Capítulo 72

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Ethan no había pegado ojo en toda la noche. Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes de los documentos que Aaron había presentado volvía a su mente, como una pesadilla interminable. No podía sacudirse la sensación de que todo se estaba desmoronando, y que la vida que había construido con tanto esfuerzo estaba colgando de un hilo.

El sonido del despertador resonó en la habitación, rompiendo el silencio opresivo. Ethan suspiró pesadamente y se levantó de la cama, sintiendo cada músculo de su cuerpo tenso y agotado. Kai aún dormía a su lado, con el rostro relajado y la respiración tranquila. Ethan lo envidiaba. Quería esa paz, pero no sabía cómo alcanzarla.

Se dirigió al baño, intentando despejar su mente bajo el agua caliente de la ducha. Tenía que estar preparado para el día que venía. Sabía que Aaron no se detendría hasta destruirlo, pero Ethan no pensaba caer sin pelear.

Al salir del baño, se encontró con Kai en la cocina, preparando el desayuno. La imagen de su pareja en un momento tan mundano le arrancó una pequeña sonrisa, un rayo de luz en medio de la tormenta.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Kai sin mirarlo, concentrado en batir los huevos.

—Cansado —respondió Ethan con sinceridad—. Pero listo.

Kai lo miró por encima del hombro y le sonrió con ternura.

—Lo sé. Hoy va a ser duro, pero lo superaremos juntos, como siempre.

Ethan asintió, sintiendo un poco de alivio al escuchar esas palabras. El juicio se acercaba, y aunque el miedo estaba presente, también estaba la determinación de luchar hasta el final.

Cuando llegaron a la oficina de Alex, la atmósfera estaba aún más tensa que el día anterior. Alex estaba sentado frente a su escritorio, rodeado de papeles y su computadora portátil abierta frente a él.

—Tenemos un problema —dijo Alex apenas Ethan y Kai cruzaron la puerta.

Ethan sintió un nudo formarse en su estómago. Ya estaba harto de problemas, pero sabía que no podía evitar lo que venía.

—¿Qué pasó ahora? —preguntó, intentando mantener la calma.

Alex se pasó una mano por el cabello y les mostró su pantalla. Había un artículo en línea, publicado en una página de chismes financieros, que hablaba sobre la situación de la empresa de Ethan y los supuestos cargos de malversación de fondos. La noticia se estaba esparciendo como pólvora.

—Aaron no solo está atacando con pruebas legales —dijo Alex—. Está usando los medios para destruir tu reputación.

Ethan cerró los ojos y respiró hondo, intentando controlar la ira que comenzaba a crecer dentro de él. No solo era un ataque legal, era un ataque personal, una venganza que Aaron había estado preparando durante años. Ahora entendía por qué Aaron había esperado tanto. Quería arruinarlo por completo.

—Esto no puede estar pasando... —murmuró Kai, mirando la pantalla con incredulidad.

—No hay mucho que podamos hacer para evitar que los medios hablen —explicó Alex—. Pero podemos responder con un comunicado. Algo que controle un poco el daño.

Ethan se dejó caer en la silla, frotándose el rostro con las manos.

—No sé si eso será suficiente —admitió—. Aaron está un paso por delante en todo.

Alex se inclinó hacia adelante, mirándolo con seriedad.

—No podemos rendirnos, Ethan. Tienes que demostrar que no tienes nada que ocultar. Si cedemos ahora, le estamos dando la victoria sin luchar.

Ethan asintió lentamente. Sabía que Alex tenía razón, pero eso no hacía las cosas más fáciles.

—Entonces, ¿qué hacemos? —preguntó.

—Preparamos un comunicado —respondió Alex—. Y seguimos trabajando en desmontar las pruebas falsas. Vamos a ganar tiempo para demostrar que todo es un montaje.

Kai se inclinó hacia Ethan y le tomó la mano, dándole un apretón suave.

—Estamos contigo —le dijo—. No estás solo en esto.

Ethan sonrió débilmente, agradecido por el apoyo de Kai y Alex, aunque no podía deshacerse del miedo que lo consumía. Tenía que ser fuerte, no solo por él, sino por todos los que creían en él.

Las siguientes horas fueron un torbellino de actividad. Alex redactó el comunicado mientras Ethan y Kai revisaban una y otra vez las pruebas falsas, buscando algún error, algún detalle que pudieran usar en su defensa. El ambiente en la oficina era sombrío, pero todos estaban concentrados en el trabajo.

Cuando finalmente publicaron el comunicado, Ethan sintió un pequeño alivio, pero sabía que era solo el primer paso. La verdadera batalla aún estaba por comenzar.

El teléfono de Alex sonó y lo atendió rápidamente. Ethan observó cómo la expresión de su amigo cambiaba mientras hablaba con la persona al otro lado de la línea. Cuando colgó, Alex se volvió hacia ellos con una mirada preocupada.

—Era un contacto en el tribunal —dijo—. Aaron ha conseguido acelerar el juicio. Será dentro de tres días.

Ethan sintió que el suelo se hundía bajo sus pies. Tres días. No era tiempo suficiente para preparar una defensa sólida. Todo estaba sucediendo demasiado rápido.

—No puede ser... —susurró Kai, mirando a Alex con incredulidad.

—¿Cómo demonios logró eso? —preguntó Ethan, sintiendo que la rabia empezaba a nublar su mente—. No es legal.

—Aaron tiene influencias —respondió Alex—. Y las está usando para presionarnos.

Ethan se levantó de la silla, incapaz de quedarse quieto. Caminó por la oficina, con las manos en la cabeza, intentando procesar lo que acababa de escuchar.

—Esto es una trampa —dijo finalmente—. Está buscando que cometamos un error por la presión.

Kai se acercó a él y lo tomó por los hombros.

—No vamos a caer —le dijo—. Vamos a mantener la calma y enfrentar esto como sabemos hacerlo.

Ethan lo miró a los ojos y asintió. Sabía que Kai tenía razón, pero la presión era enorme. Aaron no solo lo estaba atacando a él, estaba destruyendo todo lo que había construido, incluso su relación con Kai se veía afectada por el estrés constante.

—Lo haremos juntos —dijo Ethan, más para convencerse a sí mismo que para responder a Kai.

Esa noche, en la intimidad de su apartamento, Ethan y Kai compartieron una cena silenciosa. Ambos estaban agotados, física y emocionalmente. Después de cenar, Kai sugirió que se tomaran un tiempo para relajarse, para despejarse un poco de todo lo que estaba ocurriendo.

Se acurrucaron en el sofá, Kai apoyado en el pecho de Ethan mientras veían una película que ninguno realmente estaba prestando atención. La cercanía de Kai era reconfortante, pero Ethan no podía dejar de pensar en lo que se avecinaba.

—¿En qué piensas? —preguntó Kai suavemente, alzando la vista hacia él.

Ethan suspiró.

—En lo que pasará si todo sale mal —admitió—. En perderlo todo.

Kai se incorporó un poco y lo miró con seriedad.

—No vas a perderlo todo. Pase lo que pase, estaremos juntos. Y si perdemos algunas cosas en el camino, las recuperaremos. Pero no perderemos lo más importante.

Ethan sonrió tristemente, acariciando el cabello de Kai.

—Tú siempre sabes qué decir para que todo parezca menos aterrador.

Kai sonrió.

—Porque te conozco mejor que nadie. Y sé que saldrás de esta.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora