Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]

Capítulo 26

El sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas de la habitación cuando Ethan abrió los ojos. Lo primero que vio fue el rostro tranquilo de Kai, aún dormido a su lado, con las sábanas enredadas en su cuerpo desnudo. Habían pasado la noche abrazados, en una intimidad que trascendía lo físico, y por primera vez en mucho tiempo, Ethan sintió que todo estaba en su lugar. No había nada más que deseaba en ese momento que seguir observando a Kai en su estado de paz, alejados del caos de sus vidas y de las expectativas que los rodeaban.

Con cuidado, Ethan se levantó de la cama, procurando no despertarlo. Se puso unos pantalones sueltos y salió al pequeño balcón de la habitación, donde el aire fresco de la mañana lo recibió con una brisa suave. Miró hacia el horizonte, con el sol elevándose lentamente, iluminando el mundo con sus cálidos rayos dorados.

A pesar de la serenidad del momento, su mente estaba en constante actividad. Lo que había sucedido entre él y Kai en los últimos días lo había cambiado. Sentía que, de alguna manera, todo lo que había conocido antes ya no tenía el mismo sentido. Sus emociones por Kai eran más profundas de lo que había anticipado, y aunque le costaba admitirlo incluso para sí mismo, sabía que estaba enamorándose. El simple pensamiento lo llenaba de una mezcla de emoción y temor.

"¿Y ahora qué?", se preguntó, apoyándose en la barandilla del balcón. "¿Qué significa todo esto para nosotros?"

Sabía que Kai seguía luchando con sus propios demonios, y aunque Ethan estaba dispuesto a apoyarlo en todo, no podía evitar preguntarse si Kai estaría preparado para algo más que lo físico. Aún así, no podía ignorar lo que sentía. Por mucho que intentara racionalizarlo, lo que había entre ellos no era algo que pudiera simplemente ignorar.

—¿Pensando demasiado? —La voz de Kai lo sacó de sus pensamientos. Ethan se giró para verlo de pie en la puerta del balcón, con una camiseta y unos pantalones cortos que había recogido apresuradamente. Parecía aún medio dormido, pero había una leve sonrisa en su rostro.

—Siempre —respondió Ethan con una sonrisa, intentando aligerar el ambiente. Pero Kai no se dejó engañar. Lo conocía lo suficiente como para saber cuándo algo estaba rondando su mente.

Kai caminó hacia él, deteniéndose a su lado y apoyando sus codos en la barandilla. Juntos, observaron en silencio cómo el sol ascendía cada vez más, bañando la ciudad con luz.

—No tienes que cargar todo tú solo, Ethan —dijo Kai después de un rato, con una voz suave, casi como si estuviera leyendo sus pensamientos—. Estoy aquí también.

Ethan lo miró de reojo, sorprendido por su percepción. Siempre había sentido que debía ser el fuerte, el que mantenía todo bajo control, especialmente cuando se trataba de los sentimientos de los demás. Pero con Kai, esa dinámica se estaba desmoronando. Kai no era solo alguien a quien proteger, sino alguien que también quería cuidarlo a él.

—Lo sé —respondió Ethan, suspirando profundamente—. Solo que a veces siento que... no quiero presionarte con nada. Ya tienes suficiente con lo que estás manejando.

Kai lo observó por un largo momento antes de responder. Luego, se acercó un poco más, tomando la mano de Ethan y entrelazando sus dedos.

—No me estás presionando —dijo Kai con firmeza—. De hecho, tú eres lo único que no me abruma en este momento. No sé cómo explicarlo, pero contigo... siento que puedo respirar. Y eso es algo que no he sentido en mucho tiempo.

Las palabras de Kai tocaron algo profundo en Ethan. Era la primera vez que Kai expresaba tan abiertamente lo que sentía, y aunque su tono era calmado, había una sinceridad que lo desarmaba por completo.

—Kai... —Ethan comenzó, pero fue interrumpido por el sonido del teléfono de Kai vibrando en la mesa de noche dentro de la habitación.

Kai soltó la mano de Ethan, frunciendo el ceño mientras entraba de nuevo en la habitación para revisar su teléfono. Ethan lo observó desde la puerta, sintiendo cómo la atmósfera cambiaba de repente. Los momentos de tranquilidad siempre parecían ser interrumpidos por la realidad que intentaban dejar atrás.

—Es mi agente —dijo Kai después de revisar la pantalla, con un tono de resignación en su voz—. Parece que hay algo importante que debo atender. Tenemos que regresar.

Ethan asintió, aunque internamente no podía evitar sentir una leve decepción. Sabía que eventualmente tendrían que enfrentar el mundo exterior, pero había esperado que su pequeño refugio juntos durara un poco más.

El regreso a la ciudad fue silencioso. Ambos estaban sumidos en sus pensamientos, y aunque no había tensión entre ellos, la realidad comenzaba a infiltrarse en el espacio que habían compartido. Ethan sabía que las responsabilidades los esperaban, pero no estaba dispuesto a dejar que lo que había florecido entre ellos se desvaneciera.

Cuando llegaron al apartamento de Kai, se detuvieron en la puerta. Kai, con su bolso colgado en un hombro, se quedó mirando a Ethan, sus ojos reflejando una mezcla de emociones que no necesitaban ser explicadas con palabras.

—Gracias —dijo Kai finalmente, rompiendo el silencio—. Por todo.

Ethan sonrió ligeramente y se acercó, colocando una mano en el rostro de Kai.

—No me tienes que agradecer nada. Esto es solo el principio, ¿de acuerdo?

Kai asintió, su expresión suavizándose. Luego, sin previo aviso, se inclinó y le dio a Ethan un beso suave, pero cargado de significado. Fue un beso que prometía más, un beso que aseguraba que lo que tenían no terminaría en ese momento.

—Nos vemos pronto —murmuró Kai antes de entrar en su apartamento.

Ethan se quedó allí por un momento, mirando la puerta cerrada, con una sonrisa en su rostro. Sentía que algo importante había cambiado entre ellos. No sabía exactamente qué les deparaba el futuro, pero lo que sí sabía era que no estaba dispuesto a dejar que Kai se alejara de él.

Mientras caminaba hacia su propio coche, su teléfono vibró. Era un mensaje de Kai.

"No olvides que estoy aquí también. Siempre."

Ethan sonrió mientras guardaba el teléfono en su bolsillo. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que todo estaba exactamente donde debía estar.