Capítulo 61

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La mañana llegó más rápido de lo que Ethan esperaba. A pesar de la tensión y la falta de sueño, el reloj seguía su curso implacable. Se despertó con los rayos de luz filtrándose por las cortinas y el olor familiar del café recién hecho que llenaba el apartamento. Se incorporó lentamente, intentando sacudir el agotamiento que aún pesaba en sus músculos. La reunión con el detective Harrison estaba a solo un par de horas y sentía que el tiempo avanzaba más rápido de lo que podía manejar.

Kai estaba en la cocina, como siempre, adelantándose a los pensamientos de Ethan, con dos tazas de café humeante sobre la mesa.

—Pensé que necesitarías esto —dijo Kai, girándose para sonreírle.

Ethan le devolvió una sonrisa débil, pero agradecida. A pesar de todo lo que estaba ocurriendo, Kai era una constante, un faro de luz en la oscuridad que lo rodeaba. Al acercarse y tomar la taza, no pudo evitar notar la mirada de preocupación en los ojos de Kai. Era evidente que también estaba inquieto, aunque lo intentara ocultar.

—¿Cómo dormiste? —preguntó Kai, rompiendo el silencio incómodo.

—Como un muerto, pero me siento como si hubiera sido golpeado por un tren —respondió Ethan con una leve sonrisa irónica antes de dar un sorbo al café.

Kai asintió, comprendiendo sin necesidad de más palabras. Ambos sabían que ese día no sería fácil. Con Aaron todavía en la sombra, moviendo los hilos de una manera que solo él sabía, el peligro se sentía más palpable que nunca. Y lo peor era que no sabían cómo o cuándo atacaría.

—El detective Harrison nos dará más información hoy. —Kai se sentó junto a él—. Lo que sea que Aaron esté planeando, lo enfrentaremos juntos.

Ethan apreció las palabras de Kai, pero una parte de él no podía evitar sentir que estaba arrastrando a Kai a algo mucho más grande y peligroso de lo que cualquiera de los dos podía manejar.

—No puedo dejar de pensar en todo lo que ha pasado —murmuró Ethan, girando la taza en sus manos, como si pudiera encontrar respuestas en el líquido oscuro—. Aaron no se detendrá hasta que me destruya. Y ahora tú... —Se quedó en silencio, incapaz de terminar la frase.

Kai lo observó en silencio por unos segundos, y luego tomó la mano de Ethan entre las suyas.

—Estoy aquí porque quiero estar, Ethan. Esto no es solo tu batalla. Ya no estás solo. Y no dejaré que Aaron te destruya... ni a ti, ni a nosotros.

Ethan soltó un largo suspiro. Había algo en la firmeza de Kai que le daba fuerza, pero también lo llenaba de temor. Si Aaron descubría lo que significaba Kai para él, lo usaría en su contra. Aaron era ese tipo de persona: despiadada, manipuladora, y capaz de cualquier cosa para obtener lo que quería.

Después de terminar el café en silencio, ambos se prepararon para la reunión. Ethan intentó deshacerse de los nervios mientras se vestía, pero la sensación de inquietud persistía. Era como si algo se avecinara, algo mucho más oscuro y peligroso de lo que podía anticipar.

Cuando salieron del apartamento, el aire frío de la mañana los recibió. El camino hacia la estación de policía fue silencioso, ambos sumidos en sus pensamientos. Al llegar, el detective Harrison ya los esperaba, su expresión grave, como si hubiera pasado toda la noche sin dormir, al igual que ellos.

—Gracias por venir, Ethan. Kai. —El detective los saludó con un breve asentimiento antes de guiarlos a su oficina.

Una vez sentados, Harrison no perdió tiempo en ir al grano.

—Hemos estado siguiendo de cerca a Aaron desde que ustedes me proporcionaron la información, pero... parece que está un paso adelante. —Harrison soltó un suspiro, frotándose la sien—. Anoche recibimos informes de un incidente en su último paradero conocido. Un ataque que dejó a varias personas gravemente heridas. Aaron no estaba entre los heridos, pero creemos que está relacionado.

Ethan sintió cómo su corazón se aceleraba. Aaron estaba cada vez más cerca, y lo peor de todo era que parecía volverse más impredecible con cada movimiento.

—¿Qué tipo de ataque? —preguntó Kai, con el ceño fruncido.

Harrison se tomó un momento antes de responder.

—Una emboscada en un club. Los testigos dicen que vieron a Aaron hablando con varias personas antes de que ocurriera. Fue violento, y aunque no tenemos pruebas directas de su participación, su presencia no puede ser una coincidencia.

Ethan apretó los puños, intentando mantener la calma. Sabía que Aaron era capaz de eso y más. Lo había visto con sus propios ojos en el pasado, y ahora, parecía que su antiguo amante estaba dispuesto a ir mucho más lejos para recuperar el control sobre él.

—Esto va más allá de simples amenazas, Ethan. —Harrison lo miró con seriedad—. Necesitamos que estés preparado para lo peor.

Ethan asintió, aunque las palabras del detective resonaron en su cabeza como una sentencia. El peligro que Aaron representaba ya no era algo intangible, sino una realidad que lo amenazaba a cada paso. Sabía que tendría que tomar decisiones difíciles, y pronto.

Después de la reunión, mientras salían de la comisaría, Ethan no pudo evitar sentir un peso aplastante sobre sus hombros. Aaron estaba cada vez más cerca, y el tiempo se estaba acabando. Miró a Kai, quien caminaba a su lado, su expresión impenetrable. Sabía que Kai estaba preocupado, pero también sabía que era fuerte.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Kai, deteniéndose un momento y mirándolo directamente a los ojos.

Ethan exhaló, buscando las palabras correctas.

—En que no sé cómo vamos a salir de esta. Aaron es más peligroso de lo que jamás pensé, y siento que cada día está más cerca de hacernos daño.

Kai le tomó las manos con suavidad, obligándolo a detenerse y mirarlo con más profundidad.

—Escucha, Ethan. Lo que pase, lo enfrentaremos juntos. Ya hemos pasado por mucho, y no voy a permitir que Aaron te haga más daño.

Los ojos de Kai se llenaron de una determinación que hizo que el corazón de Ethan diera un vuelco. Sabía que, a pesar de todo, Kai estaba allí por él, y eso le daba la fuerza que necesitaba para seguir adelante.

Sin embargo, mientras Kai lo abrazaba, una sombra persistente se aferraba a su mente. La sombra de Aaron, siempre observando, siempre esperando el momento perfecto para atacar.

La guerra no había hecho más que comenzar, y Ethan sabía que solo había una manera de ganarla: enfrentándose cara a cara con el hombre que una vez amó... y que ahora representaba su peor pesadilla.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora