Capítulo 69

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Ethan despertó esa mañana con una sensación de inquietud que no pudo sacudirse. El sol apenas asomaba por las ventanas, llenando la habitación con una luz cálida y dorada, pero no era suficiente para calmar el torbellino en su mente. A su lado, Kai dormía plácidamente, su rostro tranquilo y relajado. Parecía increíble cómo él podía mantenerse en calma, incluso en los momentos más oscuros.

Con cuidado, Ethan se levantó de la cama, asegurándose de no despertarlo. Caminó descalzo hacia la cocina, donde comenzó a preparar café. El sonido del agua hirviendo y el aroma del café fresco llenaron el aire, creando una atmósfera momentáneamente pacífica.

Sin embargo, en su mente, los recuerdos del día anterior seguían dando vueltas. Aaron. Siempre Aaron. El nombre en sí mismo era como una piedra que cargaba, una presencia constante que lo acechaba desde las sombras. Sabía que su enemigo no se quedaría quieto; él nunca lo hacía.

Mientras vertía el café en una taza, un mensaje en su teléfono lo hizo detenerse. El dispositivo vibró en la mesa, y aunque no quería leerlo, su mano se movió casi automáticamente para alcanzarlo. El remitente no era otro que Aaron.

Aaron: "Espero que estés disfrutando de tus días de paz. No durarán mucho."

Ethan sintió que el estómago se le hundía. El mensaje era simple, pero cargado de amenaza. Sabía que Aaron no estaba jugando. Lo conocía demasiado bien para saber que detrás de esas palabras se escondía algo más siniestro. Un plan. Un movimiento que cambiaría todo.

—¿Qué pasa? —la voz de Kai lo sacó de sus pensamientos. Ethan no lo había escuchado acercarse, pero ahí estaba, de pie en la entrada de la cocina, mirándolo con curiosidad y preocupación.

Ethan respiró hondo, guardando el teléfono en su bolsillo, tratando de sonreír.

—Nada, solo... pensamientos de más. —Le tendió la taza de café que ya había preparado para él—. Toma, te ayudará a despertar.

Kai aceptó la taza, pero no dejó de observarlo. Sabía que algo andaba mal, podía verlo en los ojos de Ethan. Aunque decidió no presionar en ese momento. En lugar de eso, dio un sorbo al café y suspiró, disfrutando del calor.

—No tienes que fingir conmigo, Ethan —dijo finalmente, su voz suave pero firme—. Sé que Aaron sigue molestando.

Ethan negó lentamente con la cabeza, sus ojos fijos en el suelo.

—Es solo un mensaje más —respondió—. Nada que no haya hecho antes. Pero sé que tiene algo más preparado. No sé qué es, pero lo siento. Está tramando algo grande.

Kai dejó la taza en la mesa y se acercó a él, colocando una mano en su hombro. El contacto cálido y familiar fue suficiente para que Ethan soltara un suspiro que había estado conteniendo.

—Entonces lo enfrentaremos —dijo Kai, con una seguridad inquebrantable—. No importa lo que sea, lo resolveremos juntos.

Ethan quería creerle. Quería aferrarse a esa sensación de seguridad que Kai siempre le brindaba, pero el miedo seguía siendo un susurro constante en el fondo de su mente. El miedo a perder todo lo que habían construido juntos. El miedo a que Aaron fuera demasiado lejos esta vez.

—No quiero que nada de esto te toque —confesó Ethan, sus palabras llenas de preocupación—. Aaron es despiadado. No sabe cuándo parar. Y si te convierte en su objetivo, no sé si podría soportarlo.

Kai apretó su hombro suavemente, acercándose más a él.

—No me subestimes, Ethan. No soy tan frágil como crees. He pasado por lo mío también, y no pienso dejar que Aaron nos derrote.

Ethan levantó la mirada, encontrándose con los ojos oscuros de Kai. Había algo en su determinación, en la forma en que enfrentaba los desafíos sin vacilar, que siempre lo había admirado. Pero aún así, no podía sacudirse el temor. Había perdido demasiado en el pasado como para bajar la guardia ahora.

—Lo sé —dijo Ethan en voz baja—. Solo quiero que estés a salvo.

Kai lo atrajo hacia sí en un abrazo, dejando que Ethan apoyara la cabeza en su hombro. Permanecieron así por unos minutos, en silencio, mientras la tormenta de pensamientos de Ethan se calmaba poco a poco. Kai siempre había sido su ancla, la persona que lo mantenía firme cuando todo a su alrededor parecía tambalearse.

—Vamos a salir de esto —murmuró Kai, su voz suave pero llena de certeza—. Juntos.

Ethan cerró los ojos, permitiéndose unos segundos de paz en los brazos de Kai. Quizás, solo quizás, podrían encontrar una forma de superar todo esto. Pero sabía que la batalla apenas comenzaba.

Más tarde esa misma mañana, cuando ambos se preparaban para salir al trabajo, Ethan revisó nuevamente su teléfono. Había estado ignorando las llamadas y mensajes de la oficina, pero una notificación en particular llamó su atención.

Era de su abogado, Alex. Decía que necesitaban hablar con urgencia.

Con el corazón latiéndole más rápido, marcó el número de Alex, esperando ansioso la respuesta.

—¿Qué sucede? —preguntó Ethan sin rodeos tan pronto como Alex contestó.

—Tenemos un problema, Ethan —dijo Alex, su tono tenso—. Aaron ha iniciado un proceso legal en tu contra. Quiere sacarte del consejo de la empresa. Y parece que tiene pruebas de algo que podría comprometerte gravemente.

Ethan sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora