor.

Thais miró al suelo, y seguidamente se adelantó a él para ir al salón, mientras él no la veía ella sonreía. Llegaron al salón, ella no se quería sentar y la verdad Fernando no sabía ni que hacer, estaba nervioso:

- Tú dirás.

- Cómo yo diré... Thais ¿Por qué no dijiste nada?

Thais lo miró:

- ¿Lo has leído entonces?, no sabía que acostumbrabas a espiar a la gente.

- Claro que no, Thais, vi unos papeles, ponía algo de unos exámenes médicos, me asusté, y por lo que veo, atiné.

Como te imaginéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora