La cabaña estaba en silencio cuando cayó la noche. Afuera, los árboles susurraban con el viento, y la oscuridad parecía más espesa que nunca. Kai, sentado en el borde de su cama improvisada, miraba el techo con los brazos cruzados. No había dejado de pensar en lo que Hiroshi había dicho. La misión que estaban a punto de emprender no sería como las anteriores. Esta vez, se enfrentaban a la Red Umbra de manera directa, y eso lo preocupaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Ethan se acercó a él, con una expresión seria en el rostro.
—¿Listo para esto? —preguntó, aunque no parecía ser una verdadera pregunta. Sabía que Kai siempre estaba listo, pero algo en el ambiente hacía que la tensión entre ellos fuera palpable.
Kai asintió, pero en lugar de su habitual sonrisa confiada, esta vez solo hubo un leve gesto de acuerdo.
—No hay otra opción —respondió—. Si no lo hacemos, todo lo que hemos logrado hasta ahora será en vano.
Ethan se inclinó hacia la ventana, observando las sombras moverse entre los árboles. Sabía que tenían que estar alerta, pero su mente estaba en otro lugar, pensando en los dos nuevos integrantes que ahora formaban parte de esta extraña alianza.
Axel y Noah estaban afuera, hablando en voz baja, sus siluetas apenas visibles en la penumbra. Algo en ellos le resultaba intrigante. No solo por su apariencia inusual y su aire misterioso, sino también porque había algo más... como si escondieran secretos que aún no estaban dispuestos a revelar.
—¿Qué piensas de ellos? —preguntó Ethan, rompiendo el silencio entre él y Kai.
Kai levantó la mirada hacia la ventana, viendo las figuras a lo lejos.
—Axel parece alguien que ha visto más de lo que deja ver. Es reservado, pero no en el mal sentido. Simplemente... no confía fácilmente. Y Noah... —Kai hizo una pausa, frunciendo el ceño—. Hay algo en él que no me cuadra. Es demasiado tranquilo, como si siempre estuviera dos pasos por delante de todos.
Ethan asintió. Lo había notado también. Aunque Noah era el más amigable de los dos, había algo en su calma que lo ponía nervioso.
—De todos modos, parecen saber lo que hacen —agregó Ethan—. Y si Hiroshi confía en ellos, supongo que nosotros también deberíamos.
Kai suspiró, estirándose.
—Sí, supongo. Aunque no me entusiasma la idea de depender de gente que apenas conocemos.
Antes de que la conversación pudiera continuar, Anais entró en la habitación, con una expresión decidida.
—Hiroshi dice que es hora de irnos —dijo, cruzándose de brazos—. Será mejor que se preparen.
Ethan y Kai intercambiaron una mirada rápida antes de levantarse. La misión estaba por comenzar.
El grupo salió de la cabaña bajo la luz tenue de la luna. Hiroshi iba al frente, con Axel y Noah justo detrás. Anais, Yuto, Kai y Ethan los seguían de cerca. El ambiente estaba cargado de una tensión casi palpable, mientras caminaban por el bosque, atentos a cada sonido, a cada sombra que se movía entre los árboles.
Axel llevaba la delantera cuando llegaron a un claro en el bosque. Se detuvo abruptamente, levantando una mano para que todos se quedaran quietos. Noah, a su lado, inspeccionó el área con ojos penetrantes.
—Estamos cerca —murmuró Axel, señalando un sendero oculto que se desvanecía entre los árboles más densos.
—¿Cerca de qué? —preguntó Anais, manteniendo su mano en la empuñadura de su daga, lista para cualquier cosa.
—Del refugio donde se esconde nuestro contacto —respondió Noah, su voz baja pero clara—. Pero el lugar está fuertemente vigilado. La Red Umbra no permitirá que entremos sin pelear.
Hiroshi asintió, sus ojos fijos en la dirección que Axel había señalado.
—No tenemos tiempo para ser sigilosos. Vamos directo al punto —dijo, su tono decidido.
Ethan sintió cómo la adrenalina empezaba a correr por sus venas. Esto era real. Enfrentarían a la Red Umbra de frente.
—Recuerden, nuestro objetivo es entrar, obtener la información y salir —añadió Hiroshi—. No estamos aquí para pelear, pero si nos vemos forzados a hacerlo, no duden.
El grupo asintió en silencio, y comenzaron a avanzar hacia el refugio. El sendero era estrecho y oscuro, y el aire se sentía cada vez más denso a medida que se adentraban en la profundidad del bosque.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, llegaron a una colina donde se alzaba una estructura imponente y siniestra. Era una mansión antigua, con muros altos y ventanas rotas que daban la impresión de que el lugar había sido abandonado hace siglos. Sin embargo, las luces que parpadeaban en su interior y las figuras que se movían en las sombras decían lo contrario.
Axel y Noah se detuvieron al pie de la colina, observando el edificio con una mezcla de reconocimiento y desdén.
—Ahí está —dijo Noah en voz baja—. Pero entrar no será tan fácil.
Hiroshi sacó un pequeño dispositivo de su bolsillo, una especie de escáner, y lo activó. Una serie de luces verdes aparecieron en la pantalla, marcando las ubicaciones de los guardias que patrullaban la entrada.
—Hay al menos una docena de ellos —informó Hiroshi, frunciendo el ceño—. Necesitamos una distracción.
Anais dio un paso al frente, sonriendo con un aire de determinación.
—Déjenmelo a mí —dijo, antes de desaparecer entre los árboles.
Ethan no pudo evitar sentirse nervioso. Todo dependía de que el plan funcionara perfectamente.
—Espero que sepa lo que hace —murmuró Kai, observando cómo Anais desaparecía en la oscuridad.
Pocos minutos después, un fuerte estruendo resonó en la distancia, seguido de gritos. Los guardias comenzaron a moverse, corriendo hacia el lugar de la explosión.
—Ahora —ordenó Hiroshi, y el grupo se movió rápidamente, aprovechando la distracción.
Se deslizaron por el terreno con agilidad, manteniéndose en las sombras mientras avanzaban hacia la mansión. Los guardias estaban demasiado distraídos por la explosión para notar su presencia.
Cuando llegaron a la entrada, Axel empujó la puerta suavemente, y el grupo entró en silencio.
—Vamos directo al piso subterráneo —dijo Noah—. Ahí es donde encontraremos lo que buscamos.
Ethan sintió que cada paso que daban los acercaba más al peligro. Pero sabía que no había vuelta atrás. Esta vez, la Red Umbra los enfrentaría directamente, y no podían permitirse perder.
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Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]
Novela JuvenilPRIMERA HISTORIA 🌟 Broken Minds, Healing Hearts🌟 En un mundo donde las heridas invisibles a menudo duelen más que las visibles, se cuenta la historia de jóvenes que navegan por la complejidad de sus emociones y desafíos internos. "Broken Minds, He...