Ethan respiraba con dificultad, sintiendo el latido de su corazón retumbar en sus oídos mientras corrían hacia el callejón. El humo detrás de ellos todavía flotaba en el aire, cubriendo su escape por unos momentos. Lucy, jadeando, ayudaba a Kai a seguir adelante, el dolor en su hombro claramente visible en cada paso que daba. Pero no había tiempo para detenerse, no ahora.
—¡No podemos seguir corriendo eternamente! —dijo Lucy entre dientes, mientras lanzaba una mirada rápida hacia Ethan—. Necesitamos un plan.
Ethan asintió, sabiendo que tenía razón. Se detuvo un segundo, mirando rápidamente el estrecho callejón en el que se encontraban. Las paredes de los edificios eran altas, y apenas había lugar para esconderse. Su única opción era seguir adelante, pero sabían que el enemigo no estaba lejos.
—No hay otra salida por aquí —susurró Kai, con una mueca de dolor—. ¿Y si...?
Antes de que Kai terminara la frase, un ruido sordo de pisadas se escuchó detrás de ellos. Los hombres de Kellerman estaban cerrando el cerco.
—¡Nos están alcanzando! —exclamó Ethan, agarrando su arma con más fuerza.
—Hay que dividirnos —dijo Lucy con decisión, aunque su rostro mostraba la misma preocupación que todos compartían—. Si nos ven juntos, nos atraparán más rápido. Divididos, tendrán que perseguirnos en diferentes direcciones.
—No te dejaré sola —respondió Ethan inmediatamente, sabiendo que lo que Lucy proponía era peligroso.
—No tenemos elección —insistió ella, sus ojos mostrando determinación—. Nos encontraremos en el punto de reunión. Es la única manera.
Ethan apretó los dientes. No le gustaba la idea, pero sabía que tenía razón. Necesitaban tiempo y espacio para idear un nuevo plan, y seguir juntos solo los hacía más vulnerables.
—Está bien —dijo finalmente, su voz baja pero firme—. Nos vemos en la fábrica abandonada. No llegues tarde.
Lucy sonrió levemente, un gesto breve pero lleno de significado.
—Nunca lo hago.
Kai, con la cara pálida por la pérdida de sangre, asintió débilmente. Sabía que no estaba en condiciones de correr rápido, pero aún así, su voluntad no había menguado.
—Yo iré contigo, Ethan —dijo Kai, tomando una respiración profunda—. No podré ir muy lejos solo.
—No te preocupes, te cubro —respondió Ethan mientras le daba una palmada en el hombro no herido—. Vamos.
Se separaron rápidamente. Lucy desapareció entre las sombras de los edificios mientras Ethan y Kai se movían con precaución hacia la salida del callejón, sabiendo que cada esquina podría estar vigilada. El silencio entre ellos era pesado, roto solo por el eco de sus pasos y el sonido lejano de sirenas que anunciaban la llegada de las fuerzas policiales.
—Nos están siguiendo —murmuró Kai, mirando hacia atrás nerviosamente.
—Lo sé —respondió Ethan, con los ojos enfocados al frente—. Mantente alerta.
Cruzaron una calle desierta, avanzando hacia la siguiente manzana donde, según el plan, los esperaba una vieja fábrica que usarían como punto de reunión. Sin embargo, Ethan sentía que algo no estaba bien. El aire se sentía más pesado, como si la tensión los aplastara con cada paso que daban.
De repente, un disparo resonó, silbando a centímetros de sus cabezas.
—¡Al suelo! —gritó Ethan mientras ambos se lanzaban detrás de un contenedor de basura.
—¡Nos encontraron! —gimió Kai, presionando su hombro herido.
Ethan asomó la cabeza con cuidado, viendo a los hombres de Kellerman acercándose desde la esquina de la calle. Eran rápidos, y no estaban allí para tomar prisioneros. El tiempo se agotaba, y tenían que actuar ya.
—Escucha, Kai —dijo Ethan, con el rostro serio—. No puedes seguir así, no podemos correr más. Te quedarás aquí mientras yo trato de distraerlos. Cuando tengas una oportunidad, ve al punto de reunión.
Kai lo miró sorprendido, negando con la cabeza.
—No. No te dejaré solo. Si vas, ambos vamos.
Ethan lo miró por un momento, sabiendo que no tenían tiempo para discutir.
—No hay otra opción, Kai. Si nos quedamos, nos matarán a los dos. No dejaré que te pase nada. ¡Ve! —insistió, casi rogando.
Kai apretó los dientes y, después de un segundo de duda, asintió lentamente. Sabía que Ethan tenía razón, aunque odiara la idea.
—Prométeme que te reunirás conmigo —dijo Kai, con una mirada de determinación mezclada con dolor.
Ethan lo miró directo a los ojos.
—Te lo prometo.
Con esas palabras, se levantó rápidamente y corrió hacia la dirección opuesta, atrayendo la atención de los hombres armados que comenzaron a seguirlo, disparando tras él.
Kai, ahora solo, esperó el momento adecuado. Con cada disparo, su corazón latía más rápido, y su mente luchaba por no ceder al miedo. Sabía que Ethan lo estaba haciendo por él, pero también sabía que no había garantías de que todo saliera bien.
Después de unos segundos que parecieron eternos, Kai reunió toda la fuerza que le quedaba y, cojeando, se dirigió hacia la fábrica abandonada, con la esperanza de que ambos sobrevivieran para ver el final de esa tormenta.
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Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]
Teen FictionPRIMERA HISTORIA 🌟 Broken Minds, Healing Hearts🌟 En un mundo donde las heridas invisibles a menudo duelen más que las visibles, se cuenta la historia de jóvenes que navegan por la complejidad de sus emociones y desafíos internos. "Broken Minds, He...