Capítulo 98

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El silencio que siguió al ofrecimiento de la figura enmascarada fue sofocante. Las luces titilaban a su alrededor, proyectando sombras distorsionadas en las paredes de la sala subterránea. Ethan sintió cómo su corazón martilleaba en sus oídos, mientras los rostros de sus compañeros reflejaban una mezcla de incredulidad y tensión.

Kai fue el primero en romper el silencio, su voz llena de firmeza.

—Jamás nos uniríamos a algo como tú —espetó, dando un paso hacia el holograma—. No somos como tú.

La figura enmascarada mantuvo la calma, pero el brillo rojo en sus ojos parecía intensificarse ante la negativa de Kai.

—Siempre los héroes —murmuró con burla—. Siempre eligiendo la moral sobre la supervivencia. Es un error común.

Hiroshi, que había estado observando en silencio hasta ahora, cruzó los brazos con calma, aunque sus ojos mostraban un destello de preocupación.

—¿Qué es lo que realmente quieres? —preguntó, directo—. Esta "invitación" no puede ser solo para unirte. Debe haber algo más.

La figura enmascarada hizo una pausa, como si considerara la pregunta.

—Tienen algo que me interesa. No solo su habilidad para interferir con mis planes, sino algo más profundo... su potencial. La Red Umbra necesita mentes como las suyas. Todos ustedes. Pero si eligen seguir siendo mis enemigos, entonces seré forzado a destruir todo lo que valoran. Ustedes no son los únicos en juego.

La amenaza implícita cayó como un peso sobre ellos. Ethan intercambió una mirada rápida con Kai, Noah, Anais y Yuto. Sabían que no podían confiar en la oferta, pero el peligro de rechazarla también era evidente.

—No estamos solos —murmuró Ethan, mirando a sus compañeros—. No podemos dejar que nos separen, ni que nos amenacen así.

Antes de que Kai pudiera responder, un sonido metálico retumbó a sus espaldas. La puerta que antes había estado sellada de repente se abrió con un crujido, y dos siluetas emergieron del oscuro corredor. Eran dos chicos, ambos extremadamente guapos, pero con una energía distinta. Uno de ellos era bajo, de cabello largo y negro, con una cara fina y ojos marrones penetrantes. El otro era más alto, con el pelo castaño y un físico esbelto. Sus ojos brillaban con la misma intensidad que los de su compañero, pero había algo inquietante en su apariencia.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Kai, sin bajar la guardia.

El chico más bajo dio un paso adelante, con una sonrisa enigmática en los labios.

—Mi nombre es Aiden, y él es Liam —dijo, señalando a su compañero alto—. Estamos aquí por la misma razón que ustedes, pero hemos llegado mucho antes.

Liam asintió, pero no dijo una palabra, solo observó a todos con una mirada calculadora.

—¿Qué significa eso? —exigió Ethan—. ¿Son parte de la Red Umbra?

Aiden rió suavemente, como si la idea le pareciera ridícula.

—Oh, no, para nada —respondió—. Pero tenemos nuestros propios intereses aquí, y aunque no estamos directamente con ustedes, tampoco estamos en contra de ustedes. Solo estamos... pasando por aquí.

La figura enmascarada dejó escapar un sonido de frustración.

—No importa cuántos se unan a su causa, seguirán siendo débiles ante el poder de la Red Umbra.

Aiden y Liam intercambiaron una mirada antes de que Aiden diera un paso hacia el holograma.

—Tal vez subestimas a tus enemigos —dijo Aiden, con una sonrisa confiada—. No siempre se trata de fuerza, a veces es cuestión de estrategia. Y creo que ellos tienen mucho más de lo que piensas.

La figura enmascarada permaneció en silencio por un momento, pero la tensión en el aire no hizo más que aumentar.

—Han hecho su elección —dijo finalmente, su voz resonando en la sala—. No habrá más advertencias. Prepárense para las consecuencias.

Con esas palabras, el holograma desapareció de repente, y la sala quedó sumida en una oscuridad momentánea. De pronto, el sonido de engranajes girando y motores rugiendo comenzó a llenar el aire. Parecía que la mansión misma estaba despertando.

—¡Tenemos que salir de aquí! —gritó Kai, ya girándose hacia la puerta.

Pero antes de que pudieran reaccionar, las paredes comenzaron a moverse, separándose y cerrando el espacio a su alrededor. El suelo empezó a vibrar bajo sus pies, y las luces parpadearon una vez más antes de apagarse por completo.

—¡Nos están atrapando! —exclamó Noah, su voz llena de pánico.

Aiden y Liam no se movieron, observando la escena con una calma inquietante.

—Sabíamos que esto pasaría —dijo Liam por fin, su voz profunda y resonante—. Pero hay una salida. Siempre hay una salida.

Antes de que Ethan pudiera preguntar a qué se refería, Aiden chasqueó los dedos y una pequeña compuerta en el suelo se abrió, revelando un túnel oscuro debajo de ellos.

—Por aquí —dijo Aiden—. Si quieren vivir.

Kai, Ethan y el resto del grupo dudaron por un segundo, pero sabían que no tenían otra opción. Sin perder más tiempo, se lanzaron hacia el túnel, uno tras otro, mientras el ruido de la mansión al desmoronarse llenaba el aire.

Aiden fue el último en entrar, echando una última mirada hacia las paredes que se cerraban.

—Será interesante ver cómo esto se desarrolla —murmuró antes de desaparecer en la oscuridad.

La misión apenas había comenzado, pero el verdadero desafío estaba por revelarse.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora