Capítulo 83

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La noche había caído completamente cuando Ethan, Lucy y Kai se retiraron a una casa segura en las afueras de la ciudad. El ambiente era pesado, cargado de incertidumbre y de las consecuencias de lo que acababa de suceder. Ethan caminaba de un lado a otro, visiblemente tenso. Sabía que estaban en una encrucijada peligrosa, y el eco de la traición de Shaw resonaba en su mente.

Lucy, aún con las manos temblorosas por la adrenalina, se sentó frente a la pequeña mesa de la sala, conectando el disco duro al portátil que habían traído. Su mirada seguía fija en la pantalla mientras los archivos comenzaban a abrirse lentamente.

—Tardará un poco —murmuró, su voz apenas audible—. Pero al menos tenemos lo que buscábamos.

Kai, apoyado contra la pared, observaba a Ethan moverse inquietamente por la habitación. La traición había golpeado fuerte, y aunque todos lo sentían, era claro que Ethan se lo tomaba más personal. Shaw no solo los había puesto en peligro, sino que había vulnerado la confianza que habían depositado en él. Era una ofensa que Ethan no podía dejar pasar.

—No podemos quedarnos aquí mucho tiempo —dijo finalmente Kai, rompiendo el silencio incómodo—. Si Shaw sabe que estamos vivos, lo próximo será enviarnos más hombres. No va a detenerse.

Ethan asintió, pero sus pensamientos parecían estar en otro lugar. Su mandíbula estaba tensa, como si contuviera una furia que estaba luchando por controlar. Finalmente, se detuvo frente a la ventana, observando la oscuridad exterior con una mezcla de rabia y determinación.

—Lo sé —respondió después de unos segundos—. Pero antes de movernos, tenemos que asegurarnos de lo que encontramos aquí. Este disco es la clave. Si Aaron realmente está involucrado en lo que creemos, esto podría ser lo que necesitamos para derrocarlo. Pero primero, Shaw debe pagar por lo que hizo.

Lucy levantó la vista del portátil, sorprendida por la intensidad en la voz de Ethan.

—¿Qué quieres decir? —preguntó, aunque intuía la respuesta.

Ethan se dio la vuelta, sus ojos brillando con una mezcla de determinación y amargura.

—No podemos dejar que Shaw se salga con la suya. Nos vendió, nos puso en la línea de fuego para salvar su propio pellejo. Y si cree que vamos a dejar que eso quede impune, está muy equivocado.

Kai, aunque compartía la frustración de Ethan, sabía que actuar precipitadamente podía ser peligroso.

—¿Y qué sugieres? —intervino—. Shaw es peligroso, lo sabemos. Pero si vamos tras él ahora, podríamos arruinar lo que tenemos con Aaron. Hay que ser estratégicos.

Ethan frunció el ceño, pero sabía que Kai tenía razón. No podían actuar sin un plan claro, pero la traición de Shaw había encendido una llama dentro de él que era difícil de apagar. Cada fibra de su ser quería enfrentarse a él, quería justicia. No podía soportar la idea de que Shaw siguiera moviendo los hilos desde las sombras.

—Necesitamos información —dijo finalmente, después de un largo silencio—. Shaw no puede estar operando solo. Alguien más debe estar detrás de esto, y si lo encontramos, podemos desmantelar todo el juego que ha estado jugando.

Lucy asintió, volviendo su atención al portátil.

—De acuerdo. Si estos archivos contienen algo que podamos usar contra Shaw, lo sabré pronto.

La sala quedó en silencio nuevamente mientras el equipo revisaba lo poco que tenían. El ambiente se sentía sofocante, como si la traición aún colgara en el aire, nublando su juicio. Kai, siempre el más pragmático, fue el primero en hablar de nuevo.

—Ethan, necesitas dormir —dijo, señalando con la cabeza el sofá al otro lado de la habitación—. Si estamos por enfrentarnos a Shaw, necesitarás estar en tu mejor forma. Y ahora mismo, no lo estás.

Ethan, aunque visiblemente agotado, negó con la cabeza.

—No puedo dormir. No hasta que sepamos lo que tenemos aquí.

Lucy, que había permanecido en silencio mientras trabajaba, de repente se irguió, su expresión cambió radicalmente.

—Lo tengo —dijo, sus ojos clavados en la pantalla—. Aquí está la conexión. Shaw ha estado colaborando con otro socio que hemos estado subestimando todo este tiempo. Alguien que siempre ha estado cerca de Aaron, pero que nunca habíamos considerado una amenaza real.

Ethan y Kai se acercaron rápidamente, sus miradas enfocadas en la pantalla.

—¿Quién? —preguntó Ethan, con la voz llena de urgencia.

Lucy señaló un nombre que apareció en varios documentos financieros. Era un nombre que les resultaba familiar, pero no como un enemigo, sino como alguien que siempre había trabajado en las sombras: Martin Kellerman.

Kai frunció el ceño.

—¿Kellerman? ¿El abogado de Aaron?

Lucy asintió.

—Sí. Ha estado utilizando su posición para mover fondos, lavar dinero y cubrir las huellas de Shaw. Si Kellerman está involucrado, entonces esto es mucho más grande de lo que pensamos.

Ethan apretó los puños, su frustración transformándose en una feroz determinación.

—Entonces tenemos que exponerlo. Shaw y Kellerman no van a poder esconderse detrás de Aaron por mucho más tiempo.

Kai, aunque asintió, sabía que el camino que tenían por delante no sería fácil.

—Sí, pero primero debemos tener cuidado. No podemos permitirnos cometer errores ahora.

Ethan, aunque seguía en pie, respiró profundamente, sabiendo que Kai tenía razón. La traición de Shaw les había mostrado lo frágil que era su situación. Tenían una oportunidad, pero solo si jugaban bien sus cartas.

—Entonces, planifiquemos —dijo Ethan, finalmente accediendo a la sugerencia de Kai—. Pero cuando todo esto termine, Shaw no va a salir ileso de esta.

El equipo volvió a trabajar, delineando sus próximos pasos. Sabían que el reloj estaba corriendo, y que cada movimiento en falso podría significar el final.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora