Te amo ahora y siempre

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Juan se quedó mirándola, quería decirla muchas cosas, pero no dijo más, la miró y al ver su cara prefirió callarse, Gisela había cambiado, no sabía muy bien el que, pero ya no era la misma. Se marchó de allí, Gisela respiró hondo, cerró los ojos y pensó que ya no la iban a tomar el pelo más.
Gisela bajó al salón, allí estaba Henrique sentado a la mesa, todo estaba preparado para una celebración, pero para ella no era momento de celebrar. Henrique la miró un poco sorprendido, Juan pasó por su lado sin mirarla, fue a por su plato:
- Pensaba que ya no ibas a bajar.
- Me había quedado dormida.
Gisela y Juan no paraban de mirarse, Henrique se dio cuenta:
- ¿Te despertó Juan?
Gisela miró retadora a Juan, pero no quería tirarle frente a Henrique, no por ahora:
- Ya estaba medio despierta cuando llegó él.
- Voy a calentarla esto.
Juan retiro el plato y salió de su vista, Henrique no retiraba su vista de ella:
- ¿Pasa algo con Juan?
- Nada.
- Es buen hombre, muy leal.
- A mí no me cae bien, pero bueno...
Henrique la miró, vio que ella no quería hablar más del tema y lo dejó por La Paz:
- ¿Qué tal la vuelta a casa?
- Bueno...
No paraba de dar vueltas a la comida con el tenedor:
- No te veo muy contenta.
- ¿No? Pues si estoy saltando de la alegría.
Henrique veía mucha ironía en su habla:
- Nadie te ha obligado.
- ¿A no? Desde que me fui no has parado de buscarme, me has amenazado con los míos, hasta has disparado a Jessica, la has mandado disparar y me has amenazado con quitarme a mi hijo, ¿No te parece obligación?
- Aquí es donde debes estar, lo sabes, es lo mejor, lo único que quiero es que seas feliz.
Gisela le iba a disparar toda su ira, pero pensó mejor, le tenía que pedir un favor y no quería cabrearlo:
- Quería... Quería pedirte un favor.
Henrique se sorprendió, pero aun así la miró sorprendido:
- ¿Favor? No creo que estés en condiciones.
- Lo sé, pero...
- ¿De qué se trata?
- De Jessica.
Henrique bajó las cejas, y la miró intrigante, Gisela respiró hondo y prosiguió:
- No tiene donde ir, a mí me gustaría que la dejases volver aquí.
Henrique comenzó a reír:
- Después de todo...¿Quieres que vuelva aquí?
- ¿De todo? Henrique ella no tiene la culpa de nada.
- Es una desagradecida y no se hable más.
- ¿Desagradecida? A trabajado para tu familia, para ti, desde que era una niña, no la puedes echar la culpa de algo en lo que ella no tiene nada que ver.
- ¿Para qué quieres que la traiga?
Se acercó a ella, la comenzó a intimidar:
- ¿Para qué te siga tapando tus aventuras? ¿Para qué me volváis a tomar por tonto? No.
Gisela volvió a tragar saliva, lo miró e intentó calmarlo:
- La culpa fue mía, es a la única que la tienes que reclamar y si a mí me has aceptado... No entiendo por qué a ella no.
Henrique pensó por un momento, lo que quería es que Gisela estuviese tranquila, aparte Fernando ya estaba lejos de ella:
- Está bien... Que vuelva, pero no quiero sorpresas, a la primera que me hagáis ella va fuera.
- De acuerdo, gracias.
Gisela siguió comiendo y ya no volvieron ha hablar del tema en toda la noche.
A la mañana siguiente Rafael fue a la cocina, cogió una taza para ponerse café, cuando fue a por la cafetera vio a Fernando en el sofá, lo miró extrañado. Fernando estaba ausente, pensaba, Rafael se sentó a su lado:
- ¿Qué pasa?
Fernando volvió en sí, lo miró, tenía la cara triste y los ojos hacia ya mucho que no sonreían:
- No me puedo creer que haya dejado a Gisela en los brazos de ese desgraciado.
Thais escuchaba desde el pasillo sin ser vista:
- Las cosas son como tienen que ser.
- Ella no tenía que haber vuelto con él y más después de lo que ese desgraciado le hizo ¿Y si vuelve a atacarla Rafa?
- Gisela va a saber manejar la situación porque ella lo conoce, y... Bueno... Por ahora está haciendo lo que él quiere.
- La he dejado sola.
- No la has dejado sola, ella tiene a Jessica, a Erica, a Samuel y a mí, tranquilo, vamos a estar ahí con ella, te juro que vamos a cuidarla.
- Samuel... ¿Ese va a cuidarla?
- La está ayudando mucho y se arrepiente de lo que hizo, tú tranquilo, a mí tampoco me gusta la idea de que Gisela se haya ido allí, pero... Creo que es lo mejor, huir no siempre trae los mejores resultados, a veces es mejor dar la cara.
- A veces pienso que he hecho mal en tomar la decisión de casarme con Thais, yo quiero a Gisela, estoy enamorado de ella, y...
- Te has comprometido, no puedes dejar tirada ahora a Thais, sabes porque lo has hecho.
- Lo sé... Pero... No puedo sacarme de la cabeza a Gisela, no puedo.
Thais cabreada se metió en su habitación sin que nadie la escuchase:
- No me vas a dejar, eso sí que no.
Gisela fue a ver al hospital a Jessica. Cuando entró en la habitación allí estaba Samuel, se había portado súper bien con Jessica, había estado a su lado todos los días desde que la ingresaron, eso conmovía a Gisela.
Gisela entró tocando la puerta tímidamente, Jessica la miró sorprendida, pero muy alegre:
- Mi niña...
Gisela la dió un fuerte beso en la mejilla:
- ¿Qué tal estás?
- Muy bien la verdad, me han dicho que puedo hacer mi vida normal.
Samuel la interrumpió con un poco de ironía:
- Bueno... Normal... Jessica te han dicho que sin pasarte.
Jessica se rió en bajo y miro a Gisela:
- ¿Y tú?¿Qué ha pasado?
- Pues he vuelto a... La casa.
- ¿Qué?... No puedes Gis.
- Es lo que tengo que hacer, fue una tontería irme, porque os expuse a todos.
- Pero él...
- No digas más Jes, ya está todo hecho y así va a seguir, por lo menos por el momento.
Samuel interrumpió la conversación, aunque no sabía si hacía bien:
- Gisela, yo no me quiero meter en tu vida pero... Cuando se te note...
- Pues tengo más o menos... Dos meses como mucho tres para pensar, no te voy a mentir, no os voy a mentir, estoy perdida, no sé qué rumbo tomar, ni qué camino es el correcto, solo sé que no quiero que os pase nada, a ninguno de los que estáis a mi lado y ya no lo digo más que parezco un disco rayado.
- Mi niña,yo quiero que sepas que no estás sola, aquí me tienes para lo que quieras.
- A mí también me tienes Gisela, para ayudarte,entres todos vamos a ver una solución, eso seguro.
Gisela abrazó a Jessica, necesitaba escuchar esas palabras. Samuel al ver la escena se acercó a ellas y las abrazo también. Para Samuel el echo de estar más cerca de Gisela era increíble, muy especial, tenía la esperanza que ahora que ya no estaba con Fernando pudiese poner sus ojos en él, las interrumpió:
- Bueno chicas tenemos que desalojar.
- Si mi niña, me tengo que ir, no te preocupes voy a estar bien- miro a Samuel- ¿Nos vamos Samuel?
- Yo tengo el coche fuera, os acercó.
- No mi niña... El hostal está aquí al lado del hospital, podemos ir caminando.
- ¿Qué hostal? No, te vienes a la casa conmigo.
Jessica se quedó de piedra:
- Nena no puedo, Henrique me echo a la calle, no te preocupes por mí de verdad.
- Pero ya he hablado con él, a recapacitado y quiere que vuelvas.
Jessica la miró unos segundos, y tras esos segundos se lanzó a sus brazos, la dio un fuerte beso:
- Mi niña muchas gracias por todo.
- Te mereces todo y si no te tengo a mi lado la verdad no voy a poder soportar, me haces falta Jes.
- Y tú a mí, mi niña...
Las dos se fundieron en un cálido abrazo, Samuel al verlas se unió a ellas. Cuando ya volvieron a la realidad, Jessica habló:
- Mi niña, ¿Qué vas ha hacer ahora?
- No se Jessica, pero lo que sí sé es que te necesito a mi lado.
- Yo siempre voy a estar a tu lado, eso no lo dudes.
- Conmigo también puedes contar Gisela.
- Muchas gracias a los dos, os voy a necesitar.
Después de la conversación decidieron salir de la habitación, cuando ya estaban a poco de llegar al coche se encontraron de frente a Fernando, los tres se quedaron de piedra, Jessica sonrió:
- Hola Jessica, me han dicho lo que te pasó y... Bueno... Ya estás mejor por lo que veo.
- Sí, mucho mejor Fernando.
- Me alegra mucho de verdad.
Jessica no paraba de mirar a Fernando y a Gisela de reojo. Samuel interrumpió la conversación:
- Jessica nos tenemos que ir, se nos va ha hacer tarde.
- Si claro Samuel.
Los tres iban a ponerse en marcha cuando Fernando cogió con suavidad la mano de Gisela:
- ¿Podemos hablar un momento Gisela?
Samuel volvió a interrumpir:
- Gisela tenemos prisa.
Gisela miró a Fernando a los ojos, no podía decirle que no, lo quería con el alma:
- Va a ser un minuto Samuel, iros yendo Jessica y tú al coche.
Samuel no quería dejarla ahí, pero tuvo que hacerla caso, agarró  despacio a Jessica y se marcharon, Fernando se colocó frente a Gisela. No paraba de mirarla y no le salían palabras, Gisela al ver que no decía nada fue ella la que dio el paso:
- Tú dirás.
Fernando volvió en sí, no sabía muy bien que la iba ha decir pero aun así habló:
- ¿Qué tal la vuelta a casa?
- Bueno... Normal.
Se volvió a quedar callado, a Gisela le gustaba estar con él a solas, pero sabía que era muy arriesgado así que inevitablemente tuvo que meter prisa:
- ¿Has venido hasta aquí solo para decirme que tal la vuelta a casa?¿En serio?
- No, Gisela me siento mal por haberte dejado en los brazos de ese... Desgraciado.
- Ya hablamos de eso Fernando, te dije que era lo mejor, era lo único que se podía hacer, además... Henrique me quiere ver feliz, dentro de su mundo, y no me hace mal, enserio, estate tranquilo.
Fernando se acercó más a ella, Gisela se comenzó a poner nerviosa:
- ¿Se te a olvidado todo lo que te ha hecho?
- Claro que no, ya me canso de decir que es lo que tengo que hacer.
- No quiero que te cabrees pero me muero solo de pensar que te pueda pasar algo.
- No me va a pasar nada tranquilo.
- Prométeme que si necesitas un día ayuda me vas a llamar, por favor, prométemelo.
- Te prometo que si algún día necesito ayuda te llamaré.
Fernando la abrazó, fuerte, tan fuerte que casi la deja sin respiración, la necesitaba sentir,ella correspondió a su abrazo, hasta que se apartó un poco:
- Me tengo que ir ya Fer.
- Gisela... Te amo, y me arrepiento todos los días de haberte dejado ir.
- Sabemos los motivos, ya está, en serio, no podemos estar todos los días recordándolo, tomaste tu decisión y yo también creo que es la correcta.
Fernando la volvió a mirar, ella negaba con la cabeza despacio, sabía que él se estaba arrepintiendo y eso ella no lo podía consentir. Él se acercó y cuando la tuvo a escasos centímetros la besó, al principio el beso fue con desesperación, pero cuando Gisela no pudo más que corresponder a sus besos, ese beso fue con cariño, pasión y sobre todo amor.
Gisela no quería que ese momento se acabase nunca, pero tuvo que volver a la tierra, no podía permitir que Henrique pensase otra vez que lo estaba engañando, se retiró despacio:
- Fernando, esto no está bien, te vas a casar y yo... Todavía soy una mujer casada, por favor no lo hagas más.
- Pero Gisela... No lo podemos evitar.
- Si no nos vemos no caeremos en la tentación, por favor, ya, aparte ya hablamos de esto en casa de Erica, nos despedimos, no lo hagas más difícil.
- Para ti parece que no es difícil Gisela, simplemente no nos vemos y ya, ¿Crees que con eso ya está? ¿crees que se me van las ganas de amarte?
- ¿Para mí es fácil? Fernando, tenemos vidas diferentes y con esto lo único que conseguimos es hacernos daños y hacer daño a personas que no tienen culpa de nada, y lo sabes.
- Está bien, no te molesto más.
Gisela antes de que se fuera lo sujetó:
- A mí no me molestas, me alegra verte y tenerte cerca, pero quiero que entiendas la situación Fer, por favor.
Fernando la volvió a abrazar, y hablándola pegadito a su oído, la susurro:
- Solo quiero que sepas que te amo, que vas a ser el amor de mi vida siempre, y que no pierdo la esperanza de que estemos juntos algún día, aunque ahora todo este oscuro, te amo Gisela.
Gisela ya no podía más con esas palabras y teniéndolo tan cerca, así que callo en la tentación, lo agarro de la cara, y poniéndola frente a la suya lo habló:
- Yo también te amo Fernando, ahora y siempre.
Samuel fue a ver qué pasaba con Gisela que tardaba tanto y vio a la pareja agarrados muy cerca el uno del otro, Jessica que lo vio todo le hablo desde detrás:
- Solo se están despidiendo, ellos lamentablemente no pueden estar juntos.
- Es peligroso Jessica.
- Lo sabemos, pero tengo la sensación que van a estar lejos mucho tiempo el uno del otro.

- Lo sabemos, pero tengo la sensación que van a estar lejos mucho tiempo el uno del otro

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