La vi

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Elisa sonrió tímidamente a César y siguió su camino hasta llegar a la puerta del despacho de Fermín, Fernando la siguió, una vez allí, Elisa apoyó su mano en el pomo tras llamar, pero antes de abrir Fernando la agarró la mano poniéndola encima de ella y del pomo. A Elisa un escalofrío la recorrió todo el brazo, ella miró a Fernando a la cara, él la sonrió ligeramente:
- Ya paso yo gracias.
Ella asintió y quitó la mano como pudo, no podía quitar su mirada de aquellos ojos azules. Él se veía dolorido y a ella se la partió el corazón. Pero aún así se alejó sin mirar atrás, por fin llegó a su despacho, respiró aliviada tras cerrar la puerta. César la habló, pero ella apenas le escuchaba, solo podía pensar en lo que estaría pasando en el despacho de al lado:
- Elisa, ¿Me estás escuchando?
Ella volvió en sí, le sonrió tímidamente para disculparse:
- Perdón, no te he escuchado.
- ¿Qué te pasa?
- Nada... solo que... son muchos cambios en poco tiempo.
- Te entiendo, pero veo que hoy se te ha dado bien.
- Sí, eso parece.
Erica estaba atendiendo a un hombre en la barra del bar, cuando levantó la cabeza vio aparecer a Fernando. Se quedó extrañada y llamó rápido a Samuel:
- Termina de atender tu por favor.
Samuel asintió con la cabeza y vio a Fernando a lo lejos. Erica se quitó el delantal y lo dejó encima de la barra de dentro, después se acercó a Fernando aún extrañada:
- ¿Ha pasado algo Fer?
Este llevaba la cara descompuesta, Erica pudo jurar que estaba hasta pálido:
- ¿Fer que pasa?
- Necesitaba hablar contigo o con Rafa.
- Rafa ha ido a casa a descansar, pero si quieres lo llamo.
- No le molestes, ¿Podemos hablar?
- Sí, claro.
Erica fue a la barra a por dos cafés y una vez los tuvo, se dirigió con ellos a la mesa donde se había sentado Fernando:
- Fer, me tienes angustiada, ¿Qué pasa?
- Me ha salido trabajo.
Erica sonrió, pero su cara no cambiaba:
- Pero eso es genial ¿no?
- Sí, pero... Erica, ¿Cómo os enterasteis de que Gisela estaba muerta?
Erica lo miró extrañada, no entendía por qué ahora sacaba el tema, dudó en hablar, por ese tema fue por el que llevaban casi dos años sin hablarse:
- Pues... en realidad fue Samuel, él se informó del caso y fue cuando le dieron el nombre de los fallecidos.
- ¿Y ya? ¿No visteis el informe?
- No, Samuel se fue a informar al comisario que llevaba el caso, y... él comisario mismo se lo confirmó.
- ¿Y el cuerpo?
- No nos dejaron verlo, luchamos para que nos dejasen velarlo, pero no conseguimos nada. No éramos su familia y Gisela no tenía a nadie.
- Entonces... no había cuerpo, ni familia ni nada.
- Fer... la verdad no entiendo que está pasando, ¿Qué pasa? Me estás hablando como si creyeras que...
- Qué está viva, es que lo creo, casi te podría decir que estoy seguro.
Erica miró a ambos lados para ver si había gente cerca, pero pudo observar que las mesas en las que había gente estaban alejadas de ellos. Miró de nuevo a Fernando con el ceño fruncido, tenía cara de incredulidad, no entendía nada:
- Fer, ¿Por qué crees que está viva? Los informes decían que había fallecido, los vimos, nos los entregaron.
Fernando respiró hondo, necesitaba desahogarse con alguien, no se quitaba de la cabeza la idea de que esa mujer era Gisela:
- Te cuento, vi un anuncio en el periódico en el que ponía que buscaban vigilante de seguridad, para la empresa que era de Henrique. Como él ya a fallecido y necesitaba trabajo pues llamé, me llamaron ayer para hacer una entrevista hoy. Así que he ido, y la he visto.
- ¿A quién?
- A Gisela, te juro que la he visto Erica.
- Fer, no puede ser.
Erica pudo ver cómo se molestaba, ella no quería ser dura con él, pero Gisela estaba muerta, a disgusto de todos:
- Erica, te digo que la vi. Me tenía que entrevistar una tal Elisa Caballero, y después de entrevistar a los otro cinco, cuando me tocaba a mi, me dicen que ella no va a poder entrevistarme, que me entrevistaba otra persona. Yo me cabreé porque no me parecía justo, entonces fui al despacho de esa mujer y me quedé helado. Erica, es Gisela, no es Elisa.
Erica le agarró la mano que tenía apoyada sobre la mesa, quería darle apoyo, parecía que lo estaba diciendo enserio:
- Fer, igual es verdad que es la tal Elisa, igual es simplemente que se parecen.
- Erica ¿No te parece extraño?, Justo en la empresa de Henrique, hay una mujer idéntica a Gisela y aparte... la he visto como a actuado, aunque me hablaba como si no me conociera, la he visto sus ojos, ellos no mienten. Luego se a acercado a mí, yo he visto como al rozarse nuestras manos nos hemos fusionado. Erica, es ella.
- En caso de que sea ella, ¿Por qué se iba a esconder? Aparte, tú mismo has dicho que te ha tratado como si no te conociera.
- Porque se esconde por algo, pero se que es ella, lo he sentido Erica, te lo juro, tienes que creerme, tú tienes que hacerlo.
- Te creo Fer, lo que no quiero es que te ilusiones y luego no sea la realidad, primero asegúrate por favor.
- Eso haré, no se como voy ha hacer para que ella reconozca quien es, pero lo conseguiré.
- Fer, yo quiero que sepas que aunque hayamos estado separados, te quiero mucho, muchísimo, sabes que eres como mi hermano.
- Yo también te quiero Erica, siento haberme portado así contigo, bueno... y con Rafa, os echo mucho de menos.
- Y nosotros a ti, Rafa lo ha pasado muy mal.
- Hablaré con él.
Elisa ya había recogido todas sus cosas, bajó en el ascensor, cuando ya estaba a punto de salir por la puerta principal alguien la llamó, ella se giró y pudo ver a Fermín que la llamaba. Se acercó a ella:
- ¿Ya te vas? ¿Qué tal tu primer día?
- Bueno... raro quizás.
Fermín soltó una carcajada:
- Te acostumbrarás , y ya pasará de raro a monótono.
Elisa dudo en preguntar, pero finalmente se armó de valor e intentó hacerlo con toda la normalidad que pudo:
- Por cierto... al final,¿Quién ha sido seleccionado para el puesto de vigilante?
- El que me has mandado a mi oficina... Fernando Marín, creo recordar que se llama. La verdad era el más completo y ya había trabajado antes para mi padre. ¿No le conocías?
- No lo recuerdo.
- Pues estuvo trabajando en tu casa, pero igual con tanta gente no lo recuerdas.
- Debe de ser eso.
Por fin llegó Elisa a casa, tras pasar por el pasillo subió a la habitación, allí estaba Elena, con su sonrisa eterna. Elisa la sonrió casi sin ganas y lanzó los zapatos, notaba los pies como si la fuesen a explotar. Se dejó caer en la cama, Elena la miraba:
- ¿Estás cansada mi niña?
- Estoy muerta, la verdad.
- Ahora cenas y a la cama.
Elisa se alzó y se sentó en la cama, miró a Elena, quería contarle a alguien lo de Fernando. Se levantó:
- ¿Puedo contarte algo Elena?, es que necesito hablar con alguien.
- Claro que sí mi niña.
Elisa cerró la puerta despacio, Elena frunció el ceño:
- ¿Qué pasa?
- Hoy he visto a Fernando.
Elena abrió los ojos de par en par, no se podía creer lo que estaba escuchando, agarró de las manos a Elisa:
- ¿Cómo? ¿Y Dónde?
- Pues... había unas entrevistas hoy, y me ha pedido Fermín que me ocupase de ellas, y uno de los candidatos al puesto era él.
Elena negaba con la cabeza mientras que Elisa comenzó a dar vueltas por la habitación, Elena la seguía con la mirada, hasta que por fin Elisa se paró delante de la ventana:
- ¿Qué pasa Elisa?
- No pensaba encontrármelo Elena, ni si quiera volverlo a ver.
Elena agachó la cabeza con un poco de pena, se acercó a ella más:
- ¿Has sentido cosas no?
Elisa se giró y la miró, sentía miles de cosas por dentro desde que lo había visto. No podía mentir a  Elena, a ella no:
- He sentido todo Elena, no se bien como explicártelo.
- ¿Sigues enamorada de él?
- Nunca he dejado de pensar en él, no te lo voy a negar, pero al volverlo a ver, Elena... me a removido todo de nuevo.
Elena tenía cara de asustada, comenzó a negar con la cabeza:
- Sí te ha visto... ¿Ya sabe que estás viva?
- No exactamente. Elena, a empezado a llamarme por mi nombre, sus ojos estaban tristes, podría jurar que se a emocionado al volverme a ver. Yo e negado todo, he intentado hacerme la dura, pero sinceramente no sé si se a llegado a dar cuenta.
- Bueno... si no le vuelves a ver mejor.
Elisa se puso nerviosa, volvió a dar vueltas por la habitación:
- Lo voy a tener que volver a ver Elena, eso es lo que me tiene preocupada, le han contratado. Va a ser el nuevo vigilante de la empresa.
Elena cerró los ojos y respiró hondo, después miró a Elisa, ella realmente estaba afectada:
- ¿Qué vas ha hacer?
- No lo se, Elena, él me conoce perfectamente, aunque yo niegue quien soy... tarde o temprano lo va a descubrir. Además lo voy a tener que ver todos los días, todos.
- ¿César lo sabe?
- Se a cruzado con él, pero no se conocen.
- Hay tienes la solución.
- ¿Cuál?
- Fernando se va a enterar que estás comprometida, te dejará en paz.
Elisa soltó una carcajada leve, Elena la miró sin entender qué pasaba:
- Elena, cuando nos conocimos yo estaba casada. No le va a frenar que esté comprometida. Lo que sí que... bueno... igual él ya no siente nada por mí.
- Eso te entristece, por lo que veo.
- Elena, lo que he vivido con él no lo voy a vivir con nadie, lo sé. Y siento contarte todo esto, porque sé que tú quieres mucho a César, y bueno... él... está enamorado de mi.
- Yo quiero muchísimo a César, como si fuese mi hijo, pero sé perfectamente que no lo amas, y se que siempre has sido sincera con él. Lo único que te pido es que no le hagas daño.
- Lo mío con Fernando es imposible, siempre lo ha sido y ahora más. Yo estoy muerta, y mi nuevo yo está comprometida. Además me imagino que él seguirá casado.
Elisa tenía cara de tristeza, deseaba con todas sus fuerzas volver a ver a Fernando, pero por otro lado la dolía todo lo que había pasado, y que la dejase sola en su peor momento. Elena la abrazó porque notó su pena.
Erica había terminado de preparar la cena junto a Jessica, cuando ya tenían la mesa puesta y habían puesto ya la comida en ella, llegaron Rafa y Samuel. Erica le hacía gestos a Rafa con la cabeza y los ojos, quería hablar con él. Rafa no entendía muy bien lo que quería, así que se inventó una excusa para salir de la casa sin levantar sospechas:
- Erica, se me a olvidado lo que me pediste en el bar.
- Uy, pues me hacía mucha falta, vamos en un momento.
Samuel y Jessica se miraron extrañados:
- ¿Y la cena?
- Id cenando vosotros, ahora venimos.
Rafa y Erica salieron de la casa, una vez que ya habían bajado las escaleras, Rafa la paró en el portal:
- ¿Qué pasa?
- Hoy he estado hablando con Fer, ha venido a verme al bar.
- ¿Enserio? ¿Y qué ha pasado?
- Pues... necesitaba hablar. No sé muy bien cómo decírtelo.
- ¿Qué ha pasado?
Erica pudo ver preocupación en la cara de él, así que enseguida negó con la cabeza:
- Tranquilo, no le ha pasado nada. Pero cree que Gisela está viva.
Rafa frunció el ceño, y miraba fijamente a Erica sin entender nada:
- ¿Cómo que cree que Gisela está viva?
- Ha ido ha hacer una entrevista a la empresa de Henrique, y allí por lo visto hay una tal Elisa, que bueno... él dice que es Gisela.
- No entiendo nada Erica.
Erica se encogió de hombros:
- Yo te digo lo que Fer me ha dicho. Necesita nuestra ayuda Rafa.
- Pero... ¿Por qué ahora empieza a verla? Después de más de dos años.
- Está mal, no ha podido desahogarse con nosotros, no ha tenido a nadie que lo apoyase. Siento que tiene ese dolor dentro y no lo ha sacado.
- Yo he querido apoyarlo Erica, pero ha sido él el que se a alejado.
- Lo se, pero nos echa de menos, me lo ha dicho, va a venir ha hablar contigo.
- Pues hablaré con él, estate tranquila, aunque presiento que algo vas ha hacer.
Erica sonrió juguetona, mientras Rafa soltó una carcajada:
- ¿Qué vas ha hacer?
- Voy a ir a conocer a la tal Elisa.

Erica sonrió juguetona, mientras Rafa soltó una carcajada:- ¿Qué vas ha hacer?- Voy a ir a conocer a la tal Elisa

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