Capítulo 75

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La mañana del juicio había llegado. Ethan se despertó temprano, con una mezcla de ansiedad y determinación que lo mantenía al borde del colapso emocional. A su lado, Kai dormía plácidamente, como si no hubiera una tormenta que se avecinaba. Lo observó durante unos segundos, permitiéndose ese momento de tranquilidad antes de enfrentarse al caos. Kai siempre había sido su ancla, su equilibrio, y en ese instante lo necesitaba más que nunca.

El reloj marcaba las 7:00 a.m., y la ciudad ya comenzaba a despertarse. Las calles se llenaban de vida mientras Ethan se preparaba mentalmente para lo que sería uno de los días más importantes de su vida. Cada movimiento que hiciera, cada palabra que dijera en la corte, tendría el poder de cambiar su destino, de liberar a su familia de la sombra de Aaron o hundirlos aún más en ese abismo de poder y traición.

Kai despertó poco después, advirtiendo la rigidez en el cuerpo de Ethan. Sin decir nada, lo abrazó desde atrás, apoyando su cabeza en el hombro de Ethan, como si su simple presencia pudiera calmar todas las tormentas internas que luchaban en el corazón de su pareja.

—Hoy es el día —murmuró Kai en su oído, su voz baja pero firme.

—Sí —contestó Ethan, respirando profundamente—. Hoy todo se define.

La sala del tribunal estaba llena de personas. Los abogados de ambos lados, la prensa, e incluso algunos curiosos que habían seguido el caso con morboso interés. Aaron, como siempre, estaba al frente, impecablemente vestido y con esa sonrisa arrogante que tanto había llegado a detestar Ethan. A su lado, su equipo legal parecía preparado para destruir cualquier atisbo de esperanza que quedara en la defensa de Ethan.

Ethan y Kai se sentaron en sus respectivos lugares, acompañados por Alex y el equipo legal que había trabajado incansablemente en la defensa. La tensión era palpable, y cada movimiento parecía una coreografía precisa de lo que estaba por venir.

—Mantén la calma —le susurró Kai, su mano rozando la de Ethan por debajo de la mesa—. Tenemos un buen caso.

Ethan asintió, aunque en el fondo sabía que las cosas podían torcerse en cualquier momento. Aaron era impredecible, un hombre que no dudaba en usar cualquier método para salir victorioso. Y había algo en esa sala que no le daba buena espina.

El juez entró, y con su llegada, el juicio dio inicio. Las presentaciones iniciales fueron formales, pero la batalla real comenzaría cuando los testigos fueran llamados a declarar.

El exsocio de Aaron fue uno de los primeros en subir al estrado. Ethan había pasado noches enteras imaginando cómo reaccionaría este hombre, qué diría. Sabía que la promesa de dinero había sido tentadora, pero también confiaba en que el miedo a Aaron y a lo que el equipo legal de Ethan pudiera destapar lo haría reconsiderar su lealtad.

Las preguntas comenzaron, y durante los primeros minutos, todo parecía ir bien. El testimonio del exsocio corroboraba gran parte de las acusaciones de Ethan contra Aaron: la manipulación, los tratos corruptos, la amenaza constante de violencia y poder. Pero justo cuando pensaban que todo marchaba en la dirección correcta, la mirada del testigo cambió.

De repente, empezó a contradecirse.

—Yo... en realidad no recuerdo haber presenciado esas conversaciones —dijo, su voz temblando un poco—. Quizá malinterpreté algunas de las cosas que escuché.

Ethan sintió como si todo el aire en la sala se hubiera escapado de golpe. Era la trampa de Aaron. Sabía que de alguna manera había vuelto a sobornar o amenazar a su exsocio, y ahora todo el caso pendía de un hilo.

El abogado de Aaron no perdió el tiempo. Con una sonrisa venenosa, comenzó a desmontar lo que había quedado del testimonio, arrojando dudas sobre la credibilidad del testigo y, por ende, sobre todo el caso de Ethan.

—¿Qué demonios está pasando? —murmuró Ethan entre dientes, apretando los puños con fuerza.

Alex, sentado a su lado, también parecía estar en estado de shock.

—Esto no es lo que habíamos preparado. Algo cambió en el último momento.

Kai, siempre observador, se inclinó hacia ellos y murmuró:

—Es Aaron. Algo tiene sobre él, alguna amenaza o acuerdo de último minuto. No podemos dejar que esto nos destruya.

La presión en la sala aumentaba con cada minuto que pasaba. Pero justo cuando todo parecía estar perdido, Alex tuvo una idea. Era arriesgado, pero si funcionaba, podría cambiar el curso del juicio.

—Vamos a poner a Aaron en el estrado —dijo en voz baja—. Si lo confrontamos directamente, podríamos exponerlo.

Ethan se quedó mirándolo, incrédulo.

—¿Estás loco? ¡Aaron es un maestro en manipular la situación! ¿Cómo lo haremos caer?

—Deja eso en mis manos —dijo Alex, su confianza renovada—. Sólo necesitamos que se sienta lo suficientemente seguro como para bajar la guardia.

La estrategia era peligrosa, pero era la única carta que les quedaba por jugar. Aaron, confiado en su victoria, subió al estrado. Su sonrisa arrogante seguía intacta, y su presencia parecía dominar la sala.

Alex comenzó con preguntas simples, un repaso básico de los hechos que ya todos conocían. Aaron respondió con calma, sin dar muestras de nerviosismo. Pero poco a poco, las preguntas de Alex comenzaron a volverse más incisivas, más directas, hasta que finalmente...

—Señor Aaron —dijo Alex, su voz ahora cargada de intenciones—, ¿puede explicarnos por qué su exsocio cambió su testimonio de manera tan abrupta? ¿Tiene algo que ver con las amenazas que se han rumoreado últimamente en su contra?

El aire en la sala cambió de golpe. Aaron, por primera vez, parecía descolocado. Su sonrisa desapareció, y una sombra de duda cruzó su rostro. Intentó recuperar el control, pero era demasiado tarde. Alex lo había llevado al borde del abismo, y ahora sólo faltaba un empujón para que cayera.

—Eso es absurdo —dijo Aaron, su voz temblando ligeramente—. No tengo nada que ver con el cambio de testimonio. Mi exsocio simplemente corrigió sus declaraciones erróneas.

Pero todos en la sala podían ver que algo había cambiado en Aaron. Estaba nervioso, y en ese momento, Ethan supo que habían ganado una pequeña pero crucial ventaja.

Kai le apretó la mano bajo la mesa, y Ethan le devolvió la sonrisa.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora