El aire se sentía pesado, como si el propio espacio entre Kai y Rain estuviera saturado de una tensión imposible de ignorar. El paisaje en el que se encontraban era vasto, un vacío gris que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Era el escenario de la batalla más importante que Kai tendría que librar, no solo por él, sino por Ethan, por todo lo que amaba.
Rain, con su eterna sonrisa de superioridad, lo miraba desde el otro lado. Su apariencia era casi idéntica a la de Kai, pero había algo más oscuro, más cruel en sus ojos. Era como mirarse en un espejo distorsionado, uno que reflejaba sus miedos, sus traumas, todo aquello que Kai siempre había intentado evitar.
—Así que finalmente estamos aquí —dijo Rain, dando un paso adelante—. Has decidido luchar, ¿eh? ¿Qué piensas hacer, Kai? Sabes que no puedes deshacerte de mí. Yo soy una parte de ti.
Kai tragó saliva, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Cada palabra de Rain era un recordatorio de la verdad que había tratado de negar durante tanto tiempo. Sabía que no podía simplemente eliminarlo; Rain era una extensión de su propia mente, una representación de todo lo que no podía controlar.
—No quiero deshacerme de ti —dijo Kai, su voz temblando ligeramente, pero con determinación—. Solo quiero que dejes de lastimarme. Dejes de lastimar a los que amo.
Rain soltó una risa sarcástica, inclinando la cabeza hacia un lado.
—¿Lastimarte? ¿Crees que yo soy el que te está lastimando? No, Kai. Soy quien te protege. Yo aparecí cuando nadie más estaba allí para defenderte. Tú, el verdadero tú, es demasiado débil para soportar lo que hemos vivido. Sin mí, te habrías roto hace mucho tiempo.
Esas palabras golpearon a Kai como un puñetazo en el estómago. Había una verdad amarga en ellas, y lo sabía. Rain había surgido como un mecanismo de defensa, una barrera contra el dolor insoportable que Kai había enfrentado en su vida. Pero el problema era que esa defensa se había convertido en una prisión. Ya no era una protección, sino una amenaza.
—Tal vez en algún momento me ayudaste —admitió Kai, dando un paso hacia Rain, cerrando la distancia entre ambos—. Pero ahora, solo me estás destruyendo. No necesito que me protejas de Ethan. Él no es el enemigo. Tú lo eres.
El rostro de Rain se endureció, y por un momento, la sonrisa desapareció. Algo profundo se agitaba en su mirada, como si las palabras de Kai hubieran tocado una fibra que no esperaba.
—Ethan... —murmuró Rain con desdén—. ¿Crees que él realmente te ama? ¿Que puede aceptar todo esto, toda la oscuridad que llevas dentro? No lo hará. No cuando vea lo que realmente eres. Lo abandonaste antes, lo harás otra vez.
—No —dijo Kai con fuerza—. Esta vez es diferente. No huiré. No te dejaré controlar mi vida.
Rain soltó un bufido, pero había una ligera vacilación en su postura. La confianza inquebrantable que siempre había tenido parecía tambalearse ante la nueva determinación de Kai.
—¿Qué harás, entonces? —preguntó Rain, cruzando los brazos—. ¿Cómo piensas detenerme?
Kai respiró hondo, recordando las palabras de Ethan y del doctor Han. Recordó todo lo que había aprendido en las sesiones previas a la inmersión, las técnicas para tomar el control de sus propias emociones y pensamientos.
—Voy a aceptarte —dijo Kai con voz firme—. No voy a luchar contra ti más. Tú eres una parte de mí, pero no eres todo lo que soy. Eres solo una de mis muchas facetas. No puedes dominarme.
Rain parecía sorprendido. Por primera vez, su expresión dejó entrever duda, como si no esperara esa respuesta. La estrategia de Kai no era la confrontación directa, sino la aceptación de su propia vulnerabilidad. Kai estaba cansado de pelear consigo mismo. Sabía que la única forma de avanzar era integrando todas las partes de su ser, incluso las más oscuras.
—Eso no funcionará —dijo Rain, retrocediendo un paso—. No puedes simplemente aceptar lo que soy y esperar que desaparezca.
—No espero que desaparezcas —respondió Kai, acercándose más—. Solo quiero que te calmes. Que me dejes vivir sin el miedo constante. Si alguna vez fuiste una protección, ahora necesito que seas parte de mi sanación. No puedes seguir siendo mi verdugo.
Rain cerró los ojos, y por un momento, el vacío alrededor de ellos pareció vibrar. Kai podía sentir la tensión ceder lentamente, como si el ambiente se estuviera aflojando. Era una lucha interna, pero no de odio, sino de comprensión.
—No puedo prometer que será fácil —dijo Rain, con una voz más suave—. Pero tal vez, solo tal vez, puedo dejar de pelear.
Kai asintió. Sabía que este no era el final, que aún quedaba mucho por recorrer, pero esto era un paso. Un gran paso hacia el control, hacia la paz que tanto había buscado.
El paisaje comenzó a desvanecerse, y el sonido de la voz del doctor Han penetró en su conciencia. Kai sintió cómo su cuerpo regresaba al presente, su respiración volviendo a un ritmo constante mientras los colores y formas del consultorio reemplazaban el vasto vacío de su mente.
Ethan estaba a su lado, con la mano apoyada en la suya, observándolo con ojos llenos de esperanza y amor. Kai se giró hacia él, con una sonrisa cansada pero genuina.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Ethan, con suavidad.
Kai cerró los ojos por un momento, procesando todo lo que había pasado en su mente.
—Me siento... mejor —admitió, con un suspiro—. No perfecto, pero creo que dimos un paso importante.
Ethan sonrió, acariciando su mejilla con delicadeza.
—Estoy orgulloso de ti, Kai. No importa cuánto tiempo tome, estaré aquí, a tu lado.
Kai se dejó caer en el abrazo de Ethan, sintiendo el calor y la seguridad que siempre le proporcionaba. No había terminado la lucha, pero al menos ahora no la enfrentaría solo.
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Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]
Roman pour AdolescentsPRIMERA HISTORIA 🌟 Broken Minds, Healing Hearts🌟 En un mundo donde las heridas invisibles a menudo duelen más que las visibles, se cuenta la historia de jóvenes que navegan por la complejidad de sus emociones y desafíos internos. "Broken Minds, He...