Capítulo 64

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La madrugada cubría la ciudad con su manto de oscuridad y silencio. Ethan y Kai apenas habían intercambiado palabras desde que salieron de la sala de interrogatorios. El peso de lo que habían escuchado seguía rondando en sus mentes, envolviéndolos en una neblina de incertidumbre y temor.

Caminaban lado a lado, sintiendo la tensión en el aire, pero también una especie de tranquilidad en la compañía mutua. Las calles vacías parecían extenderse eternamente, y el frío cortante de la noche se colaba entre los huecos de sus abrigos.

Kai miraba de reojo a Ethan. Sabía que el enfrentamiento con Aaron estaba cada vez más cerca, y, aunque su voluntad seguía firme, no podía evitar preocuparse. Ethan siempre había sido la roca que lo mantenía centrado, pero sabía que esta guerra psicológica estaba dejando cicatrices profundas en él.

—¿En qué piensas? —preguntó Kai finalmente, rompiendo el incómodo silencio que se había formado entre ellos.

Ethan se detuvo, suspirando mientras pasaba una mano por su cabello. Miró hacia el horizonte como si buscara respuestas en la lejanía.

—En Aaron... en lo que ese tipo dijo. No puedo evitar pensar que nos estamos perdiendo algo, algo grande —respondió, con el ceño fruncido—. Aaron nunca hace nada sin un propósito. Si está planeando un evento público, tiene que ser algo que lo ponga en ventaja.

Kai asintió, comprendiendo. Sabía que Aaron no era alguien que dejara cabos sueltos, y mucho menos cuando se trataba de algo personal.

—¿Crees que realmente pueda hacernos daño? —preguntó Kai, aunque ya conocía la respuesta. Sabía que Aaron era capaz de cualquier cosa.

Ethan se quedó en silencio por un momento, sus ojos oscuros reflejando la luz de las farolas cercanas.

—No lo sé. Pero lo que sí sé es que no podemos seguir jugando bajo sus reglas. Si Aaron quiere llevarnos a un espectáculo público, debemos estar preparados para cualquier cosa. No podemos permitir que nos pille desprevenidos.

Kai lo miró fijamente, sus ojos buscando algo más allá de las palabras. Sabía que Ethan estaba agotado, tanto física como mentalmente. La constante presión de Aaron, el miedo a perderse el uno al otro, y la lucha por mantenerse fuertes los había dejado vulnerables.

—Ethan —dijo Kai suavemente, dando un paso hacia él—. No tienes que enfrentarlo solo.

Ethan lo miró a los ojos, y por un momento, el peso de todo pareció desvanecerse. La intensidad de los sentimientos entre ellos siempre había sido inquebrantable, pero en ese momento, era más evidente que nunca. Kai siempre había sido el ancla que mantenía a Ethan en la realidad, la única persona que podía entender realmente por lo que estaba pasando.

—No estoy solo —respondió Ethan en un susurro, acercándose más a Kai—. Te tengo a ti.

Kai sonrió levemente, y en un gesto instintivo, ambos cerraron la distancia entre ellos. El frío de la noche fue reemplazado por el calor de su proximidad, y por un momento, el mundo exterior dejó de existir. En ese silencio compartido, sus corazones latían al unísono, como si supieran que, pase lo que pase, siempre se tendrían el uno al otro.

—No importa lo que Aaron esté planeando —continuó Ethan, acariciando el rostro de Kai con suavidad—. Vamos a superarlo, juntos.

Kai asintió, sabiendo que, aunque el camino fuera peligroso, no había nadie más con quien preferiría enfrentarlo.

Horas más tarde, mientras ambos intentaban dormir en el pequeño apartamento que compartían, la inquietud se mantuvo. Los pensamientos de Aaron, de su misterioso "evento", seguían presentes, como una sombra que no podía ser ignorada.

Kai se giró en la cama, sus ojos abiertos en la oscuridad, escuchando la respiración tranquila de Ethan a su lado. No podía dormir, no con la sensación de peligro que rondaba en su mente.

Finalmente, decidió levantarse en silencio, caminando hacia la pequeña cocina donde se sirvió un vaso de agua. Mientras bebía, su mente no podía dejar de correr en círculos, intentando entender cuál era el próximo movimiento de Aaron.

De repente, el sonido suave de un teléfono vibrando interrumpió sus pensamientos. Kai frunció el ceño y siguió el ruido hasta el pequeño salón, donde el celular de Ethan estaba sobre la mesa. La pantalla mostraba una llamada entrante de un número desconocido.

Sin pensarlo dos veces, Kai respondió.

—¿Ethan? —la voz al otro lado de la línea era grave, cargada de tensión.

Kai no reconoció la voz, pero algo en ella lo hizo ponerse alerta.

—No es Ethan —respondió con voz firme—. ¿Quién eres?

Hubo un silencio breve al otro lado de la línea antes de que la voz volviera a hablar.

—¿Eres Kai? —preguntó el desconocido—. Escucha, no tenemos mucho tiempo. Soy un viejo conocido de Ethan... y creo que están en peligro inminente.

El corazón de Kai comenzó a latir más rápido.

—¿Quién eres? ¿Qué sabes de Aaron? —preguntó, su tono ahora más urgente.

—Aaron tiene un plan que va más allá de lo que ustedes imaginan. No se trata solo de arruinar sus vidas, Kai... él quiere destruirlos públicamente, y va a usar algo que está oculto en el pasado de Ethan. Algo que ni siquiera tú sabes.

Kai sintió un nudo formarse en su estómago. ¿Qué estaba ocultando Ethan? ¿Y qué podría ser tan devastador que Aaron lo usara para destruirlos?

—¿Qué es? —preguntó con voz temblorosa.

—No puedo decírtelo por aquí —respondió la voz—. Pero si no hacen algo pronto, será demasiado tarde. Aaron ya ha puesto todo en marcha.

Antes de que Kai pudiera hacer otra pregunta, la llamada se cortó. El silencio en la habitación era ensordecedor mientras las palabras del desconocido resonaban en su mente.

Con el vaso aún en su mano, Kai se quedó inmóvil, mirando el teléfono, mientras un millón de preguntas sin respuesta lo asaltaban.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora