Capítulo 76

5 3 0
                                    


El ambiente en la casa era tenso, como si el aire estuviera cargado de electricidad. Tras el día caótico en la corte, Ethan no podía dejar de pensar en las palabras de Aaron en el estrado, en la forma en que casi había perdido el control frente a las preguntas incisivas de Alex. Sabía que habían ganado una pequeña batalla, pero el camino hacia la victoria final todavía parecía inalcanzable.

Kai, siempre atento, notó la mirada distante de Ethan mientras cenaban. Sabía que, aunque no lo dijera, Ethan cargaba con un peso enorme sobre sus hombros.

—No podemos rendirnos ahora —dijo Kai suavemente, cortando el silencio que había dominado la cena.

—No lo haré —respondió Ethan, aunque su tono no era tan convincente como hubiera deseado—. Pero siento que estamos caminando sobre una cuerda floja. Si damos un paso en falso, todo se viene abajo.

Kai dejó su tenedor y se inclinó hacia él.

—Has peleado toda tu vida contra las injusticias de Aaron. Lo conozco, sé que te atormenta la idea de que vuelva a salirse con la suya, pero esta vez tienes algo que nunca antes habías tenido.

Ethan lo miró, confundido.

—¿Qué es lo que tengo ahora?

—Nos tienes a nosotros —dijo Kai, sonriendo levemente—. A mí, a Alex, a todos los que te apoyan. Esta no es una lucha en solitario. Juntos podemos hacer que todo esto termine.

Ethan dejó escapar un suspiro. Las palabras de Kai siempre tenían el poder de calmarlo, de hacerle ver las cosas desde una perspectiva diferente. No estaba solo. Pero aún así, había una sensación persistente de que algo más grande estaba en juego, algo que Aaron todavía no había revelado.

Al día siguiente, Ethan recibió una llamada inesperada de un número desconocido. Dudó en contestar, pero algo dentro de él le dijo que debía hacerlo.

—¿Ethan? —la voz al otro lado era apenas un susurro, como si quien hablara estuviera asustado de ser escuchado—. Soy Lucy. Necesito verte.

Ethan se quedó en silencio por un momento. Lucy era una antigua empleada de Aaron, alguien que había desaparecido del radar hace años después de un escándalo en la empresa. Los rumores decían que Aaron la había "eliminado" de manera figurada y quizás literal.

—¿Lucy? —respondió, incrédulo—. ¿Dónde has estado todo este tiempo?

—No tengo tiempo para explicaciones ahora —dijo ella apresuradamente—. Pero te lo contaré todo. Lo que descubrí. Lo que Aaron me hizo. Tienes que saber la verdad. Nos vemos en la cafetería del centro a las 4. No le digas a nadie.

Antes de que Ethan pudiera responder, la línea se cortó. Se quedó mirando su teléfono, el corazón acelerado. ¿Qué verdad era tan importante como para que Lucy se arriesgara a volver después de tanto tiempo?

Kai lo observaba desde la cocina, notando el cambio en la expresión de Ethan.

—¿Quién era? —preguntó con preocupación.

Ethan dudó, pero finalmente decidió confiar en Kai. No podía seguir ocultándole las cosas.

—Lucy. Era una de las empleadas más cercanas a Aaron. Desapareció hace años. Ahora quiere hablar conmigo. Dice que tiene algo importante que contarme sobre él.

—¿Confías en ella?

—No lo sé. Pero si se está arriesgando a contactar conmigo, debe ser algo grande. Algo que podría cambiar todo.

La cafetería estaba casi vacía cuando Ethan llegó. Se sentó en una mesa en el rincón, sus ojos atentos a cada movimiento de los pocos clientes que entraban y salían. Unos minutos después, Lucy entró, envuelta en una bufanda grande y gafas oscuras. Parecía nerviosa, constantemente mirando a su alrededor como si alguien la estuviera siguiendo.

Ethan se levantó para saludarla, pero ella simplemente se sentó, sin mirarlo directamente.

—Gracias por venir —dijo, su voz baja y apresurada—. No tengo mucho tiempo. Aaron no sabe que estoy aquí, pero sospecho que me está vigilando.

—¿Por qué querías verme? —preguntó Ethan—. ¿Qué es eso tan importante que has descubierto?

Lucy lo miró finalmente, y en sus ojos había una mezcla de miedo y determinación.

—He trabajado para Aaron durante años. Sabía de sus tratos sucios, de sus amenazas y de cómo manejaba todo desde las sombras. Pero lo que descubrí al final... es algo más grande. Está relacionado con el juicio, con la forma en que manipula a las personas a su alrededor. Hay pruebas, Ethan. Pruebas que podrían destruirlo.

Ethan se inclinó hacia ella, su interés creciendo.

—¿Qué pruebas?

Lucy bajó la voz aún más.

—Grabaciones. Aaron tiene grabaciones de todas las personas importantes con las que ha tratado. Políticos, jueces, empresarios... todos. Usa esas grabaciones para chantajearlos y controlarlos. Por eso tu exsocio cambió su testimonio en el último momento. Aaron tiene algo sobre él. Algo lo suficientemente grande como para hacerlo traicionarte.

Ethan sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Sabía que Aaron era despiadado, pero esto... esto era una red de corrupción mucho más profunda de lo que había imaginado.

—¿Y dónde están esas grabaciones?

Lucy se inclinó hacia adelante, susurrando casi inaudiblemente.

—En su oficina privada. En una caja fuerte detrás de su escritorio. Es la única copia que tiene, porque es demasiado arriesgado guardarlas en otro lugar. Si conseguimos esas grabaciones, todo su imperio se derrumbará.

Ethan asintió, su mente trabajando a toda velocidad.

—¿Cómo podemos entrar?

Lucy miró a su alrededor una vez más, nerviosa.

—Yo te ayudaré. Conozco los códigos de seguridad, sé cómo entrar sin que las cámaras te detecten. Pero tenemos que hacerlo pronto, antes de que se dé cuenta de que estoy trabajando contigo.

El plan era arriesgado, y Ethan lo sabía. Pero si lo que Lucy decía era cierto, tenían en sus manos la oportunidad de destruir a Aaron de una vez por todas.

—Lo haremos —dijo finalmente, decidido—. Esta noche.

Lucy asintió, aunque el miedo no abandonaba su rostro.

—Será peligroso. Pero es nuestra única oportunidad.

De regreso a casa, Ethan le contó todo a Kai. Sabía que no podía ocultarle algo tan grande.

—Es arriesgado, pero si conseguimos esas grabaciones, Aaron estará acabado —dijo Ethan, mientras Kai lo escuchaba atentamente.

—Voy contigo —respondió Kai, sin dudarlo.

Ethan lo miró, sorprendido.

—No, es demasiado peligroso. No puedo arriesgarme a que te pase algo.

Kai negó con la cabeza.

—No pienso dejarte enfrentar esto solo. Estamos juntos en esto, Ethan. Y no voy a quedarme de brazos cruzados mientras te metes en la boca del lobo.

Ethan sintió una ola de gratitud por Kai. Sabía que con él a su lado, podía enfrentar cualquier cosa.

La noche caía rápidamente, y con ella, la oscuridad traía la promesa de la confrontación final.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora