El ambiente en la habitación se tensó de inmediato cuando Shaw y Ethan se enfrentaron cara a cara. La frialdad en los ojos de Shaw era palpable, pero también había una chispa de curiosidad que no lograba disimular. Ethan lo conocía lo suficientemente bien como para saber que detrás de esa fachada de poder y control, Shaw siempre estaba buscando la ventaja, la oportunidad que lo colocara un paso por delante de los demás.
—¿Qué tienes para mí, Ethan? —preguntó Shaw con una sonrisa torcida—. Porque déjame decirte, no suelo hacer tratos con gente que me apuñala por la espalda.
Ethan mantuvo su mirada firme. Sabía que no podía mostrar ni un atisbo de duda o debilidad.
—No estamos aquí para reavivar viejas heridas, Shaw —respondió Ethan—. Venimos a ofrecerte una salida. Sabemos lo suficiente sobre Kellerman y su operación. Y si sigues siendo su perro fiel, te hundirás con él.
Shaw rió, una carcajada breve y sardónica que resonó en la habitación.
—¿De verdad crees que me intimidan? He estado en este juego mucho más tiempo que tú, Ethan. No soy alguien a quien se le pueda dar lecciones.
—No te estamos dando lecciones —intervino Lucy, adelantándose ligeramente—. Solo estamos aquí para ofrecerte opciones. Sabemos que no te gusta que te manejen, y Kellerman lo ha estado haciendo durante demasiado tiempo. Pero si te desvinculas de él, si juegas tus cartas bien, podrías salir de todo esto limpio.
Shaw la observó por un momento, su expresión indescifrable. Luego, se cruzó de brazos y se apoyó contra la pared.
—¿Y por qué debería confiar en ustedes? Si tienen tanto en contra de mí como dicen, podrían haberme entregado hace tiempo.
—Porque no hemos llegado a ese punto —dijo Ethan con frialdad—. Pero estamos cerca. El punto es que Kellerman te está usando, y cuando ya no te necesite, te va a desechar. Si nosotros no te hundimos primero, lo hará él.
Shaw frunció el ceño, pero no dijo nada, lo que significaba que estaba escuchando. Kai, que había permanecido en silencio hasta ese momento, finalmente intervino.
—Mira, Shaw. Sabemos que no confías en nadie más que en ti mismo. Lo entendemos. Pero Kellerman está involucrado en cosas mucho más grandes de lo que te imaginas. Si sigues con él, cuando caiga, lo hará todo su imperio... y tú con él. Pero si te desvinculas ahora, podrías tener una oportunidad de salir sin perderlo todo.
La habitación quedó en silencio por unos momentos. Shaw caminó lentamente hacia la ventana, mirando hacia el exterior como si estuviera calculando cada posibilidad en su cabeza. Todos sabían que no era un hombre fácil de convencer, pero también sabían que su ambición siempre fue su punto débil.
Finalmente, Shaw habló, sin volverse hacia ellos.
—Supongamos que acepto su oferta. Supongamos que quiero dejar a Kellerman. ¿Qué es lo que ustedes esperan de mí a cambio?
Ethan dio un paso adelante, sabiendo que ese era el momento decisivo.
—Queremos información. Queremos saber todos los movimientos de Kellerman. Sus cuentas, sus conexiones, todo. Con tu ayuda, podemos destruir su red desde dentro. Y cuando caiga, tú estarás limpio. Podrás quedarte con lo que tengas y desaparecer.
Shaw se giró lentamente, sus ojos fijos en Ethan.
—¿Y cómo sé que no me van a traicionar una vez que tengan lo que quieren?
Ethan mantuvo su mirada, sabiendo que esa era la pregunta clave.
—Porque si queríamos hundirte, ya lo habríamos hecho. Esta es tu única oportunidad, Shaw. Si no la tomas, la próxima vez que nos veamos, no será para hablar.
Shaw lo miró durante un largo rato, evaluando cada palabra, cada expresión. Finalmente, su rostro se suavizó ligeramente, aunque seguía siendo difícil de leer.
—De acuerdo —dijo Shaw lentamente—. Les daré lo que quieren. Pero quiero algo a cambio.
Ethan entrecerró los ojos, sabiendo que el otro zapato estaba por caer.
—¿Qué es lo que quieres?
Shaw sonrió, una sonrisa fría y calculadora.
—Quiero a Kellerman muerto. Y quiero que lo hagan ustedes.
El silencio en la habitación fue abrumador. Lucy intercambió una mirada rápida con Ethan, y Kai frunció el ceño, claramente incómodo con la idea. Matar a Kellerman no era parte del plan original. Desmantelar su operación, sí. Pero quitarle la vida... eso era otra cosa.
—No estamos aquí para asesinar a nadie —respondió Ethan con firmeza—. Queremos justicia, no venganza.
—¿Justicia? —repitió Shaw con una risa burlona—. ¿De verdad crees que puedes ganar este juego con justicia? Kellerman no va a ir pacíficamente. Si lo dejas vivo, encontrará una forma de volver. Y cuando lo haga, te arrepentirás de no haber terminado con él cuando tuviste la oportunidad.
Kai interrumpió, su tono tenso.
—Hay otras formas de detener a Kellerman sin tener que llegar a ese extremo.
Shaw negó con la cabeza, todavía sonriendo.
—Están siendo ingenuos. Este mundo no funciona con normas ni principios. O lo destruyes o te destruye. Esa es la realidad. Si no pueden aceptar eso, entonces ya están perdidos.
Ethan se mantuvo en silencio, procesando las palabras de Shaw. Sabía que había algo de verdad en lo que decía. Kellerman era implacable, y no se detendría ante nada para proteger su imperio. Pero cruzar esa línea, convertirse en asesinos, era un camino del que no había retorno.
Finalmente, Ethan habló, su voz calmada pero decidida.
—Te daremos lo que necesitas para desmantelar a Kellerman. Pero no vamos a matarlo. Si eso es lo que quieres, tendrás que buscar a otra persona.
Shaw lo observó por unos momentos más, evaluando su postura. Luego, con un suspiro resignado, se encogió de hombros.
—De acuerdo, Ethan. Pero recuerda mis palabras. Si Kellerman sobrevive a esto, vendrá por ti. Y entonces, estaré del otro lado, esperando a ver cómo te destruye.
Ethan no respondió. Sabía que el camino que estaban eligiendo era peligroso, pero también sabía que era el único que podían recorrer con la conciencia intacta.
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Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]
Teen FictionPRIMERA HISTORIA 🌟 Broken Minds, Healing Hearts🌟 En un mundo donde las heridas invisibles a menudo duelen más que las visibles, se cuenta la historia de jóvenes que navegan por la complejidad de sus emociones y desafíos internos. "Broken Minds, He...