Alguien agarró a Elisa, dos mujeres la agarraban una de cada brazo, ella miraba extrañada a Elena, que sonreía:
- No hay tiempo de hablar con César, en breve empiezan a llegar los invitados, te tienen que arreglar.
Elisa intentaba buscar a César con la mirada mientras las mujeres la arrastraban dentro de la casa, veía muchos empleados, mucho barullo, pero por ningún lado a quien buscaba, necesitaba contarle lo que había pasado esa misma noche, no podía casarse con él con esa culpa.
Llegaron a la habitación, por fin la soltaron aquellas dos, ella se acariciaba los brazos que habían sido maltratados segundos antes, las miraba. Las dos mujeres comenzaron ha hablar entre ellas y a sacar miles de productos, para el cabello, las uñas, maquillaje... Elisa no quería nada de eso, quería hablar con César. Miró a la cama, allí estaba el vestido, lo observó despacio, de pronto aquellas mujeres y Elena habían desaparecido, se habían quedado en un segundo plano para ella, solo podía observar aquella belleza estirada con mero cuidado en su cama. Alguien la sacó de su asombro, una de las cacatúas que preparaban las cosas la pisó un pie. Elisa pegó un grito pero ellas seguían a lo suyo, Elisa se sentó en una orilla de la cama mientras acariciaba su pie para calmar el dolor, Elena se acercó a ella:
- Elisa, te tienes que preparar.
Ella la miró con los ojos tristes, Elisa miraba a todos lados:
- Necesito primero hablar con César.
Elena miró a las mujeres que ya estaban mirándolas impacientes:
- Tiene que darse un baño, ya mismo sale.
Las dos mujeres enseguida continuaron hablando, Elena agarró la mano de Elisa y la arrastró hasta el baño, una vez las dos estaban dentro cerró la puerta:
- ¿Qué pasa Elisa?
- Elena... ayer estuve con Fernando.
- ¿Cómo?
- No fue programado, él se enteró de que había perdido a nuestro bebé y vino ha hablar, venía destrozado Elena, no se como pasó, pero pasó.
- ¿Eso es lo que le quieres contar a César?
- Sí, no me puedo casar así, no engañándole.
- Tranquila, él nunca te ha pedido nada porque sabe cuáles son tus sentimientos, él sabe que amas a otro hombre, pero... si le dices lo que ha pasado va a vivir con sus fantasmas Elisa, va a ver a Fernando por todos lados y no vais a vivir en paz. Eso ha sido algo que ha pasado y ya, tómalo como una despedida.
Elisa no entendía nada, la miró extrañada:
- ¿Pretendes que me lo calle?
- ¿Qué vas a conseguir diciéndoselo? ¿Qué es lo que quieres? Tú te mereces todo esto Gis, esta casa, tener a tu hijo en una familia y darle más hermanos, te mereces a un hombre como César, te va a colmar de detalles y de amor. No te mereces ser la otra de un hombre casado, porque Fernando está casado.
Elisa asintió despacio, esa era la realidad, aunque no lo quisiera ver. Ella se giró para mirarse al espejo, las ojeras estaban presentes en su cara, se la veía la preocupación por cada poro de su piel. Elena agarró un mechón de su pelo y lo colocó detrás de la oreja:
- ¿Has visto el vestido?
- Es perfecto.
- César lo eligió para ti.
- Tiene muy buen gusto.
- Vamos, que ya no tardarán en llegar los invitados.
Fernando llegó al bar de Erica, estaba ausente, se acercó a la barra:
- Erica, un whisky doble.
Erica lo miró y negó con la cabeza, terminó de ponerle el café a un hombre y se acercó a Fernando:
- ¿Tan pronto con whisky? Mejor un café.
Se encogió de hombros, Erica fue hacia la cafetera y le sirvió un café solo:
- ¿Qué pasa? ¿Estuviste toda la noche con Gisela?
- Sí, gracias por darme la dirección de donde estaba, después de lo que me contó Rafa no podía ignorar.
- Fer... yo encantada de que estés con Gisela, pero te recuerdo que tienes una mujer, y aunque no es santo de mi devoción, a venido temprano, estaba muy preocupada, no has llegado en toda la noche a casa y ni si quiera la has llamado. Rafa se a ido con ella para intentar tranquilizarla, no está bien eso.
- Lo se... soy lo peor, hago daño a todo el mundo. No quiero que Thais sufra, pero siento que nada de lo que haga me va a ayudar a quererla y a estar más con ella.
- Es que no se trata de obligarte a quererla.
- Hoy se casa Gisela, nunca vamos a poder estar juntos Erica.
- Fer... tienes que hacer algo, no puedes estar así, te va a dar algo.
En ese momento Erica miró detrás de Fernando, Thais entraba desesperada por la puerta, Rafa entraba detrás con la niña en brazos. Thais vio a Fernando y se acercó a él a toda prisa:
- ¿O sea que estabas aquí? ¿Dónde has estado toda la noche? ¿No pensabas aparecer por casa?
Fernando respiró hondo y tras mirar a Erica se giró:
- Iba ha hablar contigo.
- ¿Cuándo? Te llevo llamando toda la noche.
Thais comenzó a subir la voz y Erica entró a mediar entre los dos:
- Thais, estáis en mi bar, hay gente, mejor que habléis a solas, no quiero espectáculos.
- Sí Thais, mejor vamos a casa ha hablar.
Rafa que aún tenía a Ainhoa en sus brazos se metió también en la conversación:
- Nosotros nos quedamos con la niña.
Thais miró a Rafa seria, después volvió a reparar en Fernando y asintió despacio, Fernando se levantó y salieron por la puerta. Rafa miró a Erica con cara de susto, movió la mano de arriba a abajo dando a entender que se iba a liar entre ellos. Pero Erica no atendía a sus gestos, se quedó mirando a Rafa y después miró a Ainhoa, se parecían tanto, a ella no se le iba de la cabeza cuando vio el lunar de ambos.
Elisa ya estaba vestida, peinada y maquillada. Elena se quedó con la boca abierta al verla, las mujeres chocaron sus manos y se dijeron buen trabajo la una a la otra:
- Mírate, estás guapísima.
Elisa se miró en el espejo, abrió sus ojos, no parecía ella. El vestido era una maravilla, constaba de una falda de georgette de estilo evasé combinada con un cuerpo de encaje y transparencias de manga larga, la simplicidad de la elegancia más pura. La espalda en V quedaba semi descubierta dándole a la vez un toque sensual. En el pelo llevaba ondas sencillas, cargaban más en el lado derecho, ya que su lado izquierdo lo recogía un tocado blanco y dorado, su maquillaje era sencillo. Se veía una princesa, pero por más que quería sonreír, no podía se sentía triste:
- Elena, podríais dejarme sola unos minutos.
Elena la miró extrañada a través del espejo, se preocupaba por ella, a pesar de todo sabía que no estaba feliz:
- Sí cariño, pero recuerda que no queda mucho tiempo, intenta tranquilizarte.
Tras darla un pequeño abrazo salió de la habitación detrás de las dos cacatúas que la habían ayudado.
Elisa se quedó un rato observándose, no podía llorar, no quería estropear su maquillaje. Su cabeza iba a estallar, pensaba en Ivan, en Fernando, en cómo sería su vida a partir de ahora. Alguien llamó a la puerta y la sacó de sus pensamientos. Elisa se dio la vuelta mirando a la puerta:
- Adelante.
Para su sorpresa no era Elena, un hombre de unos cincuenta años pelirrojo entró en su habitación, en su mano llevaba una bandeja con un vaso de agua. Elisa se lo quedó mirando extrañada, el hombre se acercó a ella despacio:
- Disculpe, Elena me manda traerla este vaso de agua.
El hombre se agachó un poco para ofrecer a Elisa el vaso de agua, está lo agarró sin dejar de mirar a ese hombre, su bigote pelirrojo la distrajo, no la dio muy buena espina, pero no dio más importancia. Aquel hombre salió y ella bebió el vaso de agua, la verdad la vino genial, tenía sed e intentó tranquilizarse. Al poco de beber aquello se sintió un poco mareada, se sentó en la cama y cuando miró al frente la habitación se la empezó a nublar, no entendía lo que la estaba pasando, hasta que se desmayó.
Fernando y Thais entraron en el piso, ella estaba ansiosa por preguntar qué había sido de él la noche anterior, pero a la vez tenía miedo de su respuesta, intentó tranquilizarse, Fernando la miró:
- Lo siento Thais.
- ¿Qué es lo que sientes exactamente?, ¿haberme tenido toda la noche sin saber de ti?, ¿Engañarme?,¿Mentirme? ¿Qué es exactamente lo que sientes Fernando?
Él miró al suelo, su cabeza estaba echa un lío, no sabía que decirla, no podía delatar a Gisela, pero por otro lado quería contarle la verdad a Thais:
- No puedo contarte bien todo.
- ¿No puedes contarme bien todo? ¿Eso que significa Fernando? ¿Estabas con una mujer?, ¿Hay otra?.
- Sí y no.
Thais empezó a desesperarse, comenzó a dar vueltas por el salón:
- ¿Qué es eso de si y no?, Fernando no es tan difícil contestar.
- Sí he estado con una mujer, pero no es otra.
- Me dices en mi cara que estabas con otra mujer, eres lo peor, ¿Sabes lo preocupada que he estado toda la noche? Te odio Fernando, te odio.
Thais salió corriendo a la habitación, Fernando pensó en pararla, pero no lo hizo, ¿Qué iba a ganar con detenerla?, no la podía explicar nada y aunque se lo pudiese explicar la había engañado. Se tiró en el sofá y cerró los ojos, quería dejar de pensar, pero de su cabeza no se iba la idea de que Gisela se estaba casando.
Los invitados empezaron a cuchichear, César miró a Elena, ella comenzó a mirar a ambos lados, por ningún lado veía a Elisa. Se acercó a César, que la hacía señas:
- ¿Dónde está Elisa? ¿Qué pasa con ella?
- La dejé en la habitación, quería estar unos minutos a solas, pero ya está tardando.
- Ve a ver qué pasa.
Elena asintió y se acercó a la puerta de entrada, buscaba a Elisa, subió las escaleras hasta la habitación donde había dejado a Elisa. Entró pero no vio ni rastro de ella, buscó en el baño pero tampoco, salió de la habitación y buscó por todas las habitaciones, pero no había rastro de ella. Bajó de nuevo las escaleras y se encontró con Edgar, la miraba parado abajo de las escaleras:
- Edgar, ¿No has visto a Elisa?
- No, se habrá fugado.
- Claro que no, yo la deje en su habitación.
- Está mañana quería hablar con César, estaba claro que no se quería casar.
Elena negaba con la cabeza mientras veía detrás de Edgar aparecer a César, que acababa de escuchar lo que había dicho su hermano:
- ¿Quería hablar conmigo Elisa? ¿Por qué no la dejaste?
- Yo hablé con ella, se iba a casar.
- Elena acompáñame al despacho.
César se fue de allí enfadado, Elena miró a Edgar negando con la cabeza:
- ¿Por qué haces esto?
- Mi hermano se merece la verdad, deja ya de tapar todo lo que hace es mujer, ¿Con quién se a fugado?
- Cállate ya.
Elena lo dejo ahí solo, y fue camino al despacho donde la esperaba César, antes de entrar tomo aire. Pasó y vio un toque muy distinto en César, estaba nervioso, podía ver en su cara preocupación, furia. César se aflojó la corbata y apoyó ambas manos en el escritorio, intentó tranquilizarse:
- Elena, ¿Por qué no me dijiste que Elisa quería hablar conmigo?
- Porque ya quedaba poco tiempo para arreglarse, los invitados iban a llegar en breve, y Elisa habló conmigo.
- ¿Qué habló contigo?
Elena se encogió de hombro, no sabía que contestar, César se empezó a impacientar, se incorporó y respiró hondo:
- Elena, quiero saber dónde está Elisa, ¿Qué pasa?
- Pues... anoche se vio con Fernando, fue casualidad, no fue premeditado.
César pensó, al principio no recordaba ningún Fernando en la vida de ellos, pero entonces se acordó, Elisa en algún momento le contó la historia que había tenido con ese hombre, y sí, ese era su nombre:
- Fernando... ¿Su amante?
Elena abrió los ojos como platos, pero César negó con la cabeza:
- Quiero decir que ya me acuerdo de él, Elisa me lo mencionó alguna vez. ¿Cómo es que se han encontrado? ¿Cuándo?
- Desde que vinimos de viaje, por casualidad él pidió trabajo en la empresa, entonces se lo encontró.
César dio un golpe en el escritorio que hizo saltar a Elena, se había cabreado:
- ¿Le contó la verdad? Era un secreto, no me lo puedo creer.
- No exactamente, ella intentó ocultarlo. César, una persona no se convierte en otra por el simple hecho que cambiarse el nombre. Fernando la conoce se han amado durante muchísimo tiempo, ¿Cuanto tiempo crees que podría mantener la mentira?
César recordó, el día que fue a la oficina había un hombre vestido de seguridad, César se acordó de él. Aquel día juraría haberlo visto en algún lugar, claro, él es Fernando, ya se acordó. Recordó el día que fue a su despacho con Thais, él es su marido. César miró a Elena:
- ¿Se ha ido con él?
- No lo creo, ella estaba segura de casarse. Creo que la ha podido pasar algo.
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Como te imaginé
RomanceGisela Álvarez casada con un hombre mucho mas mayor, jamás a conocido el deseo, la pasión y mucho menos el amor.Hasta que llega a su vida Fernando Marín, un escolta que le pone su propio marido, el cual la hace sentir cosas que jamás imaginaba senti...