El cielo nocturno comenzaba a cubrirse de estrellas mientras regresaban a casa. A pesar de la cercanía que habían compartido en el parque, el silencio entre Kai y Ethan se hacía pesado. Había mucho que quedaba por decir, pero ninguna palabra parecía adecuada para el momento. Ethan sentía que estaban al borde de algo trascendental, algo que podría cambiar para siempre la naturaleza de su relación.
Kai, por otro lado, estaba luchando con la sensación de que las paredes a su alrededor se cerraban. La mano de Ethan en la suya había sido un ancla, una promesa de que no estaba solo. Pero sabía que esa paz era frágil, temporal. Rain seguía allí, esperando en las sombras. Cada vez que Kai bajaba la guardia, sentía esa presencia oscura en el borde de su conciencia, lista para arrebatarle el control.
Entraron en el apartamento, y Ethan fue directo a la cocina, como solía hacer después de un largo día. Mientras preparaba una bebida caliente, Kai se quedó parado en el umbral, observándolo. Había algo en la normalidad de esa escena que lo conmovía profundamente. Ethan, con su camisa ligeramente arrugada y sus gestos tranquilos, era un contraste total a la tormenta interna que Kai estaba viviendo.
—¿Vas a quedarte ahí parado o vas a unirte? —preguntó Ethan con una sonrisa suave, girándose para mirarlo.
Kai esbozó una sonrisa débil y se acercó, pero se detuvo en seco cuando una sensación familiar recorrió su cuerpo. La oscuridad. La sombra de Rain. Sintió cómo la presión aumentaba en su mente, como si alguien estuviera empujando desde adentro, intentando forzar su camino a la superficie.
—No... —murmuró, llevándose una mano a la cabeza. La presión aumentaba, y sabía lo que venía.
Ethan, notando el cambio repentino en la expresión de Kai, se acercó rápidamente.
—¿Kai? ¿Qué sucede?
—Tienes que... tienes que irte —dijo Kai con la voz tensa, luchando por mantener el control—. No... no puedo controlarlo.
Ethan se quedó inmóvil por un momento, sin entender completamente la gravedad de la situación. Pero los ojos de Kai, llenos de terror, le hicieron darse cuenta de que algo estaba muy mal.
—No te voy a dejar solo —dijo Ethan, acercándose más.
—¡No entiendes! —Kai levantó la voz, su cuerpo comenzando a temblar—. Rain... él está aquí. No puedo detenerlo. Si te quedas... podría lastimarte.
La mención de "Rain" hizo que Ethan se detuviera. Había oído a Kai hablar de esa parte de sí mismo antes, una personalidad oscura que emergía en los momentos más vulnerables. Pero nunca había visto el cambio suceder frente a sus ojos.
—No te voy a dejar, Kai —dijo Ethan con firmeza—. Lo que sea que esté pasando, lo enfrentaremos juntos.
Pero antes de que pudiera acercarse más, Kai se tambaleó hacia atrás, golpeándose contra la pared. Un grito desgarrador escapó de sus labios mientras su cuerpo se sacudía violentamente. Ethan observó con horror mientras Kai luchaba consigo mismo, como si estuviera a punto de ser devorado por una fuerza invisible.
Y entonces, en un instante, todo se calmó.
Kai levantó la cabeza lentamente, y cuando sus ojos se encontraron con los de Ethan, ya no eran los mismos. La mirada cálida y atormentada de Kai había sido reemplazada por una frialdad calculadora, una sonrisa peligrosa curvándose en sus labios.
—Vaya, vaya... —dijo Rain, su voz mucho más suave, casi burlona—. Parece que llegué justo a tiempo para la fiesta.
Ethan dio un paso atrás, el corazón acelerado. Sabía que estaba frente a alguien completamente distinto. Rain. La parte de Kai que había tratado de mantener oculta, la sombra que lo consumía. Pero incluso en ese momento, Ethan no sintió miedo por sí mismo. Lo único que sentía era una necesidad desesperada de ayudar a Kai, de traerlo de vuelta.
—Rain —dijo Ethan, su voz firme aunque sus manos temblaban ligeramente—. No tienes que hacer esto.
Rain soltó una carcajada oscura y se acercó a Ethan, sus pasos lentos, como si estuviera disfrutando de la tensión en el aire.
—¿Hacer qué? —preguntó con tono burlón—. ¿Tomar lo que es mío? ¿Divertirme un poco?
Ethan retrocedió involuntariamente, pero se obligó a mantenerse firme. Sabía que la única forma de ayudar a Kai era enfrentando a Rain, por aterrador que fuera. Si Kai estaba atrapado dentro de esa oscuridad, entonces él tenía que ser la luz que lo guiara de vuelta.
—Kai no te pertenece —dijo Ethan, sus ojos llenos de determinación—. Y no te voy a dejar hacerle daño.
Rain sonrió ampliamente, sus ojos brillando con una mezcla de diversión y peligro.
—¿Y qué vas a hacer al respecto? —dijo, inclinándose hacia Ethan hasta que sus rostros estaban a escasos centímetros de distancia—. ¿Crees que puedes salvarlo? ¿Crees que tu patética compasión va a cambiar algo?
Ethan respiró profundamente, negándose a ceder al miedo que sentía en ese momento.
—Lo conozco mejor que tú —respondió—. Y sé que Kai es más fuerte de lo que crees. No te voy a dejar destruirlo.
Rain lo miró durante unos segundos, su sonrisa desvaneciéndose lentamente. Algo en la calma de Ethan parecía irritarlo. Se enderezó y dio un paso hacia atrás, observando a Ethan con una mezcla de desprecio y curiosidad.
—Eres un estúpido, ¿sabes? —dijo Rain, su voz ahora más fría—. Pero también eres interesante. Me pregunto... ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar para salvarlo?
Antes de que Ethan pudiera responder, Rain se movió con una rapidez inesperada, acorralándolo contra la pared. Sus manos rodearon la cintura de Ethan, tirándolo hacia sí con una fuerza posesiva. Ethan podía sentir el aliento de Rain en su cuello, y su cuerpo se tensó instintivamente, aunque se negaba a mostrar miedo.
—Tal vez... —susurró Rain, acercándose aún más—. Tal vez debería enseñarte lo que realmente significa estar cerca de alguien como yo.
Ethan apretó los dientes, negándose a ceder. Sabía que lo que Rain intentaba hacer era manipularlo, pero no podía permitirlo. No podía perder de vista su objetivo: traer de vuelta a Kai.
—No te pertenezco —dijo con fuerza, su voz firme aunque su corazón latía desbocado—. Y Kai tampoco.
Rain lo observó en silencio durante unos segundos más, sus ojos oscuros evaluándolo. Luego, con un suspiro teatral, lo soltó, dando un paso atrás.
—Tienes agallas —admitió Rain, su tono volviendo a ser burlón—. Quizás por eso Kai siente algo por ti.
Ethan se quedó quieto, sin moverse, mientras Rain se alejaba lentamente, su figura imponente caminando hacia la puerta.
—Pero te advierto algo, Ethan —dijo Rain, deteniéndose un momento antes de salir—. No pienses que puedes ganarme tan fácilmente. Volveré. Y la próxima vez, no seré tan indulgente.
Y con esas palabras, Rain desapareció, dejando a Ethan solo en la habitación, su cuerpo temblando ligeramente por la adrenalina que aún recorría sus venas.
Kai había desaparecido, y Rain se había apoderado de él. Pero Ethan no iba a rendirse. Sabía que dentro de esa oscuridad, Kai seguía luchando. Y él no iba a dejarlo solo. No ahora. No nunca.
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Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]
Novela JuvenilPRIMERA HISTORIA 🌟 Broken Minds, Healing Hearts🌟 En un mundo donde las heridas invisibles a menudo duelen más que las visibles, se cuenta la historia de jóvenes que navegan por la complejidad de sus emociones y desafíos internos. "Broken Minds, He...